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HOLANDA, LA HISTORIA DE SIEMPRE
Terrible el partido que dio Holanda contra Portugal. Sedorf estuvo batallador pero fatal en los centros y tiros a gol; Van Nistelroy y Makai no te atinaban ni a una montaña rusa. Davis, Cocú y Van der Sart se la rifaron en gran nivel pero el equipo es de 11. Figo dio un gran partido, le sentó bien el descanso; la defensiva portuguesa cerró filascon y con el gol de Maniche me quito el sombrero y paso sin comentarios. Mis pronósticos cayeron por los suelos, por eso jamás le entro a Progol. Me queda solamente reiterar mi fidelidad a la garra checa.
miércoles, junio 30, 2004
martes, junio 29, 2004
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MANIFESTACION Y REVOLUCIÓN
Cuesta arriba la tienen los precandidatos presidenciales luego de la manifestación antiviolencia de la Ciudad de México en la que Fox no pudo evitar el chipote y menos sacar ventaja. López Obrador tiene que rodearse de asesores con sentido común, a fin de evadir el callejón paranoico en el que se ha metido. Mejor librados salen aquellos precandidatos que no opinaron nada.
Las cosas ahí están. La falta de acuerdos políticos, la ausencia programática y el déficit de liderazgo comenzará a gestar movilizaciones y comportamientos sociales inéditos. Si las autoridades no reaccionan ante la movilización, pronto comenzaremos a ver linchamientos en las calles y a ciudadanos tomando la justicia en sus manos.
Ayer detuvieron en un retén del norte de Sonora a un agente del Ministerio Público que viajaba por ser transferido a Baja California. Llevaba 17 kilos de cocaína debajo del asiento trasero (lo que es no tener ingenio). Qué pues, donde está el enemigo.
La indignación sale ya hasta por las alcantarillas, pero es cierto, mucha gente tiene hambre, pasa hambres y ya no cree en nada. El hambre, especialmente cuando se hace costumbre, engendra malos pensamientos y lleva a muchos a delinquir. Las desigualdades abismales engendran envidia y soberbia, el desenlace es oprobio y turbulencia, odio y rencor social.
Luego de la victoria electoral de Fox en el 2000, la gente ha empezado a desconfiar de las elecciones. El voto en ocasiones es una pistola que se nos dispara.
Ya, gobiernos, olvídense de estadísticas y cuentas alegres y tengan presente que están siendo rebasados. Nosotros ya lo sabemos: cuando un pueblo rebasa a su gobierno entra en una espiral revolucionaria. Habrá que ver de qué calibre es esta revolución. Ahora la cosa es que los medios (es decir, Televisa y TV Azteca) quieren aparecer del lado de los ciudanos ofendidos para apuntalar su rating y mantener su cuota negociada de poder. Da risa ver a intelenguales como Monsiváis y Aguilar Camín haciéndose los que la virgen les habla. Pataditas al pesebre no, por favor, no sean trompudos.
MANIFESTACION Y REVOLUCIÓN
Cuesta arriba la tienen los precandidatos presidenciales luego de la manifestación antiviolencia de la Ciudad de México en la que Fox no pudo evitar el chipote y menos sacar ventaja. López Obrador tiene que rodearse de asesores con sentido común, a fin de evadir el callejón paranoico en el que se ha metido. Mejor librados salen aquellos precandidatos que no opinaron nada.
Las cosas ahí están. La falta de acuerdos políticos, la ausencia programática y el déficit de liderazgo comenzará a gestar movilizaciones y comportamientos sociales inéditos. Si las autoridades no reaccionan ante la movilización, pronto comenzaremos a ver linchamientos en las calles y a ciudadanos tomando la justicia en sus manos.
Ayer detuvieron en un retén del norte de Sonora a un agente del Ministerio Público que viajaba por ser transferido a Baja California. Llevaba 17 kilos de cocaína debajo del asiento trasero (lo que es no tener ingenio). Qué pues, donde está el enemigo.
La indignación sale ya hasta por las alcantarillas, pero es cierto, mucha gente tiene hambre, pasa hambres y ya no cree en nada. El hambre, especialmente cuando se hace costumbre, engendra malos pensamientos y lleva a muchos a delinquir. Las desigualdades abismales engendran envidia y soberbia, el desenlace es oprobio y turbulencia, odio y rencor social.
Luego de la victoria electoral de Fox en el 2000, la gente ha empezado a desconfiar de las elecciones. El voto en ocasiones es una pistola que se nos dispara.
Ya, gobiernos, olvídense de estadísticas y cuentas alegres y tengan presente que están siendo rebasados. Nosotros ya lo sabemos: cuando un pueblo rebasa a su gobierno entra en una espiral revolucionaria. Habrá que ver de qué calibre es esta revolución. Ahora la cosa es que los medios (es decir, Televisa y TV Azteca) quieren aparecer del lado de los ciudanos ofendidos para apuntalar su rating y mantener su cuota negociada de poder. Da risa ver a intelenguales como Monsiváis y Aguilar Camín haciéndose los que la virgen les habla. Pataditas al pesebre no, por favor, no sean trompudos.
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COMIENZA LA SEMIFINAL DE LA EURO
Discúlpenme pero le voy a Holanda aunque la balanza local apunta por Portugalo. Ya con la consulta del tarot, me inclino por una final República Checa-Holanda, en cuyo caso mi corazón está con los de Europa Central pues me sorprende su garra y talento, virtudes que eludieron a franceses y alemanes. ¿Quién da más?
COMIENZA LA SEMIFINAL DE LA EURO
Discúlpenme pero le voy a Holanda aunque la balanza local apunta por Portugalo. Ya con la consulta del tarot, me inclino por una final República Checa-Holanda, en cuyo caso mi corazón está con los de Europa Central pues me sorprende su garra y talento, virtudes que eludieron a franceses y alemanes. ¿Quién da más?
domingo, junio 27, 2004
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LA GÉNESIS DEL POSTCORRIDO
El narcocorrido es la versión globalizada del corrido, una modalidad que dejó el siglo XX, ese pobre bipolar. El corrido finisecular se encargó de ornamentar la imagen transgresora del antihéroe final: el narcotraficante, un personaje que reconoce la legalidad como una frontera a eludir, no mejor ni peor que las fronteras geográficas, simplemente una más. Puede ser oriundo de Sinaloa o Michoacán, radicar en Matamoros o Tijuana, es indistinto, para él ya no existe el localismo: viaja a Colombia o Panamá y puede vivir en Nueva York, San Diego o Austin. Ha dejado el alcohol porque no puede descuidarse, ahora necesita estimularse y permanecer alerta.
El corrido tradicional, el de José Alfredo, representa el pesimismo del absurdo: por una hembra, el sujeto puede llorar dos semanas o simplemente cortarse las venas. Tragedias de veinte centavos. Se bate con dos traidores y muere en la esquina o lo pierde todo en un palenque apostando al gallo invicto. Es el mito de un temerario ciego que un día fue a la capital y regresó porque extrañaba los frijolitos de su madrecita. Regreso al terruño, cerca del rancho habrá una cantina.
El narcocorrido extiende fronteras, rediseña arquetipos y lleva la tragedia a esferas inéditas. Nuevas mitologías se urden al amparo de un poder emergente. El narcotraficante es nómada, como el emigrado, su acta de nacimiento no existe, incluso su nombre es dudoso. Medra desde el oscuro tapanco de una impunidad acechante. Es guerra de guerrillas definiendo territorios y áreas de influencia. Terminators en versión nopalona, sin chips ni destino manifiesto. No teme al gobierno ni al ejército, con ellos la guerra es de porcentajes o de malos entendidos.
Su nomadismo sepulta el antihéroe de cantina agobiado por los humos del alcohol; vuelve al pueblo sólo para levantar una cosecha de exportación, allá en la sierra, donde solía vivir Valentín. El narcocorrido sepulta emblemas y tradiciones. Su personaje ha dejado el caballo prieto azabache y lo ha cambiado por una Navigator blindada y un par de bimotores de matrícula canjeable. No acepta devoluciones ni quejas en la Profeco, él arregla las cosas a su modo. Los derechos humanos son parejos, él también es humano y tiene su derecho.
El narcocorrido rompe esquemas de creencias y dicta sentencias de facto. Aunque apela al papel predestinado del corrido como develador de realidades, su motivación es transgresora pues emite absoluciones de antemano frente a una justicia derretida. Hurga en las lagunas que va dejando un poder que se autocanibaliza.
Los Tigres del Norte han demostrado ya que ninguna prohibición radial va a detener al narcocorrido. Al contrario. Se escudarán en la libertad de expresión, o qué, ¿los narcos no tienen libertad de expresión? Ellos ya conocen su mercado y su mercado no tiene fronteras. Ganan el Grammy porque son artistas del globalismo, su versión adecuada a los tiempos, con trajes fosforescentes de barbitas y sombreros atejanados, acordeón tricolor y botas doradas.
Por eso el narcocorrido es el postcorrido. Son las mismas formas, los mismos octosílabos de rima pareada, las mismas tonadillas agotadas pero en versión masterizada de exóticos CDs. Lo dicho: el globalismo transgrede fronteras, costumbres y géneros musicales, los adecúa.
LA GÉNESIS DEL POSTCORRIDO
El narcocorrido es la versión globalizada del corrido, una modalidad que dejó el siglo XX, ese pobre bipolar. El corrido finisecular se encargó de ornamentar la imagen transgresora del antihéroe final: el narcotraficante, un personaje que reconoce la legalidad como una frontera a eludir, no mejor ni peor que las fronteras geográficas, simplemente una más. Puede ser oriundo de Sinaloa o Michoacán, radicar en Matamoros o Tijuana, es indistinto, para él ya no existe el localismo: viaja a Colombia o Panamá y puede vivir en Nueva York, San Diego o Austin. Ha dejado el alcohol porque no puede descuidarse, ahora necesita estimularse y permanecer alerta.
El corrido tradicional, el de José Alfredo, representa el pesimismo del absurdo: por una hembra, el sujeto puede llorar dos semanas o simplemente cortarse las venas. Tragedias de veinte centavos. Se bate con dos traidores y muere en la esquina o lo pierde todo en un palenque apostando al gallo invicto. Es el mito de un temerario ciego que un día fue a la capital y regresó porque extrañaba los frijolitos de su madrecita. Regreso al terruño, cerca del rancho habrá una cantina.
El narcocorrido extiende fronteras, rediseña arquetipos y lleva la tragedia a esferas inéditas. Nuevas mitologías se urden al amparo de un poder emergente. El narcotraficante es nómada, como el emigrado, su acta de nacimiento no existe, incluso su nombre es dudoso. Medra desde el oscuro tapanco de una impunidad acechante. Es guerra de guerrillas definiendo territorios y áreas de influencia. Terminators en versión nopalona, sin chips ni destino manifiesto. No teme al gobierno ni al ejército, con ellos la guerra es de porcentajes o de malos entendidos.
Su nomadismo sepulta el antihéroe de cantina agobiado por los humos del alcohol; vuelve al pueblo sólo para levantar una cosecha de exportación, allá en la sierra, donde solía vivir Valentín. El narcocorrido sepulta emblemas y tradiciones. Su personaje ha dejado el caballo prieto azabache y lo ha cambiado por una Navigator blindada y un par de bimotores de matrícula canjeable. No acepta devoluciones ni quejas en la Profeco, él arregla las cosas a su modo. Los derechos humanos son parejos, él también es humano y tiene su derecho.
El narcocorrido rompe esquemas de creencias y dicta sentencias de facto. Aunque apela al papel predestinado del corrido como develador de realidades, su motivación es transgresora pues emite absoluciones de antemano frente a una justicia derretida. Hurga en las lagunas que va dejando un poder que se autocanibaliza.
Los Tigres del Norte han demostrado ya que ninguna prohibición radial va a detener al narcocorrido. Al contrario. Se escudarán en la libertad de expresión, o qué, ¿los narcos no tienen libertad de expresión? Ellos ya conocen su mercado y su mercado no tiene fronteras. Ganan el Grammy porque son artistas del globalismo, su versión adecuada a los tiempos, con trajes fosforescentes de barbitas y sombreros atejanados, acordeón tricolor y botas doradas.
Por eso el narcocorrido es el postcorrido. Son las mismas formas, los mismos octosílabos de rima pareada, las mismas tonadillas agotadas pero en versión masterizada de exóticos CDs. Lo dicho: el globalismo transgrede fronteras, costumbres y géneros musicales, los adecúa.
viernes, junio 25, 2004
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TRANSDIARIO
Cuando escucho sus gemidos no me percato de la gravedad de su situación. Es muy temprano, salgo a la cochera a calentar el auto y me sorprende ver por todos lados un extraño vómito amarillento. Me dirijo al pasillo que da al traspatio y puedo verlo: está recargado a la pared tratando de incorporarse. Las patas batidas, la mirada vidriosa y sus terribles chillidos me estremecen. Lo llamo por su nombre y me mira suplicante, me reconoce acongojado por su incapacidad de sostenerse en pié, tiembla hasta el espasmo.
Instintivamente miro alrededor buscando una explicación, es algo tan sin sentido, estoy desconcertado, como exigiendo que la lógica se presente inmediatamente. Ésta acude: un trozo de papel aluminio con residuos de hígado crudo me da una pista. Tomo una cobija vieja y tapo al animal que se estremece como jamás he visto temblar a ser vivo alguno. No alcanzo a anticipar que cuando escriba esto, aún estaré escuchando esos gemidos. Llamo de emergencia a un veterinario conocido que no tarda más de 15 minutos en llegar. A mí me parece una eternidad este espacio de tiempo. De sólo ver mi expresión descompuesta, mi mujer no se atreve ni a asomarse. Llora porque ella lo quiere verdaderamente, pero oculta su tristeza y se marcha a dejar a los niños a la escuela sin decirles nada. Todo se ve en cámara lenta, la eternidad sigue apresándolo todo y el rostro de mi vecino empieza a configurarse detrás del cristal de los sospechosos.
Es veneno, dice. El diagnóstico es contundente y tardo algunos segundos en comprenderlo. Mario abre una caja de plástico que guarda parecido con la caja de mis anzuelos y enseres de pesca, aunque es más grande. Saca una jeringa, una ampolleta, algodón y alcohol. Lo inyecta en la pata y casi instantáneamente cesa el temblor. Tenemos que llevarlo al consultorio ahora que está sedado; su latido entabla una lucha por sobrevivir. Mario levanta el labio superio y las encías están ennegrecidas. Creo que es ácido fosfórico, ataca el sistema nervioso y provoca una muerte lenta, dice. Sigo aturdido. Veo en sus ojos algo que no se atreve a decir.
Lo colocamos en la caja del pick-up. Si pasa esta noche podemos salvarlo, dice con la voz quebrada de la amistad. No alcanzo a creerle.
Limpio la cochera y el patio a fuerza de manguera. Miro los rosales y el césped escrupulosamente recortado del vecino. ¿Cómo pudo hacerlo el hijo de puta?. La venganza empieza a corroer mi estado de ánimo. Regresa mi mujer y no desea hablar. No decimos nada. No hay pruebas, mi intuición me llama cobarde.
