lunes, septiembre 27, 2004

¿SOMOS DESCENDIENTES DE LOS AZTECAS?

Desde que empezamos a rechazar el pañal, se nos inculca el aprendizaje de los símbolos patrios. Ninguno más misterioso y sorprendente que el escudo nacional: el águila sobre un nopal devorando a una serpiente, elemento sustraído de la mitología e historia azteca, pueblo con el que la historiografía oficial identifica nuestra raíz nativa.

Poco se repara en el hecho de que, a la llegada de los españoles, la cultura azteca tenía acaso 200 años de residencia en el Valle de México; la expansión de su poderío había comenzado hacia el año 1425. Otras culturas como la teotihuacana, la tolteca o la maya, cuya civilización predominara por siglos en suelo mexicano, guardan un menor peso en la conformación de la idiosincrasia nacional.

Se asume que una buena parte de la literatura precolombina fue destruida o sustraída por los españoles durante los primeros años de la conquista, particularmente la que se encontraba territorio mexicano. Posteriormente, la llegada de los primeros grupos evangelizadores hizo evidente que el conocimiento de las costumbres y la cultura nativa era indispensable para comprender las formas de pensamiento, los usos y las costumbres de los grupos étnicos que se pretendía convertir al cristianismo.

Desafortunadamente la recopilación primaria de datos sobre la cultura náhuatl, entre otras, obedeció a una perspectiva improvisada y fuertemente motivada por prejuicios ideológicos. Por ejemplo, las primeras crónicas son un vistazo desprovisto de una perspectiva histórica adecuada y sin elementos para juzgar una cultura distinta de la de los conquistadores.

Sin embargo, no deja de sorprenderme que algunos investigadores como Amos Segala afirmen que, pese a sus limitaciones, la obra de los españoles es el intento más asombroso de preservación que se haya emprendido en la historia de la cultura mundial. Aunque pueda resultar chocante, esta afirmación se puede corroborar a partir de los textos disponibles, incluyendo los códices y las crónicas realizadas por los nativos antes y después de la conquista de Tenochtitlán en 1521. Llama la atención que no apenas se tenga noticia de aquellos cantos dedicados a los sacrificios humanos que tenía por rito esta cultura y que orbitaban en la cotidianidad mexica.

Al estudiar los aspectos centrales de la cultura náhuatl, nos encontramos con conceptos que vale la pena aclarar, como es el caso del concepto “literatura” que es el que me preocupa por ahora. Los aztecas tenían una actividad “literaria” de la que se conservan importantes testimonios. Tengamos en cuenta que para la cultura mexica la “literatura” al igual que la arquitectura, la orfebrería y la pintura, eran una actividad socialmente codificada y reglamentada. Para los aztecas, el equivalente de la palabra “literario” era una actividad religiosa, un acto sacramental que ligaba al individuo con la comunidad y a ésta con los dioses.

Esta es una de las razones por las que, salvo raras excepciones, no existe una diferenciación de autores en la producción de textos literarios en esta cultura. La actividad no era de tipo individual sino que se encontraba reglamentada en formas y propósitos. De ahí que la creación “literaria” para los aztecas guarda una significación totalmente distinta a los juicios que tienen las culturas europeas sobre el tema. Habla también de la dificultad que han encontrado los traductores para manejar aquella simbología.

Géneros poéticos náhuatl
El hecho de que la notación escritural náhuatl esté conformada por pictografías y símbolos aleatorios, entre otras razones, crea un abismo entre las concepciones sobre “lo poético” que prevalecen en la Europa postrenacentista y en el México precolombino. Entre los mexica podemos encontrar una diferencia entre el discurso o relato (tlatolli) y el canto o poema (cuícatl), sin embargo, no encontramos una forma diferenciada entre verso y prosa propiamente. Así, por ejemplo, existía una clase de cantos denominados Xochicuícatl que eran llamados también floridos o de amistad, bien diferenciados de los Teocuícatl, que eran dedicados a recrear su cosmogonía.

Algunos investigadores chipocludos como Miguel León Portilla y Ángel María Garibay sostienen que los vocablos náhuatl flor y canto eran un referente a lo que se entiende en Occidente por poesía, aunque es importante aclarar que no existe una traducción de los textos nativos que pueda gozar de un porcentaje absoluto de certeza. Algunos patrones lingüísticos son cotejables y confiables, sin embargo, los textos han tenido que adaptarse a las formas poéticas europeas, por ejemplo, el renglón cortado, el uso del hipérbaton, etc.

Lo he dicho aquí, al involucrarnos con una lengua ajena cometemos voluntaria o involuntariamente una evidente usurpación, y su resultado, en el mejor de los casos, será un acercamiento afortunado, nunca la verdad revelada.

("Humphrey, habías abandonado el tono mamífero en tus textos y no nos habías castigado con posts tormentosos". -Disculpen, no lo vuelvo a hacer").

3 comentarios:

Julio dijo...

Humphrey
No es ningún castigo y no encuentro nada mamífero en este texto ni en ningún otro, y al contrario: debería seguirle.
Supongo que no se puede hablar de una universalidad en cuanto al tema de la integración cultural, y menos aún cuando las cosmovisión entre dos culturas es tan distinta y distante; por ello coincido (y espero haberle entendido correctamente) que la búsqueda de una identidad histórica no puede limitarse al estudio de la cultura precolombina, de la que sabemos poco, se ve, y de la que sabemos sólo a través de la interpretación de otros (azorados por las diferencias, hambreados por la riqueza), sino, desde luego, de la cultura ibérica, de manera que podamos apreciar, quizá con más cabalidad, el tamaño del recipiente en el que se contuvieron las impresiones (imprecisiones) del Nuevo Mundo. Un abrazo.

Semidios dijo...

descendemos de los árboles :)

David dijo...

Me interesa el hecho de poder averiguar bastante sobre la civilizacion aztecas ya que su historia me parece fascinante y por eso quiero saber y averiguar sobre esto