miércoles, septiembre 13, 2006

BUENOS Y MALOS
(a Caósmico y sus amigos)
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___La mayoría de los que vienen a leer aquí se habrán topado con maestros de toda calaña. Por "Toda calaña" (*) entiendo yo dos opciones, digo, a fin de sintetizar...: (no dejen pasar la oportunidad de gozar de una innovación tipográfica: la utilización de dos puntos después de puntos suspensivos. Esta variante, por cierto, se localizó originalmente en un manuscrito de Rabelais, pero fue desechada por el editor al considerarla un desacierto ortográfico -lo que son las cosas <>-) los buenos y los malos maestros.
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___Características del "buen maestro": puede o no tener posgrado académico, pero simpatiza con el método socrático del diálogo, es decir, "solo sabe que no sabe" y que cualquier alumno, por alivianado o nerd que parezca puede aportar una idea nueva a cualquier discusión si se le ofrece la oportunidad y las condiciones para hacerlo. Esto es infalible, amigos. Ni siquiera tienes que estar familiarizado con la tradición épica homérica o la subsecuente producción trágica clásica griega para darte cuenta del principio de pasión y verdad que domine el maestro en cuestión. (Vale aclarar aquí que "pasión y verdad" se podían decir en griego en un sólo término y que, siglos después, podría el alemán, y unos cuantos idiomas más, expresar en forma genuina en una sola palabra -palabra que no veo el caso reproducir aquí porque suena como un estornudo y no quiero empañar este texto con acotaciones risibles).
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___Lector: continúo aquí después de un punto y aparte que podría considerarse impropio de no ser porque el formato de la pantalla repudia los párrafos extensos.
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___(Bueno, mejor continúo acá). Este maestro no se infarta si llegas a mitad de la clase, simplemente te pone en una estadística del INEGI que tú ni siquiera imaginas que existe y que nosotros no vamos a perder el tiempo en explicar. Hace una broma y sigue con lo que considera importante: enseñar a pesar de tus problemas, tu pretexto o tu indolencia (recuerda que no le pagan para corregir indolencias). Al final del semestre te mirará a los ojos y sabrá, a simple vista, si mereces una segunda oportunidad (la del examen extraordinario, cuyo resultado podría ser un simple trámite administrativo si tú eres honesto).
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___Por otra parte: hay maestros sangre pesada, mamones. En sus fiestas de cumpleaños no logran reunir ni a su familia; cuando tratan de chatear, por ejemplo, la gente inmediatamente coloca el letrero de "no disponible". Tales mentores se casaron, sí, pero su cónyuge asiste a terapia en algún local de Alcóholicos anónimos, o simplemente, en el caso de los más observadores, se muestran sorprendidos o agraviados en una parte íntima -no sabemos exactamente por qué- cuando ven en los diarios la noticia de que Shakira realiza una gira por el mundo denominada "fijación oral".
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___(No explico ya la reticiencia del punto y aparte). Para decirlo con pocas palabras: Los malos maestros inducen pesimismo en sus educandos, mientras que los buenos maestros son portadores de optimismo -"¡puedes conocer a pesar de tus adicciones!"-
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___Aclarando este bendito berenjenal de términos, entenderías que "optimismo" no tiene nada que ver con el discurso de Carlos Cuauhtémoc Sánchez o Miguel Ángel Cornejo. Tiene que ver, más bien, con una emoción que ya has experimentado cuando conectas algunos de tus sentidos con la razón. Solemos ser una vil copia fotostática de tres mil años de conflictos humanos.
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___Como sea, quizá no estés en condiciones de recibir un título universitario. No tanto porque menosprecies tus capacidades intelectuales, sino porque quizá el sistema de evaluación es un tobogán hacia el desagüe, un remolino de inconsistencias, un galimatías académico.
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___No te preocupes, pues, de la evaluación de tus mentores. Ellos están calificándose a sí mismos. Los malos terminarán por reconocer que su sistema miope ha terminado por alejarlos del conocimiento.
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2 comentarios:

mar adentro dijo...

Tengo una lista de los que, para mi, fueron o son, los mejores maestros...y todos están abiertos al diálogo, te escuchan y ayudan a desarrollar ideas. Ninguno se para delante de un auditorio cautivo para aventarse un speech de una hora. Te comparten anécdotas que los hacen más humanos. Te invitan a expresarte y nunca, nunca, te hacen sentir que tu comentario fue estúpido, aunque lo sea.
Lástima que mi lista no sea muy grande...pero los que están en ella, sí lo son.
Gracias por recordármelos...
Lorena

Sir Hache dijo...

Son definitivamente las definiciones correctas: Bueno y Malo.

Cuando resultan ser malos, válgame que si logran ser odiosos y hasta uno desea verlos moribundos sufriendo. Pero por supuesto que también hay los buenos, esos comprensivos, carismáticos, profesionales y que hasta pueden llegar a ser fácilmente nuestros mejores amigos.

Saludos Don Nacho.