Son las seis de la tarde, ha regresado a casa. Está dormido por los sedantes y su latido es débil. Si pasa la noche, sobrevive. Nadie habla del asunto aunque los niños están extrañados por no poder salir al patio. los pretextos son maromas de cirquero, pero ellos lo creen.
Ahora es la una de la mañana. Hace frío. Salgo a revisar su temperatura y veo un charquito gelatinoso debajo de su hocico. Ya no respira, está tieso. En la casa del vecino solo hay oscuridad y silencio. Tampoco se escucha el ruido nocturno de Lobo cuando juega con su plato de aluminio. No se escuchará más. La venganza aguarda y ya he decidido no volver a criar a una mascota, pero no acierto a pensar cómo contaré esto algunos años después.
TRANSDIARIO
Cuando escucho sus gemidos no me percato de la gravedad de su situación. Es muy temprano, salgo a la cochera a calentar el auto y me sorprende ver por todos lados un extraño vómito amarillento. Me dirijo al pasillo que da al traspatio y puedo verlo: está recargado a la pared tratando de incorporarse. Las patas batidas, la mirada vidriosa y sus terribles chillidos me estremecen. Lo llamo por su nombre y me mira suplicante, me reconoce acongojado por su incapacidad de sostenerse en pié, tiembla hasta el espasmo.
Instintivamente miro alrededor buscando una explicación, es algo tan sin sentido, estoy desconcertado, como exigiendo que la lógica se presente inmediatamente. Ésta acude: un trozo de papel aluminio con residuos de hígado crudo me da una pista. Tomo una cobija vieja y tapo al animal que se estremece como jamás he visto temblar a ser vivo alguno. No alcanzo a anticipar que cuando escriba esto, aún estaré escuchando esos gemidos. Llamo de emergencia a un veterinario conocido que no tarda más de 15 minutos en llegar. A mí me parece una eternidad este espacio de tiempo. De sólo ver mi expresión descompuesta, mi mujer no se atreve ni a asomarse. Llora porque ella lo quiere verdaderamente, pero oculta su tristeza y se marcha a dejar a los niños a la escuela sin decirles nada. Todo se ve en cámara lenta, la eternidad sigue apresándolo todo y el rostro de mi vecino empieza a configurarse detrás del cristal de los sospechosos.
Es veneno, dice. El diagnóstico es contundente y tardo algunos segundos en comprenderlo. Mario abre una caja de plástico que guarda parecido con la caja de mis anzuelos y enseres de pesca, aunque es más grande. Saca una jeringa, una ampolleta, algodón y alcohol. Lo inyecta en la pata y casi instantáneamente cesa el temblor. Tenemos que llevarlo al consultorio ahora que está sedado; su latido entabla una lucha por sobrevivir. Mario levanta el labio superio y las encías están ennegrecidas. Creo que es ácido fosfórico, ataca el sistema nervioso y provoca una muerte lenta, dice. Sigo aturdido. Veo en sus ojos algo que no se atreve a decir.
Lo colocamos en la caja del pick-up. Si pasa esta noche podemos salvarlo, dice con la voz quebrada de la amistad. No alcanzo a creerle.
Limpio la cochera y el patio a fuerza de manguera. Miro los rosales y el césped escrupulosamente recortado del vecino. ¿Cómo pudo hacerlo el hijo de puta?. La venganza empieza a corroer mi estado de ánimo. Regresa mi mujer y no desea hablar. No decimos nada. No hay pruebas, mi intuición me llama cobarde.
Son las seis de la tarde, ha regresado a casa. Está dormido por los sedantes y su latido es débil. Si pasa la noche, sobrevive. Nadie habla del asunto aunque los niños están extrañados por no poder salir al patio. los pretextos son maromas de cirquero, pero ellos lo creen.
Ahora es la una de la mañana. Hace frío. Salgo a revisar su temperatura y veo un charquito gelatinoso debajo de su hocico. Ya no respira, está tieso. En la casa del vecino solo hay oscuridad y silencio. Tampoco se escucha el ruido nocturno de Lobo cuando juega con su plato de aluminio. No se escuchará más. La venganza aguarda y ya he decidido no volver a criar a una mascota, pero no acierto a pensar cómo contaré esto algunos años después.
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"ÓPERA EN LA CALLE" EN TIJUANA
Tremebunda la idea de acercar al pueblo tijuanense a la ópera. Felicito a los que se les prendió el foco de crear este Primer Festival con sabor a spaghetti, vinagre y parmesano (pueden pasárselo con un chianti). Será el 10 de Julio en la celebérrima colonia Libertad de esa tolerante ciudad (tolerar a la ópera ya es el colmo). Pero, para más información pícale aquí: Operamaníacos, de mi little bro Giusseppe Piazzola.
"ÓPERA EN LA CALLE" EN TIJUANA
Tremebunda la idea de acercar al pueblo tijuanense a la ópera. Felicito a los que se les prendió el foco de crear este Primer Festival con sabor a spaghetti, vinagre y parmesano (pueden pasárselo con un chianti). Será el 10 de Julio en la celebérrima colonia Libertad de esa tolerante ciudad (tolerar a la ópera ya es el colmo). Pero, para más información pícale aquí: Operamaníacos, de mi little bro Giusseppe Piazzola.
jueves, junio 24, 2004
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LA MUSA MADRINA
Ni modo, me vi obligado a acudir al consultorio para escritores sin inspiración. Para no hacer el cuento largo, sepan que este sitio se fundó hace ya doce años y ha venido atendiendo, eso me dijeron, desde importantes picateclas hasta nóveles poetas de nevería (esos que escriben en servilletitas mientras observan escotes). Me sorprendió encontrar lleno aquel lugar. Había dos conocidos que, no entiendo por qué, se cubrieron el rostro con ejemplares de Letras Libres el uno, y TV y Novelas el otro. Fingí no verlos pero pude observar que se trataba de ejemplares atrasados. Al ser atendido, topé con la novedad de que no había
citas disponibles hasta octubre próximo. ¿Qué pasa, pues, me preguntaba, a qué tanta infertilidad creativa?
Has de saber, terco lector, que la cita que procuro no es para quien lees sino para un camarada que no hace mucho fabricaba versos de diversos humores y calibres. Pasa que, últimamente, la musa madrina que lo asiste se ha ido con su mejor amigo (con el del camarada, no con el de ella) y le ha dejado el cerebro en ayunas (al camarada no a su mejor amigo).
Un día encontré a mi camarada sumamente deprimido junto a su máquina de escribir, absorto en contemplar la brillantez de la hoja en blanco. Me contó sus tribulaciones. Hablé con él, le expliqué que quedarse mirando una hoja en blanco no era tan lamentable como se supone, considerando que algunas personas hacen lo mismo con hojas escritas cuyo valor es incomparablemente menor que una hoja en blanco. Se encongió de hombros y trató de sonreir. Le dije que no se preocupara, que a todos los escritores les pasa eso, sólo que algunos prefieren quedarse mirando un grupo de botellas de caguama vacías, pero que era lo mismo. Se que esto no es exacto, que las botellas pueden ser de cualquier bebida alcohólica, pero trataba de abreviar. Prometí ayudarle y de paso le sugerí que era mejor escribir en computadora que en aquel armatroste, que las hojas electrónicas en blanco son más brillantes.
Fue entonces que comencé a buscar ayuda profesional. Pensé entonces en los curiosos comerciales de la sección amarilla y, obvio, ahí, en la sección Acumuladores, venta y carga estaba la respuesta: Consultorio para escritores sin inspiración (hacemos descuento a talleres literarios y cursos breves). ¡Eureka!, dije al confirmar mi hallazgo.
Así llegué hasta aquí. Buscando ayuda para mi pobre camarada. Sin titubeos, aparté cita para el 12 de octubre. Día de la Raza, pensé, qué casualidad. Al salir del consultorio me sorprendió el enorme cristal de la puerta: un enorme espejo en el que pude ver claramente mis facciones. En ese momento me percaté de que yo era ¡mi camarada!. NO PUEDO SER, pensé. Pero sí era. Dios, si yo no soy poeta, insistía como tratando de zafarme de aquella evidencia. Nada. Ahora todo se aclaraba y una especie de horror comenzaba a embargarme. Abrí el portón para marcharme pero, terrible sorpresa, quedé estupefacto al ver que mi mejor amigo cruzaba la calle, del brazo de mi musa madrina, en dirección al consultorio. Cerré instintivamente y regresé a la atestada sala de espera, tomé una revista y cubrí mi rostro mientras pasaban de largo. Luego salí apresurado y confundido: ¿Quién iba a consulta, mi mejor amigo o mi musa madrina?
Ahora estoy aquí frente a la máquina de escribir y la hoja en blanco contemplando envases vacíos de caguama. Está también la revista que hurté involuntariamente del consultorio, es La tempestad y tiene un close-up de Samuel Beckett en la portada. Acaba de ocurrírseme una idea: llamaré por teléfono y cambiaré la fecha de la cita.
LA MUSA MADRINA
Ni modo, me vi obligado a acudir al consultorio para escritores sin inspiración. Para no hacer el cuento largo, sepan que este sitio se fundó hace ya doce años y ha venido atendiendo, eso me dijeron, desde importantes picateclas hasta nóveles poetas de nevería (esos que escriben en servilletitas mientras observan escotes). Me sorprendió encontrar lleno aquel lugar. Había dos conocidos que, no entiendo por qué, se cubrieron el rostro con ejemplares de Letras Libres el uno, y TV y Novelas el otro. Fingí no verlos pero pude observar que se trataba de ejemplares atrasados. Al ser atendido, topé con la novedad de que no había
citas disponibles hasta octubre próximo. ¿Qué pasa, pues, me preguntaba, a qué tanta infertilidad creativa?
Has de saber, terco lector, que la cita que procuro no es para quien lees sino para un camarada que no hace mucho fabricaba versos de diversos humores y calibres. Pasa que, últimamente, la musa madrina que lo asiste se ha ido con su mejor amigo (con el del camarada, no con el de ella) y le ha dejado el cerebro en ayunas (al camarada no a su mejor amigo).
Un día encontré a mi camarada sumamente deprimido junto a su máquina de escribir, absorto en contemplar la brillantez de la hoja en blanco. Me contó sus tribulaciones. Hablé con él, le expliqué que quedarse mirando una hoja en blanco no era tan lamentable como se supone, considerando que algunas personas hacen lo mismo con hojas escritas cuyo valor es incomparablemente menor que una hoja en blanco. Se encongió de hombros y trató de sonreir. Le dije que no se preocupara, que a todos los escritores les pasa eso, sólo que algunos prefieren quedarse mirando un grupo de botellas de caguama vacías, pero que era lo mismo. Se que esto no es exacto, que las botellas pueden ser de cualquier bebida alcohólica, pero trataba de abreviar. Prometí ayudarle y de paso le sugerí que era mejor escribir en computadora que en aquel armatroste, que las hojas electrónicas en blanco son más brillantes.
Fue entonces que comencé a buscar ayuda profesional. Pensé entonces en los curiosos comerciales de la sección amarilla y, obvio, ahí, en la sección Acumuladores, venta y carga estaba la respuesta: Consultorio para escritores sin inspiración (hacemos descuento a talleres literarios y cursos breves). ¡Eureka!, dije al confirmar mi hallazgo.
Así llegué hasta aquí. Buscando ayuda para mi pobre camarada. Sin titubeos, aparté cita para el 12 de octubre. Día de la Raza, pensé, qué casualidad. Al salir del consultorio me sorprendió el enorme cristal de la puerta: un enorme espejo en el que pude ver claramente mis facciones. En ese momento me percaté de que yo era ¡mi camarada!. NO PUEDO SER, pensé. Pero sí era. Dios, si yo no soy poeta, insistía como tratando de zafarme de aquella evidencia. Nada. Ahora todo se aclaraba y una especie de horror comenzaba a embargarme. Abrí el portón para marcharme pero, terrible sorpresa, quedé estupefacto al ver que mi mejor amigo cruzaba la calle, del brazo de mi musa madrina, en dirección al consultorio. Cerré instintivamente y regresé a la atestada sala de espera, tomé una revista y cubrí mi rostro mientras pasaban de largo. Luego salí apresurado y confundido: ¿Quién iba a consulta, mi mejor amigo o mi musa madrina?
Ahora estoy aquí frente a la máquina de escribir y la hoja en blanco contemplando envases vacíos de caguama. Está también la revista que hurté involuntariamente del consultorio, es La tempestad y tiene un close-up de Samuel Beckett en la portada. Acaba de ocurrírseme una idea: llamaré por teléfono y cambiaré la fecha de la cita.
miércoles, junio 23, 2004
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SIN GAS
Hubiera podido seguir caminando hasta la gasolinera más cercana, pero las elevadísimas temperaturas me dan una weva terrible. La avenida es bella en esas horas de tráfico lento, así que opté por sentarme en la escalinata del museo, favorecido por la sombra que proporciona el elevado edificio. Muertas de sed, las mangas de mi camisa absorben el sudor de mi rostro y me dispongo a fumar un B&H mentolado mientras se decide lo conveniente. Levanto la cabeza y observo el flash electrónico informativo: mataron a periodista en Tijuana. Chin. Enseguida el porcentaje de bateo de Erubiel Durazo: .327, waw; luego una fanfarriesca declaración de Fox sobre el crecimiento de la economía nacional (puaj), y finalmente el anuncio de la famosa megamarcha contra la violencia, mmmh.
Demasiado para mi cerebro a punto de licuarse. He participado en marchas pero, la verdad, no creo en ellas. De hecho todo comenzó cuando interrumpí la marcha a la gasolinera, y ahora estoy ahí y tú estás conmigo pero no lo sabes aún porque no has leído esto. Ahí estamos, sudando y pensando en las motivaciones de la marcha contra la violencia, mientras la violencia se desborda.
Alguien detuvo su auto frente a mí y me hizo señas (vente, vamos, te digo). Saludé y pedí aventón. Cómo estás, me quedé sin gota (él no se percata de que tu estás conmigo porque tampoco ha leído esto). Vamos te llevo. Órale, se agradece. 6.14 el litro de gasolina verde, la roja anda por encima de los 7 pesos. Verde, pues. Un galón compa. Regreso al sitio del desastre: mi auto a punto de la deshidratación se bebió el galón de un sólo trago. Gracias, nos vemos. Saludos a la socia. Tosió un par de veces y arrancó. Vuelvo a pasar por el flash: ya encontraron el cadáver del coreano decapitado. Bueno, ¿qué pasa? Nada, las cosas andan mal, te digo y tu permaneces en silencio porque apenas te estás enterando de que estás aquí. Ese galón tiene que durar el resto de la tarde. Las buenas noticias también son noticias, dijo Fox. ¿Vivimos el mediodía del pesimismo?. Ahora estás tú solo porque yo ya me fui de aquí.
p.d. Como no tengo acceso al correo electrónico, este cuentecillo no irá al concurso que se ha convocado en la blogósfera. Bueno, de todas maneras excede de 300 palabras. Sin embargo, hay que considerar que esas 65 palabras de excedente son las que hicieron posible que tú estuvieras ahí.
