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NOVATAS Y MUDANZAS
No hay novatadas en la escuela de letras y lingüística. Sus estudiantes son demasiado snob como para prestar atención a tradiciones tan mundanas. (Hay varios con aires de haber recibido el premio Pulitzer). Hubo, eso sí, una pachanga para los estudiantes de nuevo ingreso organizada por los de séptimo semestre, sin embargo, creo que muy pocos acudieron a ese recibimiento, a mí se me olvidó. Como había anunciado, hubo festejos patrocinados por la rectoría para los estudiantes recién ingresados. Ahí cantó el coro de la Unison (cantamos cuatro rolitas nomás), entre otros grupos artísticos y deportivos representativos de la universidad. Hubo mucho alboroto por la exhibición del grupo de Tae-kown-do, su presentación terminó en un divertido cotorreo de patadas y caídas entre los estudiantes que improvisadamente eran llamados a alternar con los karatecas a cambio de una camiseta con logo y lema de la Unison. A pesar de que la dieta terminó por surtir efecto y de que me siento más ligero que Martha Sahagún -bajé 5 kilos- no me atreví a entrarle a las patadas, de modo que me vi obligado a desembolsar 20 pesos por una camiseta, también compré dos libros de 5 pesos, uno es sobre la polémica literaria en Sonora en los años 50s, imagínense, un tema para quitar el sueño hasta a la Bella Durmiente, el otro es de un poeta local que se identifica con Jim Morrison.
Por otro lado, vamos a tener que mudarnos en poco tiempo. El contrato de arrendamiento está por vencerse y la propietaria se encargo de comunicarnos diplomáticamente que ya se hartó de nosotros. Bien, el hartazgo es mutuo. Desde que nos cambiamos aquí, hace tres años, la rentera no ha querido invertir un centavo en mejorar la casa, peor para ella. Además no cabemos, somos una familia de cinco comensales y contamos con un solo baño. Por las mañanas aquello se transforma en una ventanilla del estadio Azteca previo a un juego Chivas-América. Cuando me estoy rasurando generalmente me corto crispado por la obstinación del reloj de no parar nunca y por los gritos de mi marciano favorito y la chica superpoderosa que necesita lavarse los dientes para irse a clases. Así que buscaremos mudarnos a algún castillo medieval cercano o a una hacienda porfiriana, lo que salga primero.
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