LUCHA LIBRE
Entablo mañana una lucha sin cuartel en contra de la materia de Español Superior. Aunque desigual, la lucha se ha pactado a dos caídas de tres, sin límite de tiempo, en su modalidad de combate individual, es decir, no de relevos australianos. Dedico la noche a repasar las tácticas de este rudo por naturaleza (el español) y navego sin rumbo por las aguas pantanosas de la oración compuesta y la compleja tratando de armar una estrategia salvadora. Como saben, las oraciones copulativas despiertan rumores entre la gente; las distributivas parecen programa de Pronasol; las yuxtapuestas cuando no dicen una cosa dicen otra; las disyuntivas son mis favoritas, porque las subordinadas pues son eso, agachonas.
Ruego a la Virgen de la Macarena (española) que me asista en la batalla y que no permita que el rival saque corcholatas, vidrios o clavos y que el pleito sea parejo. Luego les cuento.
("Humphrey, no mames, ya ni siquiera se fabrican las corcholatas." -¿En serio?-).
1 comentario:
Es cierto, son capciosos los objetos... no hay más remedio que aplicarles la voz pasiva y ver cómo se retuercen... jeje. saludos Luthien.
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