SIN GAS
Hubiera podido seguir caminando hasta la gasolinera más cercana, pero las elevadísimas temperaturas me dan una weva terrible. La avenida es bella en esas horas de tráfico lento, así que opté por sentarme en la escalinata del museo, favorecido por la sombra que proporciona el elevado edificio. Muertas de sed, las mangas de mi camisa absorben el sudor de mi rostro y me dispongo a fumar un B&H mentolado mientras se decide lo conveniente. Levanto la cabeza y observo el flash electrónico informativo: mataron a periodista en Tijuana. Chin. Enseguida el porcentaje de bateo de Erubiel Durazo: .327, waw; luego una fanfarriesca declaración de Fox sobre el crecimiento de la economía nacional (puaj), y finalmente el anuncio de la famosa megamarcha contra la violencia, mmmh.
Demasiado para mi cerebro a punto de licuarse. He participado en marchas pero, la verdad, no creo en ellas. De hecho todo comenzó cuando interrumpí la marcha a la gasolinera, y ahora estoy ahí y tú estás conmigo pero no lo sabes aún porque no has leído esto. Ahí estamos, sudando y pensando en las motivaciones de la marcha contra la violencia, mientras la violencia se desborda.
Alguien detuvo su auto frente a mí y me hizo señas (vente, vamos, te digo). Saludé y pedí aventón. Cómo estás, me quedé sin gota (él no se percata de que tu estás conmigo porque tampoco ha leído esto). Vamos te llevo. Órale, se agradece. 6.14 el litro de gasolina verde, la roja anda por encima de los 7 pesos. Verde, pues. Un galón compa. Regreso al sitio del desastre: mi auto a punto de la deshidratación se bebió el galón de un sólo trago. Gracias, nos vemos. Saludos a la socia. Tosió un par de veces y arrancó. Vuelvo a pasar por el flash: ya encontraron el cadáver del coreano decapitado. Bueno, ¿qué pasa? Nada, las cosas andan mal, te digo y tu permaneces en silencio porque apenas te estás enterando de que estás aquí. Ese galón tiene que durar el resto de la tarde. Las buenas noticias también son noticias, dijo Fox. ¿Vivimos el mediodía del pesimismo?. Ahora estás tú solo porque yo ya me fui de aquí.
p.d. Como no tengo acceso al correo electrónico, este cuentecillo no irá al concurso que se ha convocado en la blogósfera. Bueno, de todas maneras excede de 300 palabras. Sin embargo, hay que considerar que esas 65 palabras de excedente son las que hicieron posible que tú estuvieras ahí.
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TAMBIÉN SE FUE ALEMANIA
Lo dicho. No vi el partido pero es evidente que los checos no slieron a especular. Alemania se diluyó entre el peso de sus espectativas y los crasos fallos personales.
Ahora es tiempo de redefinir favoritos en la Eurocopa. Simpatizo con la República Checa, creo que tiene más enjundia que Holanda pese a que el esquema encimista y polivalente de la naranja mecánica me resulta de lo más atractivo.
A Francia lo salvan sus gigantes y no se les puede descartar tan fácilmente. Los británicos podrán llegar a semifinales pero no pasarán de ahí.
Portugal ni siquiera irá a semifinales.
TAMBIÉN SE FUE ALEMANIA
Lo dicho. No vi el partido pero es evidente que los checos no slieron a especular. Alemania se diluyó entre el peso de sus espectativas y los crasos fallos personales.
Ahora es tiempo de redefinir favoritos en la Eurocopa. Simpatizo con la República Checa, creo que tiene más enjundia que Holanda pese a que el esquema encimista y polivalente de la naranja mecánica me resulta de lo más atractivo.
A Francia lo salvan sus gigantes y no se les puede descartar tan fácilmente. Los británicos podrán llegar a semifinales pero no pasarán de ahí.
Portugal ni siquiera irá a semifinales.
martes, junio 22, 2004
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ARRIVEDERCHI BAMBINO
Llanto en Italia por la eliminación de su selección en la Eurocopa. La victoria frente a Bulgaria y sus cinco puntitos no le fueron suficientes para alcanzar la siguiente ronda. No veremos más las corbatas de seda de Trappatoni ni los desplantes secundarianos de Totti.
Pareciera que Italia no ha asimilado que el catenaccio ha quedado bastante abollado desde que se establecieron las reglas prevalecientes sobre las modalidades en que el portero puede tomar la pelota con las manos. Es evidente que cambiar una vocación de competencia puede llevar mucho tiempo.
Alemania puede correr la misma suerte si mantiene la mística hermética de su futbol defensivo. La obsesión de defenderse no va a suplir su falta de figuras en el ataque. Alemania debe arriesgar y jugar un futbol más abierto aprovechando su fuerza y velocidad, si no quieren verse abrigados por el fracaso.
Lo que está garantizado es que los mejores partidos están por venir. (Sirvan las otras).
ARRIVEDERCHI BAMBINO
Llanto en Italia por la eliminación de su selección en la Eurocopa. La victoria frente a Bulgaria y sus cinco puntitos no le fueron suficientes para alcanzar la siguiente ronda. No veremos más las corbatas de seda de Trappatoni ni los desplantes secundarianos de Totti.
Pareciera que Italia no ha asimilado que el catenaccio ha quedado bastante abollado desde que se establecieron las reglas prevalecientes sobre las modalidades en que el portero puede tomar la pelota con las manos. Es evidente que cambiar una vocación de competencia puede llevar mucho tiempo.
Alemania puede correr la misma suerte si mantiene la mística hermética de su futbol defensivo. La obsesión de defenderse no va a suplir su falta de figuras en el ataque. Alemania debe arriesgar y jugar un futbol más abierto aprovechando su fuerza y velocidad, si no quieren verse abrigados por el fracaso.
Lo que está garantizado es que los mejores partidos están por venir. (Sirvan las otras).
lunes, junio 21, 2004
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TODOS LOS DÍAS SON IGUALES
Ayer, dia del padre, me la pasé a toda madre. No hice nada y pude ver completito el juego España-Portugal (lágrimas incluídas). El encuentro fue un chorizo con mal sentido táctico y pésima técnica individual. Raul parecía miembro de los cazadores del arca perdida y el técnico hispano estaba tan absorto en aquel galimatías que daba la impresión de estar viendo un juego de golf. Figo iba y venía como yendo al mandado y sus compañeros no metían gol ni poniéndoles enfrente la Puerta de Alcalá. ¿Qué podía hacer yo si mi potencial bestseller "Teoría para lanzar penales infalibles contra porteros zurdos" no se ha publicado?
Así las cosas, y desde mi egipcia estatua dominguera, entre almohadones y bostezos de modorra, veía fragmentos del Rusia-Grecia donde por lo menos hubo goles y chispazos individuales notables (iba a decir geniales pero, cuando leí los rollos sobre estilística de Murry, decidí poner más atención a los significados de las palabras).
A ustedes qué les importa, pero ayer me levanté temprano. La socia se aventó una ocurrencia a las que uno no se acostumbra: me despertó con un rebosante ramo de flores. Fremte al asombro, detrás de mi hipócrita sonrisa, había un enorme signo de interrogación que yo trataba de disimular (¿y esto... qué significado tiene?). No pude sostener aquella pose de felicidad ya que mi sistema urinario amenazaba con una huelga de brazos caídos. Repuesto del inconveniente, adopté la postura de Colmillo Blanco (el perrolobo de Jack London -en el capítulo XII-) y me dejé apapachar. Mis hijos menores cumplieron con su parte: abrazos y cartitas en technicolor deseándome lo mejor del mejor de los mundos posibles (pobres, ni han leído a Leibnitz, ni son concientes de mi edad).
En un arranque de agudeza, pude percatarme de que todo lo hacían calculadamente y a la carrera. Tenían encendido el televisor y seguían con un ojo al gato y otro al garabato los avatares del filme Jumanji que les ofrecía el Disney chanel mientras fingían compartir la celebración paterna.
"¡Qué pedo!" -dije yo encolerizado-. "¡Están viendo Jumanji, ¿no? y les duele venir a perder su tiempo felicitándome!".
En este punto, los ojillos de mis cachorros empiezan a empequeñecer al grado de desaparecer ante el repentino cambio manifiesto de mi actitud -una metamorfosis que transgrede el sentimiento de gratitud y se convierte en implacable desprecio, lo que, vale aclararlo, no es sino mala parodia de algunas actuaciones magistrales de Marlon Brandon (por ejemplo en Un tranvía llamado deseode Tennesse Williams -ni modo que de Mario Vargas Llosa-, en el que interpreta a un polaco golpeador y arrabalero). ("Humphrey, todas las parodias son malas por naturaleza, ¿por qué repetir éso de 'mala' ". -Perdón, perdón, es que esta parodia era mala al cuadrado-).
Aquella escena familiar parecía irse a pique peor que si fuera el penúltimo capítulo de Amor Real, cuando aparece en el horizonte el tornado de mi nobleza: "Hijos, entiendan, ustedes no pueden ver Jumanji sin mí".
Je, luego todo fue alegría, risas y abrazos. La socia se marchó a preparar chilaquiles con queso chihuahua y tomate de Sinaloa, sabedora de que el buque navegaba bajo su control absoluto. Mi marciano favorito y la chica superpoderosa se parapetaron junto a mí frente al televisor esperando la escena legendaria donde los elefantes y otras bestias tremendas aplastan autos nuevecitos de norteamericanos inocentes. (Nota: éstas son imágenes en las que Hollywood pone a prueba la creencia del estadounidense en las empresas aseguradoras -esa curiosa burbuja del capitalismo-).
Veo lo que falta de Jumanji porque tengo que cumplir fielmente con el rol que me he autoasignado de ser papá, pero mi mente no está en el frenesí selvático de la película de Robin Williams. No. Estoy frente a los cráneos recién decapitados que me ha puesto enfrente Joseph Conrad en El corazón de las tinieblas y veo como se ve la animalandia africana desde la perspectiva incrédula del "naive" occidental. -Nuestra enfermiza afición a los circos no es sino el mareo del pragmático ante lo inédito-.
Y, bueno, qué me cuesta. Puedo aceptar ser parte del devenir ineluctable del destino, pero no puedo darme el lujo de ser acrítico de tantas idioteces que se esgrimen en su nombre.
("¿Qué dijiste, Humphrey? Esa sentencia no tiene pies ni cabeza y sus significados son un delta desbordado de la imaginación..." -Sí, pero a estas alturas ya puedo decir cualquier cosa y nuestros lectores, que experimentan un nivel de aburrimiento extremo, difícilmente se detendrán a analizar esta elucubración).
TODOS LOS DÍAS SON IGUALES
Ayer, dia del padre, me la pasé a toda madre. No hice nada y pude ver completito el juego España-Portugal (lágrimas incluídas). El encuentro fue un chorizo con mal sentido táctico y pésima técnica individual. Raul parecía miembro de los cazadores del arca perdida y el técnico hispano estaba tan absorto en aquel galimatías que daba la impresión de estar viendo un juego de golf. Figo iba y venía como yendo al mandado y sus compañeros no metían gol ni poniéndoles enfrente la Puerta de Alcalá. ¿Qué podía hacer yo si mi potencial bestseller "Teoría para lanzar penales infalibles contra porteros zurdos" no se ha publicado?
Así las cosas, y desde mi egipcia estatua dominguera, entre almohadones y bostezos de modorra, veía fragmentos del Rusia-Grecia donde por lo menos hubo goles y chispazos individuales notables (iba a decir geniales pero, cuando leí los rollos sobre estilística de Murry, decidí poner más atención a los significados de las palabras).
A ustedes qué les importa, pero ayer me levanté temprano. La socia se aventó una ocurrencia a las que uno no se acostumbra: me despertó con un rebosante ramo de flores. Fremte al asombro, detrás de mi hipócrita sonrisa, había un enorme signo de interrogación que yo trataba de disimular (¿y esto... qué significado tiene?). No pude sostener aquella pose de felicidad ya que mi sistema urinario amenazaba con una huelga de brazos caídos. Repuesto del inconveniente, adopté la postura de Colmillo Blanco (el perrolobo de Jack London -en el capítulo XII-) y me dejé apapachar. Mis hijos menores cumplieron con su parte: abrazos y cartitas en technicolor deseándome lo mejor del mejor de los mundos posibles (pobres, ni han leído a Leibnitz, ni son concientes de mi edad).
En un arranque de agudeza, pude percatarme de que todo lo hacían calculadamente y a la carrera. Tenían encendido el televisor y seguían con un ojo al gato y otro al garabato los avatares del filme Jumanji que les ofrecía el Disney chanel mientras fingían compartir la celebración paterna.
"¡Qué pedo!" -dije yo encolerizado-. "¡Están viendo Jumanji, ¿no? y les duele venir a perder su tiempo felicitándome!".
En este punto, los ojillos de mis cachorros empiezan a empequeñecer al grado de desaparecer ante el repentino cambio manifiesto de mi actitud -una metamorfosis que transgrede el sentimiento de gratitud y se convierte en implacable desprecio, lo que, vale aclararlo, no es sino mala parodia de algunas actuaciones magistrales de Marlon Brandon (por ejemplo en Un tranvía llamado deseode Tennesse Williams -ni modo que de Mario Vargas Llosa-, en el que interpreta a un polaco golpeador y arrabalero). ("Humphrey, todas las parodias son malas por naturaleza, ¿por qué repetir éso de 'mala' ". -Perdón, perdón, es que esta parodia era mala al cuadrado-).
Aquella escena familiar parecía irse a pique peor que si fuera el penúltimo capítulo de Amor Real, cuando aparece en el horizonte el tornado de mi nobleza: "Hijos, entiendan, ustedes no pueden ver Jumanji sin mí".
Je, luego todo fue alegría, risas y abrazos. La socia se marchó a preparar chilaquiles con queso chihuahua y tomate de Sinaloa, sabedora de que el buque navegaba bajo su control absoluto. Mi marciano favorito y la chica superpoderosa se parapetaron junto a mí frente al televisor esperando la escena legendaria donde los elefantes y otras bestias tremendas aplastan autos nuevecitos de norteamericanos inocentes. (Nota: éstas son imágenes en las que Hollywood pone a prueba la creencia del estadounidense en las empresas aseguradoras -esa curiosa burbuja del capitalismo-).
Veo lo que falta de Jumanji porque tengo que cumplir fielmente con el rol que me he autoasignado de ser papá, pero mi mente no está en el frenesí selvático de la película de Robin Williams. No. Estoy frente a los cráneos recién decapitados que me ha puesto enfrente Joseph Conrad en El corazón de las tinieblas y veo como se ve la animalandia africana desde la perspectiva incrédula del "naive" occidental. -Nuestra enfermiza afición a los circos no es sino el mareo del pragmático ante lo inédito-.
