LA MARSELLESA, LA MAR SE YACE

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___A Helen

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___Thierry habla un español bastante decente. Es francés y su piel se ha oscurecido con el sol implacable que Dios puso sobre el Mar de Cortés. No creo que sea mera cortesía cuando dice la la rivera francesa tiene los mismos colores de nuestras playas, aunque advierte que allá la baja marea se lleva el agua tantos kilómetros que no es posible verla durante muchas horas.

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___Thierry apunta que tenemos vinos envidiables (él que desayuna, come y cena con vino tinto o blanco), y no le falta razón porque los cabernet y los merlot del Valle de Guadalupe y de Calafia que suele conseguir se asientan con el clima ensenadense donde se gestan sabores de concurso -si quieres comprobarlo, decanta una botella en un recipiente de boca ancha y déjalo reposar al menos una hora antes de probarlo-. Igual ocurre con los blancos secos (los de L.A. Cetto, por ejemplo), algo que no hemos podido hacer con los blancos dulces sencillamente porque que jamás podremos reproducir las condiciones climáticas y orográficas del Rhin. (Ya estoy hablando de vinos, espero que no se nos arranque Manuelus tirándonos hasta con la cubeta anticulturosa).

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___El hombre administra ahora El saguaro, la posada donde solemos aterrizar cuando visitamos Bahía Kino, a 111 kilómetros de Beautyfulville. Durante muchos años convivimos con Helen, la propietaria del lugar, tía de Thierry. Es una lástima, pero ella se encuentra ahora gravemente enferma en la Ciudad de México, víctima de complicaciones y de achaques ineludibles en la vejez.

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___De Helen recuerdo su espigado talle, su largo pelo cano, su sonrisa a flor de piel y su generosidad francesa; su magia conversadora y su amor por esa playa salpicada de mantarrayas y medusas, de abundante pesca y de atardeceres rojos.

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___Helen va a morir, lejos de su patria y lejos de su playa, así lo dijo Thierry sin decirlo, y será una de esas muertes que le duelen a uno, no por apego consanguíneo, sino por mera afinidad, por simpatía e identificación. Hay personas con las que uno se topa y de las que no se olvida jamás. Helen es una de ellas.

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