APOCALYPTO, otra aventura persecutoria de Gibson

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___Ayer fuimos a estrenar el Cinépolis de Sendero, nuevo mall situado al sur de Hermosillo. Su mejor oferta es la megapantalla y las palomitas con caramelo, pero si eres diabético puedes quedarte nomás con la megapantalla. Vimos Apocalypto, la cinta más reciente del director Mel Gibson, quien repite la receta de La pasión, al filmar en lengua nativa una historia en torno a los mayas.

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___Con una trama lineal, la historia es básicamente la persecusión de un joven comanche por parte de un grupo guerrero de mayas quien ha logrado escapar luego de que un eclipse providencialmente lo salva de ser sacrificado a Kukulcán, el dios maya-quiché.

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___Como muchos churros hollywoodenses, el filme de Gibson abusa de la casualidad y la buena fortuna para salvar a su héroe una y otra vez, lo que resta verosimilitud a la historia, sin embargo, la película tiene un logro innegable: desmitifica la visión turística occidental sobre los pueblos indígenas y exhibe la degeneración de una cultura que sacrifica seres humanos a sus dioses para compensar su incapacidad para sobrevivir. Insalubridad, hacinamiento y un carácter sanguinario son elementos que Gibson pone en la pantalla contradiciendo la ideología "políticamente correcta" que tiende a sublimar los usos y costumbres del pasado. La forma desprejuiciada en que Gibson exhibe la escala de valores de esos pueblos suele chocar con algunas ideas preconcebidas o autoinducidas por los historiadores.

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___Apocalypto, "el fin del mundo", presenta un capítulo de la civilización maya, lejano ya a su época de esplendor; las nociones astronómicas y científicas de sus antecesores han sido suplantadas por la superchería y la hechicería de las élites prevalecientes, las últimas predominantes antes de la llegada de los conquistadores españoles, esa otra cultura en decadencia.

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___Gibson corrió el riesgo de jugar con un tema persecutorio típico, su acierto fue quizá ambientarlo en una época paradigmática que ha sido muchas veces manoseada por la historiografía oficial, ansiosa por refrendar "nuestras raíces autóctonas". El filme abre así formas menos acartonadas de percibir y comprender la Historia. La ficción suele descubrir nudos donde la "verdad" histórica resulta complaciente o acomodaticia. Quizá sólo por eso resulte ilustrador ver el filme.

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