Y, bueno, qué me cuesta. Puedo aceptar ser parte del devenir ineluctable del destino, pero no puedo darme el lujo de ser acrítico de tantas idioteces que se esgrimen en su nombre.
("¿Qué dijiste, Humphrey? Esa sentencia no tiene pies ni cabeza y sus significados son un delta desbordado de la imaginación..." -Sí, pero a estas alturas ya puedo decir cualquier cosa y nuestros lectores, que experimentan un nivel de aburrimiento extremo, difícilmente se detendrán a analizar esta elucubración).
sábado, junio 19, 2004
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"COMO TIJUANA NO HAY DOS"
La discusión sobre algunos aspectos sociológicos y culturales de Tijuana que iniciara hace días Julio sueco ha despertado interesantes polémicas. El tema ha puesto sobre la mesa, entre otros, un panorama sobre la complejidad del fenómeno migratorio que se presenta en las ciudades fronterizas. Sin desconsiderar la influencia de la cultura estadounidense, ese proceso migratorio es responsable, a mi juicio, del pluriculturalismo que encontramos densa y concentradamente en Tijuana. Intentar establecer un punto de vista único y definitivo sobre estos temas me parece tan absurdo como estéril y no es el propósito de este rollo que viene a continuación y que, sugiero, puede leerse mejor con unas palomitas.
Llama la atención que pese a las dificultades que enfrenta, la migración como válvula de escape de la economía mexicana y centroamericana continúa. El fenómeno migratorio confirma que la sociedad humana no es tan sedentaria como se presupone.
18 millones de mexicanos han emigrado a los Estados Unidos y Canadá; algunos millones más han emigrado a las ciudades fronterizas: Tijuana, Nogales, Ciudad Juárez, etcétera. Es decir, alrededor de un 25 % de la población nacional ha emigrado del centro y sur del país hacia Norteamérica. Sumemos ahora los millones de centroamericanos que obedecen a este mismo fenómeno.
Veamos a Norteamérica desde el punto de vista geográfico e incluyamos en esta acotación, además de los EU y Canadá, a los estados del norte del país.
Junto a este fenómeno migratorio se ha desarrollado desde los 1950s un proceso migratorio del campo a la ciudad que ha redundado en un crecimiento anárquico de megápolis como la Ciudad de México y Guadalajara, y, si bien en menor medida, de las capitales de los estados. Ciudades como Tijuana, Juárez o Nogales son parte de este proceso aunque comparten nichos migratorios diversos (población indígena temporalera, población flotante, turismo semiresidente, etcétera).
Daniel Salinas nos proporciona en su blog algunos ejemplos de la extracción geográfica de los grupos sociales que conforman una ciudad como Tijuana, cuyo explosivo crecimiento se ha acentuado en las últimas tres o cuatro décadas. Visto en perspectiva histórica, el fenómeno nos habla del carácter nómada que siempre ha prevalecido en la sociedad humana.
Los libros de texto plantean una visión anquilosada y romántica acerca de un presunto estadio superior de la especie humana conocido como sedentarismo. Dicho sedentarismo se asocia con la formación de las ciudades y más específicamente con el establecimiento de los estados nacionales. Sin embargo, un vistazo histórico a la fluctuación de las fronteras Europeas como límites territoriales móviles, especialmente después de la caída del Muro de Berlín, explica lo que queremos decir. La propia historia de España no se explica sino como una mezcla permanente de pueblos nómadas del Mediterráneo, África el norte de Europa. La "pureza" del ser hispánico, así como la pretendida "pureza" la lengua castellana, son resabios de una visión romántica de la historia que no alcanza a explicar la esencia del "ser español".
Asímismo, siempre que intentamos aprehender una definición del "ser nacional", nos topamos con la misma dificultad. En principio, la dificultad empieza porque, acostumbrados al reduccionismo y al nominalismo como estamos, buscamos una definición fija de un objeto fijo. Esto, definitivamente nos lleva al error. El "ser nacional" es algo que está siendo, algo que no termina de ser, es un proceso vivo en el que una suma de voluntades, necesidades, posibilidades y omisiones interactúan constantemente y sin descanso. Hoy ya no es lo que era el año pasado ni mañana será como ayer. De modo que si intentamos proponer una definición acabada en estos tópicos, estaremos condenados a errar.
La "esencia" de Tijuana no existe como tal. Definiciones secundarianas como "la coqueta Tijuana", "el México indígena" o "la madre patria", son conceptos que guardan un valor puramente romántico y explican muy poco de la realidad.
El "México indígena" como un ente antropológico "puro", apartado de la civilización Occidental prevaleciente, simplemente no existe. La sola llegada de un párroco, las fotos y documentales de un antropólogo, así como la mera "difusión" de la problemática indígena, contaminan ese idealizado mundo "primitivo" y gestan una intromisión cultural inevitable. No digamos los universitarios que introducen ideas occidentales como autonomía indígena y procuran organizar a esas comunidades mediante métodos drenados de manuales exóticos de praxis política (exóticos para los indígenas).
La ideología del chicano por lo común comparte esa visión romántica. La repetición (la parodia) en Chicago, Los Angeles o Nueva York, de aquellos elementos emblemáticos de su país: la virgen de Guadalupe, las tortillas de maíz, Pedro Infante, el nopal, Sara García, etcétera. Es la conservación a toda costa de la idea mítica de un país que ya no se ajusta a ese recuerdo. En una dicotomía terrible, el chicano se ve crucificado por un sentimiento de culpa (abandonar a su madre -patria-) y el rechazo a una integración que es ineludible y tajante.
Este tipo de fenómeno, con sus características específicas, es el que ocurre en la frontera. Al explicarlo pretendemos echar mano de conceptos monolíticos que nos proporcionen seguridad, de frases contundentes que afirmen nuestra identidad -esa que no sabemos a ciencia cierta cuál es- y lo que logramos generalmente es patinar en el resbaloso piso del relativismo.
Para explicar estos fenómenos cambiantes quizá necesitamos acuñar un lenguaje menos tradicional, un lenguaje nuevo que fumigue la polilla que condiciona por ahora nuestras hipótesis.
"COMO TIJUANA NO HAY DOS"
La discusión sobre algunos aspectos sociológicos y culturales de Tijuana que iniciara hace días Julio sueco ha despertado interesantes polémicas. El tema ha puesto sobre la mesa, entre otros, un panorama sobre la complejidad del fenómeno migratorio que se presenta en las ciudades fronterizas. Sin desconsiderar la influencia de la cultura estadounidense, ese proceso migratorio es responsable, a mi juicio, del pluriculturalismo que encontramos densa y concentradamente en Tijuana. Intentar establecer un punto de vista único y definitivo sobre estos temas me parece tan absurdo como estéril y no es el propósito de este rollo que viene a continuación y que, sugiero, puede leerse mejor con unas palomitas.
Llama la atención que pese a las dificultades que enfrenta, la migración como válvula de escape de la economía mexicana y centroamericana continúa. El fenómeno migratorio confirma que la sociedad humana no es tan sedentaria como se presupone.
18 millones de mexicanos han emigrado a los Estados Unidos y Canadá; algunos millones más han emigrado a las ciudades fronterizas: Tijuana, Nogales, Ciudad Juárez, etcétera. Es decir, alrededor de un 25 % de la población nacional ha emigrado del centro y sur del país hacia Norteamérica. Sumemos ahora los millones de centroamericanos que obedecen a este mismo fenómeno.
Veamos a Norteamérica desde el punto de vista geográfico e incluyamos en esta acotación, además de los EU y Canadá, a los estados del norte del país.
Junto a este fenómeno migratorio se ha desarrollado desde los 1950s un proceso migratorio del campo a la ciudad que ha redundado en un crecimiento anárquico de megápolis como la Ciudad de México y Guadalajara, y, si bien en menor medida, de las capitales de los estados. Ciudades como Tijuana, Juárez o Nogales son parte de este proceso aunque comparten nichos migratorios diversos (población indígena temporalera, población flotante, turismo semiresidente, etcétera).
Daniel Salinas nos proporciona en su blog algunos ejemplos de la extracción geográfica de los grupos sociales que conforman una ciudad como Tijuana, cuyo explosivo crecimiento se ha acentuado en las últimas tres o cuatro décadas. Visto en perspectiva histórica, el fenómeno nos habla del carácter nómada que siempre ha prevalecido en la sociedad humana.
Los libros de texto plantean una visión anquilosada y romántica acerca de un presunto estadio superior de la especie humana conocido como sedentarismo. Dicho sedentarismo se asocia con la formación de las ciudades y más específicamente con el establecimiento de los estados nacionales. Sin embargo, un vistazo histórico a la fluctuación de las fronteras Europeas como límites territoriales móviles, especialmente después de la caída del Muro de Berlín, explica lo que queremos decir. La propia historia de España no se explica sino como una mezcla permanente de pueblos nómadas del Mediterráneo, África el norte de Europa. La "pureza" del ser hispánico, así como la pretendida "pureza" la lengua castellana, son resabios de una visión romántica de la historia que no alcanza a explicar la esencia del "ser español".
Asímismo, siempre que intentamos aprehender una definición del "ser nacional", nos topamos con la misma dificultad. En principio, la dificultad empieza porque, acostumbrados al reduccionismo y al nominalismo como estamos, buscamos una definición fija de un objeto fijo. Esto, definitivamente nos lleva al error. El "ser nacional" es algo que está siendo, algo que no termina de ser, es un proceso vivo en el que una suma de voluntades, necesidades, posibilidades y omisiones interactúan constantemente y sin descanso. Hoy ya no es lo que era el año pasado ni mañana será como ayer. De modo que si intentamos proponer una definición acabada en estos tópicos, estaremos condenados a errar.
La "esencia" de Tijuana no existe como tal. Definiciones secundarianas como "la coqueta Tijuana", "el México indígena" o "la madre patria", son conceptos que guardan un valor puramente romántico y explican muy poco de la realidad.
El "México indígena" como un ente antropológico "puro", apartado de la civilización Occidental prevaleciente, simplemente no existe. La sola llegada de un párroco, las fotos y documentales de un antropólogo, así como la mera "difusión" de la problemática indígena, contaminan ese idealizado mundo "primitivo" y gestan una intromisión cultural inevitable. No digamos los universitarios que introducen ideas occidentales como autonomía indígena y procuran organizar a esas comunidades mediante métodos drenados de manuales exóticos de praxis política (exóticos para los indígenas).
La ideología del chicano por lo común comparte esa visión romántica. La repetición (la parodia) en Chicago, Los Angeles o Nueva York, de aquellos elementos emblemáticos de su país: la virgen de Guadalupe, las tortillas de maíz, Pedro Infante, el nopal, Sara García, etcétera. Es la conservación a toda costa de la idea mítica de un país que ya no se ajusta a ese recuerdo. En una dicotomía terrible, el chicano se ve crucificado por un sentimiento de culpa (abandonar a su madre -patria-) y el rechazo a una integración que es ineludible y tajante.
Este tipo de fenómeno, con sus características específicas, es el que ocurre en la frontera. Al explicarlo pretendemos echar mano de conceptos monolíticos que nos proporcionen seguridad, de frases contundentes que afirmen nuestra identidad -esa que no sabemos a ciencia cierta cuál es- y lo que logramos generalmente es patinar en el resbaloso piso del relativismo.
Para explicar estos fenómenos cambiantes quizá necesitamos acuñar un lenguaje menos tradicional, un lenguaje nuevo que fumigue la polilla que condiciona por ahora nuestras hipótesis.
jueves, junio 17, 2004
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HISTORIA DE UN HURTO FALLIDO
Pasaban de las once de la mañana. Cuando ví el cheque del poeta Gilberto Gastélum sobre la mesa pensé en hurtarlo, no elucubraba esa intención tanto porque los veinte mil pesos coquetearan conmigo, sino porque robarlo ahí enfrente de todos era una coartada perfecta para hacerlo impunemente. Había una oportunidad, así que ideé una estratagema: a la hora en que me tocara hablar podía echar mano de uno de los extensos rollos que siempre llevo en mi portafolios para casos de emergencia; así, podía hablar y hablar escudado en el maleficio del aburrimiento y dormir a la concurrencia que, a fin de cuentas, es gente noble y cercana; luego tomaría el documento sin que nadie sospechase de mí. Me preocupaban las autoridades y los reporteros que estaban ahí porque son personas acostumbradas a escuchar discursos de gobernantes, funcionarios y, peor aún, literatos, y no son presa fácil del enfado y el sueño.
No temo a las cámaras, pero tomar el cheque de Gilberto requería cierta labor de prestidigitación. Y ahí vino el problema: puedo leer en público cosas pesadísimas por horas y también puedo hacer actos de prestidigitación con cierta holgura, pero intentar las dos cosas a la vez sin que me empiece a dar un tic en el párpado izquierdo, representa un reto para mí. Cuando estaba por finalizar la cuartilla número dos de mi lectura, una que versa sobre las implicaciones ontológicas de la narratología (en tanto derivado de esa ciencia oculta que obedece al nombre de poética) comencé a notar que el publico no se inmutaba; no percibía rastros de cansancio ni resabios de sueño en aquellos rostros y opté por hacer más pausada mi lectura. No funcionó. Me acercaba al párrafo final (y para entonces ya había citado hasta El Quijote) cuando empezó a rodear mi cuello el yugo de la resignación, empecé a notar que al cheque de Gilberto le salían alitas. Otra vez será, pensé.
Luego Gilberto, que había llegado del puerto de Guaymas desde temprano, dirigió un poético mensaje en el que citó a Neruda y habló de la necesidad de que se apoye el trabajo creador de los escritores alegando que están muy desprendidos de la mano de Dios. Yo pensaba: ¿de dónde sacaría Gilberto esas extravagancias?
Antes de que conlcuyera todo, mi amigo Fernando tocó Alfonsina y el mar en el cello que, creo, fue la participación más aplaudida. Hubo palabras de consuelo para Gilberto y para el que escribe, luego un diploma y después el cheque. Cuando ví que Gilberto lo tomó entre sus manos, me percaté de que todo estaba perdido y que no tenía caso ya seguirse martirizando por aquel intento fallido. Luego vinieron fotos, preguntas, felicitaciones, saludos, intercambio de banderines, más fotos, sonrisas.
No soy un malagradecido, de modo que me despedí cortésmente de las autoridades y salí del cuartel de la cultura sonorense. Me fui directo al Carl's Junior. Ahí me esperaba mi marciano favorito y algunos miembros de su pandilla para festejar en plan grande su cumpleaños número 8 (el de mi marciano, no el de la pandilla). Pedí una coca ligtn y una hamburguesa que obedece al nombre de chicken club (viene adornada con un tocino transparente) y me senté plácidamente a observar por la ventana hacia el boulevard. Pensaba en dónde iría Gilberto con su cheque de veinte mil pesos. Rumbo a Guaymas, me respondí y, ¡claro!, me invitó a pescar allá... ¡No todo está perdido!
