viernes, diciembre 24, 2004

FLASHES NAVIDEÑOS

....Una foto es muchas cosas: un acontecimiento, una coincidencia, un esfuerzo por detener el tiempo (ese imposible), un intento por capturar algo, una forma de resignación ante lo inevitable, un simple click o un guiño de luz nocturnal.
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.....Una foto es la memoria buscando un espejo donde pueda contemplarse cada cierto tiempo. Es un capricho visual único que exige su lugar en el espacio. Es el tiempo capturado en un archivo que se irá destiñiendo poco a poco. La fotografía es una broma que le jugamos a la simultaneidad del tiempo, de alguna manera presente, pasado y futuro están ahí, mirándonos, dialogando con nuestra nostalgia incurable.
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.....Esta época es un carnaval de fotografías y videos familiares. Una temporada en que todos quieren ser otros, ellos mismos quizá, pero mejores. Por eso se estrena platillos, ropa, auto, casa, matrimonio, muebles, juguetes, ilusiones o deseos. La foto es el termómetro del gozo que esto supone. Aunque otras culturas no celebran la Navidad judeo-cristiana, no pueden evitar contaminarse del fenómeno tecnológico e ideológico que encarna la nuestra. Los chinos o los hindúes pueden no creer en Jesucristo, pero no podrán escapar del influjo fascinante de una cámara fotográfica o de video, del teléfono, del cine, etcétera y del correlato ideológico que implica nuestra cultura.
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.....En el estertor anual dispondremos de rollos, película, digitalismo, fotos instantáneas, imágenes en celular y otras modalidades de nuestras legítimas fijaciones. Vendrán fotos, ritos y costumbres familiares ineludibles, canónicas, serias o divertidas, imprevistas o de pose, para llevar o para comer aquí. Hay que tener a la mano nuestra mejor cara (la única). Nuestros familiares y amigos desean quedarse con algo de nosotros, lo mejor, una expresión alegre por estar con ellos, por eso nos sonríen, por eso quieren capturarnos contentos. Por eso traen la cámara. Hay que darnos eso. No cuesta nada.
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.....Yo ya desempolvé mi Pentax viejita, ahora viene lo divertido. Aprovechen para reirse, beber y disfrutar de la vida, no le den vueltas.

3 comentarios:

Erika Mergruen dijo...

luces y abrazos pa tod@s allá, y que el tren siga su marcha... y que el pavo llegue a buen término :p

edilberto aldan dijo...

Mi admiradísimo HB

Escribí unas líneas pensando en la gente que estimo, acá las dejo:

Escribir a mano, rendir un íntimo tributo al carpintero alemán Kasper Faber, deslizar la mano sobre el papel, mirar aparecer el mundo.

Sentir, pero sobre todo evocar: La imagen es grata: el cuaderno de hojas blancas sobre el que se desliza la punta de grafito inaugurando el mundo, sobre el papel, la mano libre de escribir lo que le venga en gana, descubrir que los primeros pasos para abrazar el universo consisten en saber el orden de las letras, que cuatro signos hacen real un gato, que en ese mismo espacio cabe el amor o la primera gota de lluvia. La libertad con que se desplaza la intención de la mano sobre la superficie, ya no más la esclavitud de la hoja traslúcida sobre la que seguía las líneas escritas por otro y que enseñaban que mi mamá me mima o el oso se asea. Ahora es uno quien decide. Y el mundo es nombrado.

Podría describir la sorpresa de la primera vez en que el recorrido de la mano se detuvo y espero que del lápiz saliera algo distinto a lo que imaginaba, mirar el tramo de madera que contenía el universo, imágenes y letras, con el mismo objeto se podía dibujar el cielo, una nave, la superficie lunar, pero sobre todo, que era posible escribir las palabras que contaban la conquista de la luna, decidir dejar el lápiz a su voluntad, agitarlo para después recostarlo sobre la hoja para ver si escurría el mundo a través de su punta.

Más que un recuerdo inútil, es un recuerdo falso, nunca espere que por sí mismo el lápiz describiera el mundo, el aprendizaje de las letras y la forma en que encadenadas me hizo consciente del valor de las palabras, ese que requiere una intención, que surge de uno mismo y comprueba cuán grande es la mentira de que una imagen dice más que mil palabras, pues una sola palabra puede cambiar el mundo pues lo nombra.

Escribo estas líneas para no olvidar, para no esperar a que el universo escurra libre del lápiz abandonado sobre el cuaderno, para recordar que una sola palabra es capaz de describir lo infinito.

Escribo para regalar lo único que es mío.

Gracias, es mi regalo.

Gracias, es la palabra.

Mis mejores deseos en estas fiestas y siempre. Felices instantáneas

nacho dijo...

Érika: adivinaste, también tenemos el pavo en el horno. Edilberto: tu regalo se agradece y se guarda en un ventrículo. Como siempre, un lujo tenerlos de lectores y autores. Agradezco sus letras y espero leerlos por muchos años. Que la navidad los encuentre felices y que en los años por venir se cumplan sus metas letreras. Uno de mis deseos es poder conocerlos personalmente algún día. Abrazos sinceros y apretados.