jueves, abril 05, 2007

TELEVISIÓN Y DISCURSO CIUDADANO
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___Leo la reflexión de Francisco Serratos http://www.egologia.blogspot.com
sobre del fenómeno de la televisión, "desde caricaturas hasta series gringas". Es verdad que la ideología contemporánea preconiza a un individuo pasivo y absorto en el yo, un yo que no alcanza a entender, un yo que pareciera extraviado. Pero la televisión, como epifenómeno de la ideología de la pasividad, es tan solo un elemento de enlace, un simple medio que transmite esa ideología y su grado de influencia como transmisor no es mucho mayor que el de una conversación ocasional o una charla en el bar. La ideología de la pasividad es una enfermedad que se transmite a través del discurso, el discurso de la pasividad inserto en nuestra forma de ubicar la realidad, una realidad ajena al yo. Esa percepción ideológica es lo que generalmente escurre en el discurso.
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___La televisión es actualmente el vehículo del discurso por excelencia. Homero Simpson es un individuo gravemente infestado por la ideología. El autor de la serie hiperboliza los síntomas para crear un efecto artístico. Si contrastamos el discurso del resto de los personajes con el de Homero, éstos parecieran inteligentes, es decir, menos idiotas que los de aquél, pero finalmente, ninguno de ellos (sus discursos) escapa de la ideología que los acota. El caso es que nadie se percata de la enfermedad de Homero y esto es lo que permite la convivencia. Finalmente todos se aceptan porque reproducen la ideología de la pasividad. Tolerancia, le llaman también.
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___En una segunda lectura, el mérito de la serie es desnudar los resortes de esa ideología y subrayar con humor la vacuidad de la sociedad estadounidense. El artista, el autor, no tiene la obligación de dar soluciones a la problemática que plantea en su trabajo; eso sería indudablemente una tarea para el espectador. Pero, el sólo hecho de decir "espectador", determina un grado de pasividad implícita. "Soy espectador: aplaudo o reniego, pero no puedo cambiar las cosas". "Soy tolerante, tolérenme". "No pasa nada".
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___Si observamos una serie moderna como Law & order, por ejemplo, el guión se atiene a un esquema. Los policías son gente de carne y hueso que investigan uno o varios casos y los resuelven pese a lo paradójico que pueda resultar la ley. Siempre están en el filo de sus capacidades psicológicas y su involucramiento emocional es patente. Sufren traumas y trastornos porque la ley y "el orden" (la política y las reglas) de Estados Unidos son injustos. Generalmente terminan los casos con un mal sabor de boca porque llegan al punto de que hay que cambiar esas reglas. Pero los personajes no pueden hacerlo. "No les compete", y tienen que conformarse con seguir "el procedimiento". Como tú, pues.
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___Finalmente, los conflictos morales de los protagonistas de la serie son melodramas de cinco pesos que pasan por el filtro del capitán, ese otro desequilibrado. Idealizaciones románticas que emocionan al espectador moderno porque se apartan de la crudeza kantiana de, digamos, el Elliot Ness de la legendaria serie Los intocables de los años sesenta. Ness es un personaje intolerante ceñido al estricto cumplimiento de la ley, un robocop en blanco y negro que no se apartará de sus propósitos de combatir el hampa por alguna digresión moral. Eso no es para él. La confianza en la ley es absoluta y no deja espacio para el individuo que se rinde ante su influjo. Nunca la cuestionará.
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___En ambas series, Law & order y Los intocables, hay importantes cambios de matiz, especialmente en lo tocante a la perspectiva psicológica de sus protagonistas, sin embargo, la constante es la aceptación del status quo que determina la Ley, esa Ley que prevalece. La Ley como hacedora de la ideología. La Ley es buena. Hay pobreza, desamparo, inequidad económica y graves desigualdades sociales, pero la Ley es buena.
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___Cuídate cuando digas cosas como: "hoy día los jóvenes no leen" o, "la ciudad va de mal en peor: hay mucho tráfico y la violencia va en aumento". En estas sencillas frases reproduces el formato de los noticieros televisivos, el formato de la ideología. La realidad está ahí, escupiéndonos, pero insistimos en tratarla como un ente ajeno a nuestro yo. Una formulación como "estoy haciendo esto para evitar que los jóvenes no lean" (por ejemplo, este post) o, "hay que introducir medios de transporte colectivo atractivo para quitarnos esta obsesión de tener un auto nuevo", son formas de expresión que nos son vedadas. No puedes cambiar las cosas, recuérdalo. Piensa que el discurso ciudadano es el mejor vehículo de la ideología.
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___¿Qué dije?
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1 comentario:

Ismael Lares dijo...

gracias, nacho
ya lo había contactado
sólo espero su respuesta
salú
y gracias