viernes, septiembre 22, 2006

TRANSDIARIO
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(UN EPITAFIO PARA TUS ILUSIONES)
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___Deseas cambios en tu vida, pero en ocasiones esos cambios vienen acompañados de catástrofes que atropellan. ¿Qué fue de Nueva Orleans después de Katrina, esa fuerza ciclónica de la naturaleza? La vida parecía seguir con su percusión suavecita de jazz, registrando sus emociones con toda la calma del bajo improvisando latidos, vigilando esos cambios graduales, imperceptibles en una gran ciudad estadounidense, disfrutando su historia y cultura al lado del gran Río, recibiendo turistas y futuristas. De pronto, millones se encuentran en la calle, sin casa, remojados y atónitos, incrédulos y a oscuras, viviendo en un estadio donde, semanas atrás, el eco devolvía sus propios alaridos de grandeza, su confianza en un país dispuesto a gozar del gran entretenimiento, sus touchdowns gloriosos y memorables. La vida desahogada del capitalismo crediticio de pronto se anega de cauces desbordados; el látigo del huracán crispa los nervios y los niños despiertan de sus caricaturas. ¿Cómo es posible esta pesadilla?
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___El Planeta palpita. Los meteoros son rubores que adornan sus mejillas y nuestros lamentos son reminiscencias del aullido de las especies. Las especies añoran la calma, la estabilidad. Lloran ante el peligro de perderla, se asustan y es entonces cuando las especies se extinguen. Fenecen de pánico, no porque no puedan adaptarse, sino porque ante el cambio se paralizan. Hay excepciones como las cucarachas que sobreviven. Y sobreviven a inundaciones como la de Nueva Orleans; permanecen porque no entran en pánico. Han aprendido a esperar y a tomar las cosas como vienen. Y siguen igual que hace millones de años: sin ilusiones. Quizá por el Gregorio de Kafka deseaba ser alguna modalidad de bicho sin esperanzas, sin mayores soberbias: un sobreviviente.
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___La mayoría de las especies no concibe que el cambio puede atropellarlos. Sufren (sufrimos) frente a lo impredecible. Rechazamos lo impredecible, nos asusta. Es entonces que alguna especie crea mitos, ritos y religiones. Algo que explique lo inexplicable, lo impredecible. Deseamos ubicar el Génesis, el Creador, el Continuador, el Explicador de todo cuanto nos asusta. Luego inventamos el Apocalispsis, el final, el cielo eterno, el Paraíso, algo que nos reconforte y garantice que la nave aterrizará exitosamente en algún momento, que la angustia de vivir es pasajera y que vendrá el confort, que nuestras angustias son un mero parpadeo del Universo en una tarde sin fin. Y llegan también los pesimistas, los existencialistas, los Nietszche y Heidegger, los filósofos del desastre, bordando nuevos mitos a partir del sufrimiento y del susto, medrando con las preguntas sin respuesta de nuestras pesadillas filosóficas, de nuestro vértigo.
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___Antier, el 20 de septiembre, pensaba en esto. Pensaba en 1985. Esa fecha estaba impresa en la reservación del boleto de avión que me llevaría de regreso a la Ciudad de México antes de que todo cambiara, antes del terremoto del 19 de septiembre que cambió mi vida y la de mi familia. No era necesario cancelar la reservación, el terremoto ya lo había hecho.
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___Deseas cambios en tu vida, pero en ocasiones esos cambios vienen acompañados de catástrofes que atropellan. En la colonia Cuauhtémoc, donde vivía, algunos edificios se derrumbaron como los dioses del Anáhuac, ante la mirada atónita de los vecinos. El mío permaneció de pie, con algunas rajaduras en su piel, pero estoicamente dispuesto a continuar. Jamás volveré a habitar mi departamento. Mudaré a otro cielo, como una estrella fugaz que se desvanece.
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___Cambió mi vida, como cambian las estaciones y como desaparecen las especies y las ilusiones; los planes y nuestra efímera idea de futuro.
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___Ahora que leen estas líneas, amigos, su propia vida parecerá ligada a estas letras, a los cambios involuntarios que me obligan a escribir en este apartado lugar. Su vida compartiera acaso mis desavenencias con el cambio, mi reticencia a aceptar el palpitar incierto del Planeta vivo. Mi resignación compartida en estas líneas. Mi reubicación en este Universo impredecible.
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___De alguna forma, la sobrevivencia se esconde en el abecedario, en nuestra teatralidad frente al desastre.
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3 comentarios:

mar adentro dijo...

La vida cambia todos los días, cambia a cada instante, algunas veces se nota en ese momento, en otras, las consecuencias se notan de a poco o mucho tiempo después, tanto, que probablemente nunca nos demos cuenta qué provocó lo que ahora vivimos...
No sabemos qué sucederá si en vez de girar a la izquierda en una esquina lo hacemos a la derecha; si elegimos una marca de yogurt en vez de otra; si entablamos una conversación con un desconocido o no; si elegimos una casa en un sector de la ciudad en vez de otra que también nos gustaba o si llega una fuerza tremenda desde el centro de la Tierra y en un instante nos cambia la vida... no lo sabemos, sin embargo, lo que sea que te haya hecho mudarte y permanecer aquí, creo que ha enriquecido la vida de muchas personas...
Es un gusto.

nacho dijo...

Gracias por tu comentario, no sé exactamente quién eres pero me llenan de entusiasmo tus palabras... gracias.
nacho mondaca

mar adentro dijo...

soy Lorena, Nacho...la que muere por bucear pero no tiene divebuddies, la que dice comentarios muy malos en la clase de Rita...¿ya me reconoces?