HISTORIA DE UN HURTO FALLIDO
Pasaban de las once de la mañana. Cuando ví el cheque del poeta Gilberto Gastélum sobre la mesa pensé en hurtarlo, no elucubraba esa intención tanto porque los veinte mil pesos coquetearan conmigo, sino porque robarlo ahí enfrente de todos era una coartada perfecta para hacerlo impunemente. Había una oportunidad, así que ideé una estratagema: a la hora en que me tocara hablar podía echar mano de uno de los extensos rollos que siempre llevo en mi portafolios para casos de emergencia; así, podía hablar y hablar escudado en el maleficio del aburrimiento y dormir a la concurrencia que, a fin de cuentas, es gente noble y cercana; luego tomaría el documento sin que nadie sospechase de mí. Me preocupaban las autoridades y los reporteros que estaban ahí porque son personas acostumbradas a escuchar discursos de gobernantes, funcionarios y, peor aún, literatos, y no son presa fácil del enfado y el sueño.
No temo a las cámaras, pero tomar el cheque de Gilberto requería cierta labor de prestidigitación. Y ahí vino el problema: puedo leer en público cosas pesadísimas por horas y también puedo hacer actos de prestidigitación con cierta holgura, pero intentar las dos cosas a la vez sin que me empiece a dar un tic en el párpado izquierdo, representa un reto para mí. Cuando estaba por finalizar la cuartilla número dos de mi lectura, una que versa sobre las implicaciones ontológicas de la narratología (en tanto derivado de esa ciencia oculta que obedece al nombre de poética) comencé a notar que el publico no se inmutaba; no percibía rastros de cansancio ni resabios de sueño en aquellos rostros y opté por hacer más pausada mi lectura. No funcionó. Me acercaba al párrafo final (y para entonces ya había citado hasta El Quijote) cuando empezó a rodear mi cuello el yugo de la resignación, empecé a notar que al cheque de Gilberto le salían alitas. Otra vez será, pensé.
Luego Gilberto, que había llegado del puerto de Guaymas desde temprano, dirigió un poético mensaje en el que citó a Neruda y habló de la necesidad de que se apoye el trabajo creador de los escritores alegando que están muy desprendidos de la mano de Dios. Yo pensaba: ¿de dónde sacaría Gilberto esas extravagancias?
Antes de que conlcuyera todo, mi amigo Fernando tocó Alfonsina y el mar en el cello que, creo, fue la participación más aplaudida. Hubo palabras de consuelo para Gilberto y para el que escribe, luego un diploma y después el cheque. Cuando ví que Gilberto lo tomó entre sus manos, me percaté de que todo estaba perdido y que no tenía caso ya seguirse martirizando por aquel intento fallido. Luego vinieron fotos, preguntas, felicitaciones, saludos, intercambio de banderines, más fotos, sonrisas.
No soy un malagradecido, de modo que me despedí cortésmente de las autoridades y salí del cuartel de la cultura sonorense. Me fui directo al Carl's Junior. Ahí me esperaba mi marciano favorito y algunos miembros de su pandilla para festejar en plan grande su cumpleaños número 8 (el de mi marciano, no el de la pandilla). Pedí una coca ligtn y una hamburguesa que obedece al nombre de chicken club (viene adornada con un tocino transparente) y me senté plácidamente a observar por la ventana hacia el boulevard. Pensaba en dónde iría Gilberto con su cheque de veinte mil pesos. Rumbo a Guaymas, me respondí y, ¡claro!, me invitó a pescar allá... ¡No todo está perdido!
martes, junio 15, 2004
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NARRAR O NO NARRAR, HE AHÍ EL DILEMA
Coincido con quienes afirman que los textos tienen vida propia una vez que son paridos y echados al mundo ("A ver, a ver: ¿una vez que son paridos los textos, o una vez que son paridos quienes afirman?" -No empieces y concéntrate-). Es innegable que los significados de todo texto exceden siempre los propósitos de su autor. El lector, matemático empírico, es quien multiplica, adiciona o resta significados al texto, lo recrea; la validez textual, la validez estética, se justifica únicamente luego de haber pasado por el cedazo del lector sin que queden grumos atorados.
Narrar es parte de la condición humana. La humanidad en tanto especie pensante (sapiente, sapiens) nace con el ejercicio de la oralidad, es decir, con el manejo del recurso capaz de recrear una visión y una interpretación de la realidad (son cosas diferentes).
La individualidad se afirma con el acto narrativo. No es la tribu o la masa la que narra. El acto narrativo como tal es único e irrepetible (repetir una narración no es acto narrativo). Quien narra obedece a un acto sublime; este acto convierte en narrador en una advocación (si se me permite el término) del universo hablando sobre sí mismo. Y dado que lo narrado puede o no ser ficción, entonces al universo le es dado, a través del individuo, referir signos y significados posibles e imposibles. La ficción es una realidad que explora lo que no es. El narrador es pues lector de significados del universo, de lo visible e invisible, y también de lo posible e imposible. Sin el individuo, ese recurso moderno, el universo puede crear mundos insospechados pero no puede explorar en su significado, ni recrear dimensiones alternas.
En este sentido, narrar un suceso, una experiencia, un sueño, una ocurrencia o una mentira, es un acto sagrado.
La escritura desembarazó al individuo de su dependencia de la memoria (en la oralidad, el conocimiento, la historia, la mitología, etcétera, se finca en lo que la memoria es capaz de retener); mediante las grafías puede el individuo conservar aquello que desee y permite otorgar libertad a su imaginación para abordar otros terrenos que exigen mayor grado de abstracción: la filosofía, la introspección, el razonamiento puro, campos del pensamiento que no le son propios a la oralidad.
La narrativa escrita es producto de esta evolución en la comunicación y su función excede los fines "prácticos" de la oralidad, en tanto que esos fines son primitivos y obedecen a un estadío anterior de la conciencia. Con la escritura, la ficción (como narrativa) cobra vida propia y permanece con independencia del autor. Ahora el autor no depende de un interlocutor (s) para que su obra (oral) se herede a la próxima generación. El texto libera al autor del interlocutor. Así nace el lector. El lector es distante, ajeno en cierto sentido al significado "único" de determinado texto. El lector nace como intérprete y recreador conciente de significados. Igual que el narrador (en la oralidad) nace como inventor de significados.
La narrativa escrita es producto de esta evolución en la comunicación, igual que el lector. Y la narrativa, en esa independencia que le es propia, evoluciona como género en tanto que se percata de que está confeccionada de un número infinito de signos (espaciales, temporales, sintácticos, etcétera), de ahí que se multipliquen las posibilidades en la creación de un relato. Rulfo puso en práctica esta posibilidad y creó un microcosmos escritural que podemos aquilatar leyendo por ejemplo Talpa de su El Llano en llamas. La literatura después del realismo decimonónico se percató de la posibilidad de entramados alineales en la confección del relato y las diferentes doctrinas de análisis literario aún no salen de su asombro.
Tomando en cuenta estas consideraciones, creo que enseñar narrativa debe ser un eje central en la enseñanza de la lengua, así como también en la introducción a la filosofía y al pensamiento abstracto. El aprendizaje del español entre los niños debiera tener como sujeto el arte de narrar. Enseñar los principios de la narrativa no tiene que ser un asunto de iniciados, narrar es parte de la condición humana, como hablar. El uso del lenguaje es algo natural y congénito y su función comunicativa superior (narrar) no tiene por qué ser materia exclusiva de universitarios.
Enseñar al educando desde la primaria las posibilidades infinitas y la dimensión ontológicas del acto magnífico y único de narrar pondrá en perspectiva el aprendizaje del español y de materias concomitantes. Estoy convencido de que una perspectiva semejante contribuirá en el mediano y largo plazo a remediar la tara de compartir un país sin lectores.
("Uta, Humphrey, nomás te faltó cantar el Himno para que nos durmamos". -Pos ya duérmete, no sé que haces aquí-).
NARRAR O NO NARRAR, HE AHÍ EL DILEMA
Coincido con quienes afirman que los textos tienen vida propia una vez que son paridos y echados al mundo ("A ver, a ver: ¿una vez que son paridos los textos, o una vez que son paridos quienes afirman?" -No empieces y concéntrate-). Es innegable que los significados de todo texto exceden siempre los propósitos de su autor. El lector, matemático empírico, es quien multiplica, adiciona o resta significados al texto, lo recrea; la validez textual, la validez estética, se justifica únicamente luego de haber pasado por el cedazo del lector sin que queden grumos atorados.
Narrar es parte de la condición humana. La humanidad en tanto especie pensante (sapiente, sapiens) nace con el ejercicio de la oralidad, es decir, con el manejo del recurso capaz de recrear una visión y una interpretación de la realidad (son cosas diferentes).
La individualidad se afirma con el acto narrativo. No es la tribu o la masa la que narra. El acto narrativo como tal es único e irrepetible (repetir una narración no es acto narrativo). Quien narra obedece a un acto sublime; este acto convierte en narrador en una advocación (si se me permite el término) del universo hablando sobre sí mismo. Y dado que lo narrado puede o no ser ficción, entonces al universo le es dado, a través del individuo, referir signos y significados posibles e imposibles. La ficción es una realidad que explora lo que no es. El narrador es pues lector de significados del universo, de lo visible e invisible, y también de lo posible e imposible. Sin el individuo, ese recurso moderno, el universo puede crear mundos insospechados pero no puede explorar en su significado, ni recrear dimensiones alternas.
En este sentido, narrar un suceso, una experiencia, un sueño, una ocurrencia o una mentira, es un acto sagrado.
La escritura desembarazó al individuo de su dependencia de la memoria (en la oralidad, el conocimiento, la historia, la mitología, etcétera, se finca en lo que la memoria es capaz de retener); mediante las grafías puede el individuo conservar aquello que desee y permite otorgar libertad a su imaginación para abordar otros terrenos que exigen mayor grado de abstracción: la filosofía, la introspección, el razonamiento puro, campos del pensamiento que no le son propios a la oralidad.
La narrativa escrita es producto de esta evolución en la comunicación y su función excede los fines "prácticos" de la oralidad, en tanto que esos fines son primitivos y obedecen a un estadío anterior de la conciencia. Con la escritura, la ficción (como narrativa) cobra vida propia y permanece con independencia del autor. Ahora el autor no depende de un interlocutor (s) para que su obra (oral) se herede a la próxima generación. El texto libera al autor del interlocutor. Así nace el lector. El lector es distante, ajeno en cierto sentido al significado "único" de determinado texto. El lector nace como intérprete y recreador conciente de significados. Igual que el narrador (en la oralidad) nace como inventor de significados.
La narrativa escrita es producto de esta evolución en la comunicación, igual que el lector. Y la narrativa, en esa independencia que le es propia, evoluciona como género en tanto que se percata de que está confeccionada de un número infinito de signos (espaciales, temporales, sintácticos, etcétera), de ahí que se multipliquen las posibilidades en la creación de un relato. Rulfo puso en práctica esta posibilidad y creó un microcosmos escritural que podemos aquilatar leyendo por ejemplo Talpa de su El Llano en llamas. La literatura después del realismo decimonónico se percató de la posibilidad de entramados alineales en la confección del relato y las diferentes doctrinas de análisis literario aún no salen de su asombro.
Tomando en cuenta estas consideraciones, creo que enseñar narrativa debe ser un eje central en la enseñanza de la lengua, así como también en la introducción a la filosofía y al pensamiento abstracto. El aprendizaje del español entre los niños debiera tener como sujeto el arte de narrar. Enseñar los principios de la narrativa no tiene que ser un asunto de iniciados, narrar es parte de la condición humana, como hablar. El uso del lenguaje es algo natural y congénito y su función comunicativa superior (narrar) no tiene por qué ser materia exclusiva de universitarios.
Enseñar al educando desde la primaria las posibilidades infinitas y la dimensión ontológicas del acto magnífico y único de narrar pondrá en perspectiva el aprendizaje del español y de materias concomitantes. Estoy convencido de que una perspectiva semejante contribuirá en el mediano y largo plazo a remediar la tara de compartir un país sin lectores.
("Uta, Humphrey, nomás te faltó cantar el Himno para que nos durmamos". -Pos ya duérmete, no sé que haces aquí-).
domingo, junio 13, 2004
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EPITAFIOS PARA ESCRITORES
Para escritores con deudas:
Se fue debiendo letras.
Para escritores dipsómanos:
Fué al Parnaso, allá los espera.
Para escritores desconocidos:
Bajo este letrero yace otro letrero.
Para escritores sin lectores:
Al menos lean esto.
Para escritores paranoicos:
¿No que no cabrones?
Para escritores divos:
Aquí yace... (más información con su representante).
Para escritores al borde:
¡Volveré!
Para escritores contestatarios:
¡Y qué!
Para escritores de ficción breve:
¿Y?
.
EPITAFIOS PARA ESCRITORES
Para escritores con deudas:
Se fue debiendo letras.
Para escritores dipsómanos:
Fué al Parnaso, allá los espera.
Para escritores desconocidos:
Bajo este letrero yace otro letrero.
Para escritores sin lectores:
Al menos lean esto.
Para escritores paranoicos:
¿No que no cabrones?
Para escritores divos:
Aquí yace... (más información con su representante).
Para escritores al borde:
¡Volveré!
Para escritores contestatarios:
¡Y qué!
Para escritores de ficción breve:
¿Y?
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FRASCO DE CÁPSULAS
Gastado el borde de la butaca por un cero, desgastado el nervio por otro cero, el alargue llega hasta el límite de los tiros fatales. Algunos empates son costosos. Falla el último rayado. Mi hermano cumple 40. Hugo es un globo de oxígeno que se pierde entre las nubes. Marcelo Ebrard calibra la seguridad de las próximas elecciones mientras reparte medallas felinas. Ahí va el rector. Ya no hay cheve. Aarón Padilla muestra visibles signos de insomnio. Ya está la barbacoa. Hay incontenibles lágrimas dulces y amargas. Van a cerrar los expendios. Pobre Rafa Medina. López Dóriga está ronco. Mi hermano cumple 40. Ya vénganse a comer. Gritos pumas en la calle, a 3000 kilómetros de CU. Un cigarrito para los comentarios de siempre. Es que Osvaldo no paró ni uno. Pero fumen afuera. Tampoco Bernal. Se hizo justicia. Pero no en Ciudad Juárez. Es que no tiene equipo de primera división. ¿Y Pancho Barrio, qué?... Risas. Nadie quiere tomar en cuenta mi Teoría para lanzar penales infalibles contra partidos zurdos. Ya está servido. El Ángel de la Independencia, nuestra Cibeles amurallada de polis. Ya apaguen esa tele. Ya traigo hambre. El árbitro estuvo bien. Las estadísticas no mienten. Falta hielo y ya no hay cheves. Mi hermano escucha las mañanitas que entonan cuñadas y sobrinos. El rito de la vuelta olímpica con la copa en la mano. Ya pues, siéntense. (¿Entonces para qué demonios quieren el hielo?) Hugo se irá a España. Ya empezaron las vacaciones escolares. Qué onda con el campamento. Marioni seguro se irá y también el Jimmy. Quién sabe. Es domingo. Oye, Sky vale madres, pasa el juego diferido. Mañana la joda. Tómalo con calma, como el psicólogo de los Pumas. Sí, tómalo con calma, no pasa nada. Cualquiera falla un penal, y más si es como el de Puente Grande.
