LA MÚSICA, ESE DULCE VENENO
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___El concierto de música mexicana tuvo un final devertidísimo una una serie de canciones que actuamos y bailamos: La bikina, La bamba, La parranda y Cielito Lindo con el público cantando y palmeando. Fue un éxito porque a pesar de no haber tenido propaganda, el auditorio practicamente se llenó. La direc Marybel Ferrales estaba muy contenta por el desempeño vocal y escénico de los 40 coristas, además cantó dos canciones como solista que causaron furor. La socia y el que teclea cantamos "Qué lejos ando" de Manuel M. Ponce con apoteótica ovación del público (por favor cambien "apoteótica" por otro adjetivo más mesurado), je. Brendita Córdova también se despachó con dos canciones que fueron bien cantadas y bien recibidas. A los amigos que asistieron: gracias. También a los enemigos, si los hubiera.
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___Todos andábamos eufóricos entre pacas de alfalfa, sillas de montar, instrumentos agrícolas y botellas de tequila (eran de utilería, carajo), varios me dijeron que la indumentaria vaquera no se me da. Ni hablar. El caso era celebrar la Revolución Mexicana, esa que dice Fox está en desuso.
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___Ahora vendrá una zarzuela para un par de meses más... Soy contento y nomás por eso voy a acabarme todo el spaghetti a la bolognesa que sobró a mediodía. ¿Gustan?
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5 comentarios:
Si, mmmmm
Me da gusto por ti.
Saludos desde la tierra de Manuel M. Ponce.
quiero spaguetti, en su defecto estoy comiéndome unos tamales.. qué onda Nacho ahorita han de ir por Guaymas o a como manejas capaz ya están leyendo en Obre no? jaja saludos que les vaya muy bien! aunque pues vas en camino.. hum saludos a todos y cuidado porque la carretera a Obregón está infestada de escritores y el puro carrito de Nacho lleva a la Solem y al Franco Félix.Y allá se reúnen con el Isma, Hardcore. un abraxo.
spaguetti me encanta
Se ve que se divirtieron a lo grande , que bueno me da gusto por ti
Saludos desde mi Tierra REGIA
La música mexicana es casi ya música latinoamerica (por lo conocida que es, digo)
Yo crecí viendo películas de Pedro Infante y Jorge Negrete. Mucho charro. La mía madre me contaba que el mío padre la cortejaba con serenatas de música mexicana. Todo esto en Huancavelica, un pueblito serrano de los andes del Perú, donde era menos frecuente escuchar una marinera limeña (clásico del florklere costeño nacional)que una ranchera.
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