viernes, septiembre 19, 2003

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SOBRE LA IMPOSIBILIDAD DE SER UNO MISMO

Tenemos a nuestro favor que ser uno mismo es imposible, en cualquier circunstancia. Mayormente imposible es pretender ser uno mismo a la hora de escribir. Quien escribe nunca es un escritor químicamente "puro". Es más, al momento de pretender ser "puro" ya se adopta una personalidad extríseca. Así es la cosa. Ser "puro" es puro pedo.

Esa factuidad de no ser uno mismo, sin embargo, como bien menciona Daniel (Libros no -les debo el link-), posibilita ser muchos otros a la hora de escribir, incluido el pretendido "puro" (a sabiendas, pues de su inmanente impostura). Quien se ve favorecida de forma suprema por esta circunstancia es sin duda la ficción.

Se han gastado muchos renglones (había puesto tinta) en aclarar que lo que se dice en los blogs es ficción, como si alguien creyera que lo que lee aquí es la verdad. A veces se nos olvida que esto no es una notaría. Ha habido personas que se han ofendido por algún comentario ficcioso, como si uno estuviera en situación de creer "cierto" lo que aquí se escribe. Conste que no estoy diciendo que lo que se escribe en los blogs son "mentiras". La ficción tiene tanto de realidad como la realidad de ficción.

Nadie narra hechos reales. Narra acaso algunos aspectos de la realidad: relatos, vivencias, accidentes, reflexiones, especulaciones, etc., salpicado todo de subjetivismo (inspiración le llaman en el mejor de los casos), nadie escapa de narrar un hecho pensando en quién va a leerlo, pensando en el tipo de reacción que va a causar en otro (s). En cierto sentido ese "es el chiste" del blog. Si no, pues mejor escribiríamos un diario personal que guardaríamos en un ropero.

La ficción no es más que una continuación de la realidad y la realidad es en gran medida ficción potencial. Vean si no el ascenso de Fox al poder, el ataque a las Torres Gemelas, la guerra de Irak, ¿no parece todo ello una ficción?, algo que ocurre a pesar de la realidad misma. Fox era un simple ranchero enamorado; el 10 de septiembre de 2001, Nueva York era una rutina vertiginosa; En el 2000 era impensable que Irak sufriera una nueva invasión a manos del hijo del invasor anterior (¡Dios, esto supera toda la ficción sobre tiranos!).

Aceptarnos y aceptar a otros en esta perspectiva pondría nuestras lectoescrituras fuera de la mira del prejuicio. Pero por lo visto estamos aún en un período que podría llamarse la infancia del blog. Será cosa de irnos acostumbrando a sacarle mejor partida al blog. Relativamente hablando el blog es una novedad, sí, pero un nuevo tipo de novedad cuyas implicaciones no hemos terminado de asimilar.

Simplemente, ¿no ha cambiado el blog su propio estilo de vida (el de ustedes y también el mío), no ha inducido en ustedes nuevas ideas sobre la publicación de textos, sobre la relación inédita con otros escribanos, sobre las conexiones hipervinculares, etc, etc.?

Aquí la dejo.

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