FRASCO DE CÁPSULAS
Gastado el borde de la butaca por un cero, desgastado el nervio por otro cero, el alargue llega hasta el límite de los tiros fatales. Algunos empates son costosos. Falla el último rayado. Mi hermano cumple 40. Hugo es un globo de oxígeno que se pierde entre las nubes. Marcelo Ebrard calibra la seguridad de las próximas elecciones mientras reparte medallas felinas. Ahí va el rector. Ya no hay cheve. Aarón Padilla muestra visibles signos de insomnio. Ya está la barbacoa. Hay incontenibles lágrimas dulces y amargas. Van a cerrar los expendios. Pobre Rafa Medina. López Dóriga está ronco. Mi hermano cumple 40. Ya vénganse a comer. Gritos pumas en la calle, a 3000 kilómetros de CU. Un cigarrito para los comentarios de siempre. Es que Osvaldo no paró ni uno. Pero fumen afuera. Tampoco Bernal. Se hizo justicia. Pero no en Ciudad Juárez. Es que no tiene equipo de primera división. ¿Y Pancho Barrio, qué?... Risas. Nadie quiere tomar en cuenta mi Teoría para lanzar penales infalibles contra partidos zurdos. Ya está servido. El Ángel de la Independencia, nuestra Cibeles amurallada de polis. Ya apaguen esa tele. Ya traigo hambre. El árbitro estuvo bien. Las estadísticas no mienten. Falta hielo y ya no hay cheves. Mi hermano escucha las mañanitas que entonan cuñadas y sobrinos. El rito de la vuelta olímpica con la copa en la mano. Ya pues, siéntense. (¿Entonces para qué demonios quieren el hielo?) Hugo se irá a España. Ya empezaron las vacaciones escolares. Qué onda con el campamento. Marioni seguro se irá y también el Jimmy. Quién sabe. Es domingo. Oye, Sky vale madres, pasa el juego diferido. Mañana la joda. Tómalo con calma, como el psicólogo de los Pumas. Sí, tómalo con calma, no pasa nada. Cualquiera falla un penal, y más si es como el de Puente Grande.
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TAUTOLOGÍAS VITALES
La experiencia es algo crucial en la vida, pero uno no se percata de ello por pura inexperiencia.
En la vida hay que procurar ser bueno en algo. Yo, por ejemplo, trato de ser bueno en procurar.
Sé que esta frase ya no sorprende a nadie: La vida da sorpresas.
Cuando tengo que elegir entre el bien y el mal, escojo el mal; es lo único que hago bien.
La tautología nace por una necesidad intrínseca de ella misma.
La existencia de Dios está más que comprobada: Albert Einstein.
En EU, los pacifistas votarán por George Bush. No pretenden quedarse sin empleo.
Un día, la maestra de Gauss preguntó al grupo de segundo primaria que si cual de los números 1,2,3,4,5,6,7,8,9 y 10 eran divisibles entre 2. Gauss dijo que todos. Desde entonces la maestra tuvo su personalidad dividida en dos.
Los leones machos matan a los cachorros de los leones viejos con el fin de erigir su propia estirpe; a este comportamiento se le denomina selección natural. Entre los humanos a eso se le llama política.
Mi marciano favorito afirma que en vacaciones él lo único que piensa hacer es vacacionar.
La nueva crítica ha sido tan criticada por la antigua crítica que no sé cuál es la crítica más actualizada.
Hollywood nos presenta un universo que desearíamos evitar y otro que desearíamos tener. El problema es saber cuál es cuál.
Ronald Reagan murió de Alzehimer. ¿Cómo no recordarlo?
Los filósofos no han hecho mas que interpretar al mundo, de lo que se trata es de destruirlo.
Groucho Marx
Ray Charles era ciego. Murió otra vez esta semana.
El tiempo que te quede libre, si te es posible, dedícalo a ti.
El Pato Donald cumplió 70 años. En su cumpleaños dijo que veinte años no es nada.
Disculpen, me retiro: ya me cansé de no hacer nada.
TAUTOLOGÍAS VITALES
La experiencia es algo crucial en la vida, pero uno no se percata de ello por pura inexperiencia.
En la vida hay que procurar ser bueno en algo. Yo, por ejemplo, trato de ser bueno en procurar.
Sé que esta frase ya no sorprende a nadie: La vida da sorpresas.
Cuando tengo que elegir entre el bien y el mal, escojo el mal; es lo único que hago bien.
La tautología nace por una necesidad intrínseca de ella misma.
La existencia de Dios está más que comprobada: Albert Einstein.
En EU, los pacifistas votarán por George Bush. No pretenden quedarse sin empleo.
Un día, la maestra de Gauss preguntó al grupo de segundo primaria que si cual de los números 1,2,3,4,5,6,7,8,9 y 10 eran divisibles entre 2. Gauss dijo que todos. Desde entonces la maestra tuvo su personalidad dividida en dos.
Los leones machos matan a los cachorros de los leones viejos con el fin de erigir su propia estirpe; a este comportamiento se le denomina selección natural. Entre los humanos a eso se le llama política.
Mi marciano favorito afirma que en vacaciones él lo único que piensa hacer es vacacionar.
La nueva crítica ha sido tan criticada por la antigua crítica que no sé cuál es la crítica más actualizada.
Hollywood nos presenta un universo que desearíamos evitar y otro que desearíamos tener. El problema es saber cuál es cuál.
Ronald Reagan murió de Alzehimer. ¿Cómo no recordarlo?
Los filósofos no han hecho mas que interpretar al mundo, de lo que se trata es de destruirlo.
Groucho Marx
Ray Charles era ciego. Murió otra vez esta semana.
El tiempo que te quede libre, si te es posible, dedícalo a ti.
El Pato Donald cumplió 70 años. En su cumpleaños dijo que veinte años no es nada.
Disculpen, me retiro: ya me cansé de no hacer nada.
sábado, junio 12, 2004
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ESTERTORES DE JUNIO
Sepan que el Alzehimer que padezco es de la variedad Trotsky, es decir, una modalidad que presenta un desarrollo desigual y combinado. A veces recuerdo cosas que debería olvidar y olvido aquello que debo recordar. Y entre las cosas que no quiero olvidar es el gusto de haber conocido al Juan José Martínez, mejor conocido por sus Letras de Cactus; cactáceos, sus poemas picudos, fragmentarios y confesadamente blogueros fueron bien recibidos por los concurrentes a las Orejas de Junio. Nos faltó nomás echarnos un palomazo con los músicos que amenizaron la pachanga post encuentro, pero otra vez será, estamos emplazados a huelga.
Otro compa que pegó con tubo fue el Luis Rey Moreno, poeta de palofierro que ya quisieran ustedes haberlo oído declamando West Indies Ltd., de Nicolás Guillén, por allá por los años setenta. No es un improvisado y su millaje se vio en su lectura de poemas de su último libro El amor impreciso.
Otros compas: César Sotomayor, Daniel Camacho y Juan Diego González, también se discutieron con sus textos.
Vale decir que en Beautyfulville la cosa bloguera apenas se está arreglando para el bautizo, aunque algunos poetas locales como la Silvia Aguilar Zeleny tienen su blog. Algunos camaradas como el Edmundo Lizardi y el Gerardo Segura manifestaron que el gusanito de las páginas electrónicas les hace cuchi-cuchi. Nomás es cosa de asesorarlos y convencerlos de que por esta pantalla plana los van a leer en donde no se imaginan.
Otro compa para recordar: Antonio Granados que leyó el mejor cuento de todos: El retruécano, ingeniosísimo y lleno de oficio poético, neta. Su fama como hacedor de literatura para niños es reconocida, pero la verdad, puede escribir lo que le dé la gana.
No hablamos tampoco de los performanceros como el Rodrigo Solís que actuó muy bien sus rollos poéticos de acendrada temática chilanga. Aplausos y risas.
ESTERTORES DE JUNIO
Sepan que el Alzehimer que padezco es de la variedad Trotsky, es decir, una modalidad que presenta un desarrollo desigual y combinado. A veces recuerdo cosas que debería olvidar y olvido aquello que debo recordar. Y entre las cosas que no quiero olvidar es el gusto de haber conocido al Juan José Martínez, mejor conocido por sus Letras de Cactus; cactáceos, sus poemas picudos, fragmentarios y confesadamente blogueros fueron bien recibidos por los concurrentes a las Orejas de Junio. Nos faltó nomás echarnos un palomazo con los músicos que amenizaron la pachanga post encuentro, pero otra vez será, estamos emplazados a huelga.
Otro compa que pegó con tubo fue el Luis Rey Moreno, poeta de palofierro que ya quisieran ustedes haberlo oído declamando West Indies Ltd., de Nicolás Guillén, por allá por los años setenta. No es un improvisado y su millaje se vio en su lectura de poemas de su último libro El amor impreciso.
Otros compas: César Sotomayor, Daniel Camacho y Juan Diego González, también se discutieron con sus textos.
Vale decir que en Beautyfulville la cosa bloguera apenas se está arreglando para el bautizo, aunque algunos poetas locales como la Silvia Aguilar Zeleny tienen su blog. Algunos camaradas como el Edmundo Lizardi y el Gerardo Segura manifestaron que el gusanito de las páginas electrónicas les hace cuchi-cuchi. Nomás es cosa de asesorarlos y convencerlos de que por esta pantalla plana los van a leer en donde no se imaginan.
Otro compa para recordar: Antonio Granados que leyó el mejor cuento de todos: El retruécano, ingeniosísimo y lleno de oficio poético, neta. Su fama como hacedor de literatura para niños es reconocida, pero la verdad, puede escribir lo que le dé la gana.
No hablamos tampoco de los performanceros como el Rodrigo Solís que actuó muy bien sus rollos poéticos de acendrada temática chilanga. Aplausos y risas.
viernes, junio 11, 2004
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LO LEÍ EN...
Semidios
Me voy del aire, necesito tiempo de instrospección, a TODOS les doy gracias sinceras, hacer ésto no es divertido cuándo los días pierden su gracia.
Del Valle notes
Nietzche ha muerto.
Dios
El blog de Virginia
Cuando tengo una opinión acerca de algo, suelo ir despacio cuando la comparto con alguien, por muchas razones.
Letras de Cactus
Las chelas están muertas de frío.
Rafadro
Burlándose de un falso inicio, nuestra mente surge de la imaginación de un perro.
Mayra Luna
-Prendan el aire acondicionado, huele a Zapata-
La puertita
A un lado de la Arena México hay un local que vende deliciosos caldos de gallina día y noche.
El sitio vacío
Seguir creyendo en los géneros, síntoma de no haber entendido nada.
El charquito
(El sonorense) no es muy amante de aplaudir tanto a los artistas. Usa camisolas tristonas.
Mergruen
La respuesta siempre es la misma: huyo de la inevitabilidad.
Jonathan Meyhew
El gato verde... se muestra tan absurdo como el otro,
en su silencio aforístico.
Subkomandante
Actualmente ha desaparecido tanta propaganda, las paredes han sido repintadas y la guerra fría se ha ido.
Solzimer
Dado que mucha gente le teme al fin del mundo, les declaro que yo no.
Mr_Phuy
...explotó semanas de éxtasis contenido con el rictus indescifrable, dramático...
Julio Sueco
Basta mirar con profundidad para ver un mundo de manchas por doquier.
Border Bloger
El pensamiento radical está en impasse.
Mauro
Bueno, la noticia (que ya no pudo seguir escondiendo) es que dentro de poco, este blog dará su despedida. La causa, exceso de tráfico en mi contador...
Nowhere Blog Front
¿Es la literatura una refutación de la nada?
Jorge Ortega
...caravanas de mensajeros
pasan rumbo a Hacienda
urgidos por el dardo de algún trámite.
Literatura aleatoria
Lo nuevo, lo más nuevo, viene bajo un falso amor, un pulso inyectado de Blogger.
Monorama
En la euforia d ela liberación de Gerardo Sifuentes, hemos olvidado que Epigmenio León sigue adentro.
La otra cueva del oso
Alfonsina -Stormi- (mi amor) flotando entre sueños de duelo y corrientes frías de asueto.
La flaca
... todo esto provoca que quienes intentan dedicarse al arte terminen saliendo quebrados.
Fabio
I jum into the river & what I see?
Ni madre.
El diván
Pero bueno, cada quien con su karma, porque esos pendejetes están escupiendo al cielo.
La pecera del tiburón
Le voy a Chivas, pero lo de ayer si fue un grave error del arbitro.
La señorita arquitecta
La ciudad esta llena de espectaculares de partido políticos, los más notorios son del PRI (Hank) y del PAN (Ramos), estos llamativos espectaculares fueron los iniciadores para que el taxista y yo empezáramos una pequeña conversación.
Nanilkah
Todas las de chicali son jaladoras.
El caballo negro
Yo lloro con Silvio Rodríguez. Laura prefiere a Joaquín Sabina.
Yo con Silvio. Y al borde de las lágrimas con Radiohead.
El vega
Sin embargo, para algunos gendarmes de conciencias, todo lo que parezca obsceno merece ser prohibido y castigado.
El cuaderno de los días
Chivas y Pumas merecían el empate, pero no así.
Trilce
Las autoridades mexicanas han anunciado en varias ocasiones que el Estado de Derecho ya reina en México.
humphreybloggart
No creo ni en el nihilismo.
Onomatopeya
Bueno, ya nada mas que contarles, a ver... el lunes me apareci por el metro con una falda que dejaba ver el contorno de mi pensamiento y como sucede en esos dias nadie se siente lo suficientemente macho como para aventarle flores y vulgaridades a una (de eso ya hablare mas adelante, por que es una filosofia y una psicologia muy interesante).
Descomposiciones
Baudelaire (me) exime de decir "ser un santo"; salgo de sus palabras curado de esa tentación.
LO LEÍ EN...
Semidios
Me voy del aire, necesito tiempo de instrospección, a TODOS les doy gracias sinceras, hacer ésto no es divertido cuándo los días pierden su gracia.
Del Valle notes
Nietzche ha muerto.
Dios
El blog de Virginia
Cuando tengo una opinión acerca de algo, suelo ir despacio cuando la comparto con alguien, por muchas razones.
Letras de Cactus
Las chelas están muertas de frío.
Rafadro
Burlándose de un falso inicio, nuestra mente surge de la imaginación de un perro.
Mayra Luna
-Prendan el aire acondicionado, huele a Zapata-
La puertita
A un lado de la Arena México hay un local que vende deliciosos caldos de gallina día y noche.
El sitio vacío
Seguir creyendo en los géneros, síntoma de no haber entendido nada.
El charquito
(El sonorense) no es muy amante de aplaudir tanto a los artistas. Usa camisolas tristonas.
Mergruen
La respuesta siempre es la misma: huyo de la inevitabilidad.
Jonathan Meyhew
El gato verde... se muestra tan absurdo como el otro,
en su silencio aforístico.
