martes, septiembre 16, 2003

LA LA NOBLE CAUSA DE LA FILOSOFÍA

Dejo la causa de la filosofía para mejores épocas. En tardes calurosas de verano ("Ni modo que de invierno, Humphrey") suelo filosofar. Pero me detengo. Veo la imagen de Sócrates (o la del Heriberto Y. caminando por un callejón de Tijuana) y pienso que la Filosofía exige cierta edad (no es nada personal). Soy un filósofo latente, esperando que pase la nube pasajera de la confusión para elaborar un sistema contra los filósofos que suelen hacer sistemas filosóficos. No se desesperen. Mi primer libro se titulará: "Los filósofos de la antigüedad: de 300 a. C. a 2000 d. C., un rodeo metodológico".

Cuando éste, mi primer título, se convierta en libro de texto empezaré a escribir libros de sexo. El primer título de esta serie será: "El sexo en el siglo XX y otros anacronismos, (de Emma Bovary a Madonna, los registros del tedio)". Sí, es largo el título, pero en esa época los títulos serán más especializados.

Ok. Cuando este último título sea considerado "fresa" (o cualquier otro sinónimo relativo) habré encontrado sentido a la discusión onanista que actualmente tienen los lingüistas, probablemente en esa época abordaré el tema de las lenguas. Pienso abordar en primer término el de las rasposas. No se lo pierdan. Para entonces la filosofía será una fotografía en blanco y negro.

¿Qué hora es?

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