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OVNIS
¿Vieron los ovnis que transmitió ayer Joaquín López Dóriga?
Lucecitas avistadas por el radar y otros instrumentos de un avión del ejército mexicano encargado de zorrear a narcos. (Todo esto ocurre mientras echo un vistazo a la vida y obra de Carlos Fuentes).
La noticia, viniendo de quien vino, de elementos de nuestras múltiplemente heróicas Fuerzas Armadas, me sobresaltó. Pero mi desazón alcanzó un grado karmático de tranquilidad al enterarme de que Jaime Maussan tomaba a su cargo la interpretación del fenómeno. Estamos salvados: Maussan es uno de los pocos ciudadanos en esta nación que tiene más canas que yo y no puedo sino otorgarle una autoridad suprema cuando habla. Si no, ¿dónde quedaría la honra de quienes portamos orgullosos esas premoniciones capilares del Alzehimer?.
Cuando Jaime Maussan emite significantes fonéticos caigo en un estado de catalepsia conciente y mi imaginación vaga difusa por los corredores alucinantes que crearon en su (s) momento (s) Ray Bradbury y José Córdoba Montoya. Observo el fenómeno de la ficción ovnícola con los catalejos de lo real maravilloso. Entro en trance y emito lucecitas fosforescentes. Luego concentro las escasas dioptrías de estas imágenes superpuestas que mi sistema parasimpático puede retener y pienso (es un rasgo no lineal de la mente) en los textos que solía escribir en su blog Mr. Phuy. Acto seguido, a manera de paréntesis, pienso en Zico e intento repasar los prolegómenos del fracaso -la mente hace paréntesis imprevistos-, (todo porque Mr. Phuy ha logrado refrescar la desastroza actuación de ese jugador en cierto mundial). Luego reacciono y regreso. Carlos Fuentes no alcanza a emocionarme y a muchos de ustedes les habrá pasado igual. Monólogo interno en La región más transparente (choteado desde "La luciérnaga" de Mariano Azuela); Aura, narración vs. la segunda persona (uno mismo pendejeando como lector), ensayos al borde, discursos abarrotados de citas de famosos... En síntesis: Carlos Fuentes es un escritor de OFICIO. Lo lamento. El cuate sabe escribir pendejadas con cierto oficio. Perdonen si estoy borracho, pero juzguen por ustedes mismos la siguiente perogrullada:
"Tiempo is pánico"
"El tiempo hispánico también es tiempo de México: omnipresente pero ocultado (oh!), vehículo original de la tradición occidental (¡Ole!), tiempo de la Conquista y de la Colonia, rechazado por la Independencia y por la subsecuente confianza dada a los tiempos ingleses, franceses y norteamericanos; rescatarlo, comprenderlo, es una empresa que nos llena de pánico: preferimos negarlo o exaltarlo, aún no aprendemos a socializarlo". (Guau... ¡Carlos, Carlos, Carlos!... Luego sin decir agua va):
"El lenguaje es la socialización del tiempo"... (Bravo... el tiempo ha sido socializado por Carlos, qué bueno, antes estaba individualizado, ahora ya podemos compartirlo). (Sigue Charlie, plis):
"Todo lenguaje, verbal, científico o plástico, es revolucionario; establece la propiedad comunal de sus objetos aún antes de que las formas económicas y políticas lo logren; las anuncia". (sic).
En leyendo lo anterior no puedo sino darme un abrazo a mí mismo y congratularme por haber conocido a este hombre sabio, Carlos Fuentes, que puede escribir galimatías convincentes como el anterior y luego tener el descaro de aceptar premios de literatura. ("Carlos, sigue, tu cosmopolitismo nos arrolla"). (Tiempo Hispánico, Tiempo is Pánico... wow, qué alcances, qué manejo del lenguaje, el juego de las palabras, el pago de las jugaldras).
Aquí mi preconciente se detiene y cuestiona dos cosas: Primero, pone a discusión la presunta anacronía de la frase inicial del párrafo anterior que dice: "En leyendo..."; el preconciente, no conforme con la mera crítica, propone la supresión de la preposición "en" alegando que su ausencia no distorsiona el sentido de la enunciación referida. Segundo, pide que le sirvan menudo y que le traigan también chiltepines, y que si hay cerveza Modelo especial que también le sirvan una.
En este punto, ocurre que el teniente encargado de proveer la información que proporcionan los instrumentos de navegación de la nave de las múltiplemente heróicas fuerzas armadas referida, sujeto primario de este texto (la información no el teniente), señala que "no estamos solos", en referencia jocosa y obvia a los referentes que hiciera famosos Pedro Ferriz hace un par de décadas (jocosa porque el teniente y el mayor, tripulantes de la nave, ríen nerviosamente). Nada parece conformarnos. Vemos las lucecitas en cadena nacional. No sabemos qué son. Ellos tampoco saben qué son. Nadie sabe qué son. Carlos Fuentes tampoco sabe qué son. ¿Ustedes saben qué son? ((Maestro Éktor Martínez, ¿por qué no se ensaña usted, ora que ha sido invitado a la reunión de literatos sonoritas el 4 de junio, con el pudibundo maestro Carlos Fuentes, quien se pone de pechito para que la crítica lo amanse?))
¿Qué hora es?
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