Subkomandante
Actualmente ha desaparecido tanta propaganda, las paredes han sido repintadas y la guerra fría se ha ido.
Solzimer
Dado que mucha gente le teme al fin del mundo, les declaro que yo no.
Mr_Phuy
...explotó semanas de éxtasis contenido con el rictus indescifrable, dramático...
Julio Sueco
Basta mirar con profundidad para ver un mundo de manchas por doquier.
Border Bloger
El pensamiento radical está en impasse.
Mauro
Bueno, la noticia (que ya no pudo seguir escondiendo) es que dentro de poco, este blog dará su despedida. La causa, exceso de tráfico en mi contador...
Nowhere Blog Front
¿Es la literatura una refutación de la nada?
Jorge Ortega
...caravanas de mensajeros
pasan rumbo a Hacienda
urgidos por el dardo de algún trámite.
Literatura aleatoria
Lo nuevo, lo más nuevo, viene bajo un falso amor, un pulso inyectado de Blogger.
Monorama
En la euforia d ela liberación de Gerardo Sifuentes, hemos olvidado que Epigmenio León sigue adentro.
La otra cueva del oso
Alfonsina -Stormi- (mi amor) flotando entre sueños de duelo y corrientes frías de asueto.
La flaca
... todo esto provoca que quienes intentan dedicarse al arte terminen saliendo quebrados.
Fabio
I jum into the river & what I see?
Ni madre.
El diván
Pero bueno, cada quien con su karma, porque esos pendejetes están escupiendo al cielo.
La pecera del tiburón
Le voy a Chivas, pero lo de ayer si fue un grave error del arbitro.
La señorita arquitecta
La ciudad esta llena de espectaculares de partido políticos, los más notorios son del PRI (Hank) y del PAN (Ramos), estos llamativos espectaculares fueron los iniciadores para que el taxista y yo empezáramos una pequeña conversación.
Nanilkah
Todas las de chicali son jaladoras.
El caballo negro
Yo lloro con Silvio Rodríguez. Laura prefiere a Joaquín Sabina.
Yo con Silvio. Y al borde de las lágrimas con Radiohead.
El vega
Sin embargo, para algunos gendarmes de conciencias, todo lo que parezca obsceno merece ser prohibido y castigado.
El cuaderno de los días
Chivas y Pumas merecían el empate, pero no así.
Trilce
Las autoridades mexicanas han anunciado en varias ocasiones que el Estado de Derecho ya reina en México.
humphreybloggart
No creo ni en el nihilismo.
Onomatopeya
Bueno, ya nada mas que contarles, a ver... el lunes me apareci por el metro con una falda que dejaba ver el contorno de mi pensamiento y como sucede en esos dias nadie se siente lo suficientemente macho como para aventarle flores y vulgaridades a una (de eso ya hablare mas adelante, por que es una filosofia y una psicologia muy interesante).
Descomposiciones
Baudelaire (me) exime de decir "ser un santo"; salgo de sus palabras curado de esa tentación.
jueves, junio 10, 2004
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OREJAS DE JUNIO
-Hubo dos reventones de escribidores asistentes a Horas de Junio. Sólo asistí a uno donde hubo carne asada de primera, mucha cheve y mejor cotorreo. La poeta siniestra (es decir, de izquierda) Silvia Brandon de origen cubano pero radicada en Pennsylvania, tocó la guitarra y cantó algunas rolas que hicieron famosa a Vicki Carr. Bastante afinada la señora aunque su poesía me pareció panfletaria (la que había leído Silvia, no la de Vicki Carr).
-Se armó buen parloteo con Edmundo Lizardi, Gerardo Segura y Julio Ernesto Tánori, a quienes no conocía personalmente. Edmundo nos dijo que La Paz, donde vive actualmente, es una sucursal del paraíso con categoría ISO 9001 y nos invitó a ir a echar rollo en un encuentro cercano del tercer tipo (es decir, de escritores) que tiene en mente para un futuro próximo. Estamos apuntadísimos. De pasadita digo que en su lectura se aventó algunos poemas de un libro inédito que le pegaron a la concurrencia. Uno que habla de Barcelona, con algunas frases en catalán, dejó ver que el Edmundo es un poeta maduro con mucho oficio y bastantes millas en su velocímetro.
-Aunque ahora pervive en Coahuila, Gerardo Segura vivó en Beautyfulville un tiempo y acá conoció a la clica culturosa, por eso se lanzó al ruedo a leer una crónica sobre sus impresiones de las Orejas de Junio del año pasado, su reencuentro con los cuates y las remembranzas que esto trae consigo, todo en un caló sonorense bien llevado. Quiere hacer un blog, así que le damos la bienvenida a este hoyo negro.
-Del Tánori puedo decir lo siguiente: él sostiene ser "el mejor poeta del mundo". De entrada yo no lo dudé, pero no tuve tiempo de comprobarlo pues su lectura se llevaría a cabo en el municipio de Mazatán, Sonora, donde concluirían las hostilidades de Horas de Junio, por invitación del presidente municipal de ese poblado (con comilonoa regional y hospitalidad garantizada). Me lo perdí porque ese día, sabadito, tuve que chambear y reponer los días que me la pasé en estado cataléptico de contemplación poética y escritural.
-Hubo reeencuentros con amistades que dejé en Beautyfulville hace casi tres décadas, cuando partí a conocer el mundo. Por entonces yo quería que el mundo me conociera a mí, pero pos como que el mundo andaba ocupado en sus cosas. Bueno, el afortunado caso es que que me encuentro al Pascual Mora, poeta y editor, cuatísimo de la griférrima prepa central de la Unison a quien saludé con el mismo gusto que me proporcionan las invitaciones a ir a pescar. Para completar el cuadro, resultó que su esposa, ticher universitaria, es una clienta leal de mi negocio de artículos de piel. Así que volvimos a tender el cableado de la comunicación y quedamos emplazados a aniquilar unas botellas de vino chileno un buen día de estos.
("Humphrey: ¿Y qué carajos haces posteando a esta hora?" -Lo que pasó es que, como a las cuatro de la mañana, la socia escuchó ruidos en el pasillo, se levantó y sin decir agua va se agarró a chanclazos con un intruso que entró sin invitación: era una cucaracha tamaño mazorca que traía sus huevecillos y todo que, además, salió respondona y terca. La socia como que a esas horas anda de pocas pulgas; hizo tres pases mágicos con la chancla y, echando por tierra varios millones de años de evolución y supervivencia de esa especie (la de la cucaracha no la de las pulgas), dejó al bicho hecho machaca. El inoportuno suceso me espantó el sueño y eso me trajo aquí-. "Ah".)
OREJAS DE JUNIO
-Hubo dos reventones de escribidores asistentes a Horas de Junio. Sólo asistí a uno donde hubo carne asada de primera, mucha cheve y mejor cotorreo. La poeta siniestra (es decir, de izquierda) Silvia Brandon de origen cubano pero radicada en Pennsylvania, tocó la guitarra y cantó algunas rolas que hicieron famosa a Vicki Carr. Bastante afinada la señora aunque su poesía me pareció panfletaria (la que había leído Silvia, no la de Vicki Carr).
-Se armó buen parloteo con Edmundo Lizardi, Gerardo Segura y Julio Ernesto Tánori, a quienes no conocía personalmente. Edmundo nos dijo que La Paz, donde vive actualmente, es una sucursal del paraíso con categoría ISO 9001 y nos invitó a ir a echar rollo en un encuentro cercano del tercer tipo (es decir, de escritores) que tiene en mente para un futuro próximo. Estamos apuntadísimos. De pasadita digo que en su lectura se aventó algunos poemas de un libro inédito que le pegaron a la concurrencia. Uno que habla de Barcelona, con algunas frases en catalán, dejó ver que el Edmundo es un poeta maduro con mucho oficio y bastantes millas en su velocímetro.
-Aunque ahora pervive en Coahuila, Gerardo Segura vivó en Beautyfulville un tiempo y acá conoció a la clica culturosa, por eso se lanzó al ruedo a leer una crónica sobre sus impresiones de las Orejas de Junio del año pasado, su reencuentro con los cuates y las remembranzas que esto trae consigo, todo en un caló sonorense bien llevado. Quiere hacer un blog, así que le damos la bienvenida a este hoyo negro.
-Del Tánori puedo decir lo siguiente: él sostiene ser "el mejor poeta del mundo". De entrada yo no lo dudé, pero no tuve tiempo de comprobarlo pues su lectura se llevaría a cabo en el municipio de Mazatán, Sonora, donde concluirían las hostilidades de Horas de Junio, por invitación del presidente municipal de ese poblado (con comilonoa regional y hospitalidad garantizada). Me lo perdí porque ese día, sabadito, tuve que chambear y reponer los días que me la pasé en estado cataléptico de contemplación poética y escritural.
-Hubo reeencuentros con amistades que dejé en Beautyfulville hace casi tres décadas, cuando partí a conocer el mundo. Por entonces yo quería que el mundo me conociera a mí, pero pos como que el mundo andaba ocupado en sus cosas. Bueno, el afortunado caso es que que me encuentro al Pascual Mora, poeta y editor, cuatísimo de la griférrima prepa central de la Unison a quien saludé con el mismo gusto que me proporcionan las invitaciones a ir a pescar. Para completar el cuadro, resultó que su esposa, ticher universitaria, es una clienta leal de mi negocio de artículos de piel. Así que volvimos a tender el cableado de la comunicación y quedamos emplazados a aniquilar unas botellas de vino chileno un buen día de estos.
("Humphrey: ¿Y qué carajos haces posteando a esta hora?" -Lo que pasó es que, como a las cuatro de la mañana, la socia escuchó ruidos en el pasillo, se levantó y sin decir agua va se agarró a chanclazos con un intruso que entró sin invitación: era una cucaracha tamaño mazorca que traía sus huevecillos y todo que, además, salió respondona y terca. La socia como que a esas horas anda de pocas pulgas; hizo tres pases mágicos con la chancla y, echando por tierra varios millones de años de evolución y supervivencia de esa especie (la de la cucaracha no la de las pulgas), dejó al bicho hecho machaca. El inoportuno suceso me espantó el sueño y eso me trajo aquí-. "Ah".)
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FICCIÓN BREVE
Soy un individuo indeciso, podrás notarlo. Difícilmente alguien supondría que me hubiese visto involucrado en lo que contaré a continuación, sin embargo, ocurrió tal cual aquí se narra. Algunos se han resistido a creerlo, otros prefieren ignorarlo, los menos no ocultan su sorpresa ante hechos tan lamentables y los condenan; sólo una persona, Mariana, esa hermosa mujer de ojos claros, se ha mantenido fiel y me ha brindado su apoyo. No necesito más. Así que no voy a contar nada.
FICCIÓN BREVE
Soy un individuo indeciso, podrás notarlo. Difícilmente alguien supondría que me hubiese visto involucrado en lo que contaré a continuación, sin embargo, ocurrió tal cual aquí se narra. Algunos se han resistido a creerlo, otros prefieren ignorarlo, los menos no ocultan su sorpresa ante hechos tan lamentables y los condenan; sólo una persona, Mariana, esa hermosa mujer de ojos claros, se ha mantenido fiel y me ha brindado su apoyo. No necesito más. Así que no voy a contar nada.
miércoles, junio 09, 2004
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HORAS DE JUNIO
EL CHARCO EN BEAUTYFULVILLE
El viernes 4 de junio, en la mesa número 12 había varios tiradores con un handicap en contra: la hora de comer. Silvia Aguilar Zeleny, Gerson Gómez y el Humphrey se vieron con la pólvora mojada a juzgar por los anémicos aplausos que recibieron; luego vino Ernesto Moncada, un escritor joven cuyo parecido a un miembro del grupo Magneto es mera reincidencia; con su oda a los tanates comenzó a desamodorrar a un público compuesto mayormente por colegas que se cargaban una cruda marca llorarás producto de la ?celebración? la noche anterior. El poema de Moncada (por favor, no confundir con Mondaca) fue un despliegue de creatividad desbordada, de elocuencia novedosa y de vehemencia supina: su canto a los güevos merece situarse junto a gigantes del erotismo clásico como Nandino y Sasha Montenegro. Tantas virtudes y bondades encuentra Moncada en la levedad de los testículos que uno no puede menos que evocar la sapiencia del Kamasutra o la irreverencia de Bukovski. Bienvenidos poetas que tienen el valor de pararse enfrente de la multitud a señalar sus inquietudes. Por cierto este poemáximo me recordó a uno de Bukovski que tradujo mi amigo Jorge Camacho para La tempestad el año pasado. La curiosa circuncisión, perdón, circunstancia, nos lleva a señalar que muchos de nuestros poetas jóvenes son una parodia aburrida de las vanguardias del siglo XX.
Bien no salían los asistentes del asombro producido por los poemas huevófilos, cuando salta a la escena algo que conmovió a la multitud: la presencia del bloguero tijuanero conocido mejor como El charquito. Éktor H. Martínez se destapó con la lectura despiadada de varios capítulos de su blognovela, una que es fácil encontrar en los archivos de su blog. Fue el acabose. La raza empezó a botarse de la risa, se olvidó del hambre (ya eran las dos de la tarde), festejó las ocurrencias charqueras y exigía al leedor que continuara con el castigo. Así fue. Los aduladores de huevos se fueron haciendo chiquitos al notar que su vocabulario pretendidamente atrevido eran pininos de primaria privada, comparado con el caló del Charco, macizo, taladrante y, vale señalarlo, genuino. De plano, el tijuanero oriundo de Huatabampo se llevó la mañana.
HORAS DE JUNIO
EL CHARCO EN BEAUTYFULVILLE
El viernes 4 de junio, en la mesa número 12 había varios tiradores con un handicap en contra: la hora de comer. Silvia Aguilar Zeleny, Gerson Gómez y el Humphrey se vieron con la pólvora mojada a juzgar por los anémicos aplausos que recibieron; luego vino Ernesto Moncada, un escritor joven cuyo parecido a un miembro del grupo Magneto es mera reincidencia; con su oda a los tanates comenzó a desamodorrar a un público compuesto mayormente por colegas que se cargaban una cruda marca llorarás producto de la ?celebración? la noche anterior. El poema de Moncada (por favor, no confundir con Mondaca) fue un despliegue de creatividad desbordada, de elocuencia novedosa y de vehemencia supina: su canto a los güevos merece situarse junto a gigantes del erotismo clásico como Nandino y Sasha Montenegro. Tantas virtudes y bondades encuentra Moncada en la levedad de los testículos que uno no puede menos que evocar la sapiencia del Kamasutra o la irreverencia de Bukovski. Bienvenidos poetas que tienen el valor de pararse enfrente de la multitud a señalar sus inquietudes. Por cierto este poemáximo me recordó a uno de Bukovski que tradujo mi amigo Jorge Camacho para La tempestad el año pasado. La curiosa circuncisión, perdón, circunstancia, nos lleva a señalar que muchos de nuestros poetas jóvenes son una parodia aburrida de las vanguardias del siglo XX.
Bien no salían los asistentes del asombro producido por los poemas huevófilos, cuando salta a la escena algo que conmovió a la multitud: la presencia del bloguero tijuanero conocido mejor como El charquito. Éktor H. Martínez se destapó con la lectura despiadada de varios capítulos de su blognovela, una que es fácil encontrar en los archivos de su blog. Fue el acabose. La raza empezó a botarse de la risa, se olvidó del hambre (ya eran las dos de la tarde), festejó las ocurrencias charqueras y exigía al leedor que continuara con el castigo. Así fue. Los aduladores de huevos se fueron haciendo chiquitos al notar que su vocabulario pretendidamente atrevido eran pininos de primaria privada, comparado con el caló del Charco, macizo, taladrante y, vale señalarlo, genuino. De plano, el tijuanero oriundo de Huatabampo se llevó la mañana.
domingo, junio 06, 2004
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FLASHBACKS DE JUNIO
Concluyó el IX encuentro de escritores hispanoamericanos, Horas de Junio. Además de poemas y narraciones hubo también excelente carne asada, camaradería y hospitalidad. Meritoria la labor del Raúl Acevedo, Luis Rey, Marcos Soto y toda la clica editorial de la Unison que se la rifó junto con la pandilla de colegas de la escuela de Letras (Azubia Licón, Iván Figueroa, el Bili Murillo, Alicia Hopkins y varios etcéteras) para que todo estuviera en su lugar y que los invitados foráneos se sintieran apapachados.
Sobre el encuentro iremos desparramando cápsulas en los próximos días a fin de que sean administradas una después de cada comida.
EL DOLOR DE KOSOVO
Kosovo le pusieron, pero se llama Xhevdet Bajraj, su lectura fue dolorosa y terrible. Lleva 5 años viviendo en el DF, exiliado desde la guerra. Su poesía no disimula la tristeza de conocer la muerte y el racismo. Horas de Junio lo invitó por segunda ocasión y pudimos hablar largo y tendido con él y con unas Tecate.
"¿Peligrosa la Ciudad de México? Por Dios, aquí se vive sin temor a que te tiren la puerta. Tienen televisión, buen clima. Cierto, hay ladrones en la calle pero no son malos, quieren un poco de dinero porque también tienen hijos y necesidad. Puedo dormir en el Parque México con toda tranquilidad. Cuando recién llegué despertaba pensando si no estaba en el paraíso, pero luego veía a la gente y hablaba español: ¿cómo, entonces en el paraíso se habla español? Veía las casas pintadas de colores... eso no se ve en Europa Oriental... esto debe ser el paraíso. Uno no se explica por qué los mexicanos viven inconformes con su realidad... y los mexicanos tampoco se lo explican..."
Claro, después de haber visto cómo asesinan a la mayor parte de tu familia, huir a las montañas, pasar días sin dormir, estar a punto de ser acribillado y escapar del infierno gracias a otros poetas amigos, empiezas a ver las cosas como en un caleidoscopio de Brueghel.
SOBREVIVIRÁN LAS LENGUAS INDÍGENAS
En lo que pretendió ser el parteaguas del encuentro, el poeta homenajeado, Juan Bañuelos, habló del compromiso de la poesía con su entorno y su desarrollo se fue por el camino de la lucha política y la defensa de la causa indígena. Bañuelos hizo un llamado por rescatar las lenguas indígenas, lo que me parece una batalla perdida.
Por un lado, se habla del español como una lengua culta, la de Cervantes pues, y por el otro, se plantea el carácter dominador del español como idioma de una cultura dominadora y dominante.
No agotaremos el tema aquí, pero la historia de la humanidad es la historia de las lenguas. 500 años no son nada en el calendario de los tiempos y no hay que olvidar que la Penínula Ibérica es un cernidor de lenguas dominantes: godos, suevos, etruscos, germánicos, romanos y árabes han contribuído a darle forma al español y éste ha tomado rumbo por cuenta propia en Latinoamérica, donde sigue evolucionando. Desapareceran muchas lenguas todavía, como los dinosaurios, los mamutes y los tigres de bengala.
Las lenguas indígenas están ahí, pero su suerte ya está echada.
LOS CURRÍCULUMES TAMBIÉN SON TEXTOS
Omar Cadena es un escritor joven egresado de la escuela de letras y con algunos premiecillos en su haber. Es buena persona y trata de ser agradable. Sin embargo, como moderador se tomó la libertad de censurar el currículum del Humphrey cuando a éste le tocaba leer. Humphrey se molestó en parte porque los cuates de Omar, que también compartían la mesa, se vieron favorecidos en tiempo y alabanzas (o eres cuate o eres moderador). El currículum del Humphrey estaba curado y merecía ser leído pues su extensión no era mayor de cuatro parrafillos (no incluyó por ejemplo, su autoría del potencialmente útil Manual para lanzar penales infalibles contra porteros zurdos). Cadena omitió especialmente el párrafo referente a esta página electrónica (eso sí duele). Cuando terminó el cotorreo, Humphrey le pidió explicaciones y el Omar tuvo la desfachatez de decir que aquello "era mucho rollo".
En principio, al Humphrey lo asaltó la idea de pensar que Omar en realidad es un pendejete insensible, pero no permitió que tal idea terminara de cuajar. En su lugar, dio en filosofar acerca de las implicaciones que tiene el coartar un currículum ajeno. Y, pues sí, uno pone ahí un resumen de lo que considera importante de su vida y alguien olímpicamente llega y, escudado en la candidez de su edad, dice: "es mucho rollo". Viéndolo así, uno puede, por un lado, imaginarse la calidad de los poemas de un sujeto tan corto de vista y de sentidos tan estrechos; por el otro, el Humphrey sintió lástima por el Omar al pensar en el tipo de fascista que puede cohabitar detrás de una sonrisa de plástico, alguien capaz de abrogarse el derecho de censurar a otro.
FLASHBACKS DE JUNIO
Concluyó el IX encuentro de escritores hispanoamericanos, Horas de Junio. Además de poemas y narraciones hubo también excelente carne asada, camaradería y hospitalidad. Meritoria la labor del Raúl Acevedo, Luis Rey, Marcos Soto y toda la clica editorial de la Unison que se la rifó junto con la pandilla de colegas de la escuela de Letras (Azubia Licón, Iván Figueroa, el Bili Murillo, Alicia Hopkins y varios etcéteras) para que todo estuviera en su lugar y que los invitados foráneos se sintieran apapachados.
Sobre el encuentro iremos desparramando cápsulas en los próximos días a fin de que sean administradas una después de cada comida.
EL DOLOR DE KOSOVO
Kosovo le pusieron, pero se llama Xhevdet Bajraj, su lectura fue dolorosa y terrible. Lleva 5 años viviendo en el DF, exiliado desde la guerra. Su poesía no disimula la tristeza de conocer la muerte y el racismo. Horas de Junio lo invitó por segunda ocasión y pudimos hablar largo y tendido con él y con unas Tecate.
"¿Peligrosa la Ciudad de México? Por Dios, aquí se vive sin temor a que te tiren la puerta. Tienen televisión, buen clima. Cierto, hay ladrones en la calle pero no son malos, quieren un poco de dinero porque también tienen hijos y necesidad. Puedo dormir en el Parque México con toda tranquilidad. Cuando recién llegué despertaba pensando si no estaba en el paraíso, pero luego veía a la gente y hablaba español: ¿cómo, entonces en el paraíso se habla español? Veía las casas pintadas de colores... eso no se ve en Europa Oriental... esto debe ser el paraíso. Uno no se explica por qué los mexicanos viven inconformes con su realidad... y los mexicanos tampoco se lo explican..."
Claro, después de haber visto cómo asesinan a la mayor parte de tu familia, huir a las montañas, pasar días sin dormir, estar a punto de ser acribillado y escapar del infierno gracias a otros poetas amigos, empiezas a ver las cosas como en un caleidoscopio de Brueghel.
SOBREVIVIRÁN LAS LENGUAS INDÍGENAS
En lo que pretendió ser el parteaguas del encuentro, el poeta homenajeado, Juan Bañuelos, habló del compromiso de la poesía con su entorno y su desarrollo se fue por el camino de la lucha política y la defensa de la causa indígena. Bañuelos hizo un llamado por rescatar las lenguas indígenas, lo que me parece una batalla perdida.
Por un lado, se habla del español como una lengua culta, la de Cervantes pues, y por el otro, se plantea el carácter dominador del español como idioma de una cultura dominadora y dominante.
No agotaremos el tema aquí, pero la historia de la humanidad es la historia de las lenguas. 500 años no son nada en el calendario de los tiempos y no hay que olvidar que la Penínula Ibérica es un cernidor de lenguas dominantes: godos, suevos, etruscos, germánicos, romanos y árabes han contribuído a darle forma al español y éste ha tomado rumbo por cuenta propia en Latinoamérica, donde sigue evolucionando. Desapareceran muchas lenguas todavía, como los dinosaurios, los mamutes y los tigres de bengala.
Las lenguas indígenas están ahí, pero su suerte ya está echada.
LOS CURRÍCULUMES TAMBIÉN SON TEXTOS
Omar Cadena es un escritor joven egresado de la escuela de letras y con algunos premiecillos en su haber. Es buena persona y trata de ser agradable. Sin embargo, como moderador se tomó la libertad de censurar el currículum del Humphrey cuando a éste le tocaba leer. Humphrey se molestó en parte porque los cuates de Omar, que también compartían la mesa, se vieron favorecidos en tiempo y alabanzas (o eres cuate o eres moderador). El currículum del Humphrey estaba curado y merecía ser leído pues su extensión no era mayor de cuatro parrafillos (no incluyó por ejemplo, su autoría del potencialmente útil Manual para lanzar penales infalibles contra porteros zurdos). Cadena omitió especialmente el párrafo referente a esta página electrónica (eso sí duele). Cuando terminó el cotorreo, Humphrey le pidió explicaciones y el Omar tuvo la desfachatez de decir que aquello "era mucho rollo".
En principio, al Humphrey lo asaltó la idea de pensar que Omar en realidad es un pendejete insensible, pero no permitió que tal idea terminara de cuajar. En su lugar, dio en filosofar acerca de las implicaciones que tiene el coartar un currículum ajeno. Y, pues sí, uno pone ahí un resumen de lo que considera importante de su vida y alguien olímpicamente llega y, escudado en la candidez de su edad, dice: "es mucho rollo". Viéndolo así, uno puede, por un lado, imaginarse la calidad de los poemas de un sujeto tan corto de vista y de sentidos tan estrechos; por el otro, el Humphrey sintió lástima por el Omar al pensar en el tipo de fascista que puede cohabitar detrás de una sonrisa de plástico, alguien capaz de abrogarse el derecho de censurar a otro.
jueves, junio 03, 2004
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HORAS DE JUNIO
En lo que fuera la temida penitenciería estatal, edificada en la falda del Cerro de la Campana de Beautyfulville (Hermosillo, Sonora), hoy convertida en atractiva sede del Instituto Nacional de Antropología e Historia, se reunieron escritores de diversos estados de la República, de EU y Cuba.
El IX encuentro de escritores hispanoamericanos Horas de Junio fue dedicado como un homenaje al poeta chiapaneco Juan Bañuelos. Ahí estuvo Juan Bañuelos, quien leyó prendidos poemas. Estuvo también Samuel Ruiz, con quien Bañuelos confiesa su empatía. El escritor sonorense Gerardo Cornejo hizo una sentida semblanza de Bañuelos. Dijo que es el mayor poeta vivo de México, lo que lleva a pensar en Octavio Paz y en Jaime Sabines. Bañuelos mejor que Sabines no sé; mejor que Paz, definitivamente sí, la pequeña diferencia es que Bañuelos no sale con mariconadas ni anda sacándose ocurrencias de la manga.
Bañuelos no perdió la oportunidad para sublimar a los indígenas chiapanecos, a quienes llamó "sus maestros", lo que hablando en plata se me hizo una exageración. Cornejo dijo que pese a su compromiso político, el maese Bañuelos no es panfletario, etcétera, etcétera. Con todo y eso, el buen Bañuelos denunció la represión a "los muchachos de Guadalajara" y ensalzó al movimiento globalifóbico, y señaló que la poesía debe tener un compromiso. El toque romántico fueron las diversas alusiones diversas a "los jodidos" y etcétera. L
El Humphrey la hizo de moderador en una mesa de lectura. También aprovechó para tomarse fotos con los blogueros de El charquito y Letras de Cactus, con quienes le tocará leer mañana en la mesa número 12.
HORAS DE JUNIO
En lo que fuera la temida penitenciería estatal, edificada en la falda del Cerro de la Campana de Beautyfulville (Hermosillo, Sonora), hoy convertida en atractiva sede del Instituto Nacional de Antropología e Historia, se reunieron escritores de diversos estados de la República, de EU y Cuba.
El IX encuentro de escritores hispanoamericanos Horas de Junio fue dedicado como un homenaje al poeta chiapaneco Juan Bañuelos. Ahí estuvo Juan Bañuelos, quien leyó prendidos poemas. Estuvo también Samuel Ruiz, con quien Bañuelos confiesa su empatía. El escritor sonorense Gerardo Cornejo hizo una sentida semblanza de Bañuelos. Dijo que es el mayor poeta vivo de México, lo que lleva a pensar en Octavio Paz y en Jaime Sabines. Bañuelos mejor que Sabines no sé; mejor que Paz, definitivamente sí, la pequeña diferencia es que Bañuelos no sale con mariconadas ni anda sacándose ocurrencias de la manga.
Bañuelos no perdió la oportunidad para sublimar a los indígenas chiapanecos, a quienes llamó "sus maestros", lo que hablando en plata se me hizo una exageración. Cornejo dijo que pese a su compromiso político, el maese Bañuelos no es panfletario, etcétera, etcétera. Con todo y eso, el buen Bañuelos denunció la represión a "los muchachos de Guadalajara" y ensalzó al movimiento globalifóbico, y señaló que la poesía debe tener un compromiso. El toque romántico fueron las diversas alusiones diversas a "los jodidos" y etcétera. L
El Humphrey la hizo de moderador en una mesa de lectura. También aprovechó para tomarse fotos con los blogueros de El charquito y Letras de Cactus, con quienes le tocará leer mañana en la mesa número 12.
miércoles, junio 02, 2004
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ALLÁ EN LA FUENTE, HABÍA UN CHORRITO
Concluyo de leer (a deshoras) la avalancha que el Éktor Martínez ha dejado caer sobre el rancho de Carlos Fuentes y cuyas consecuencias no alcanzan a verse aún por la polvareda. Agradecemos la dedicatoria que hace El charquito a esta paginilla. Léanlo, verán, les va a sentar bien al estómago pues está curado, nomás agarren un gatorade porque está larguito.
Ahora que Don Charlie es beligerante referencia en las soporíferas arengas que Mr. Woldenberg despacha en el canal de las stars bajo el petulante título de "La historia de la democracia en México", la reseña crítica y cretinaria del Éktor me parece un contrapeso justo, informado y rompehuevos.
Por otro lado, creo que ya lo dije antes, el mentado bodrio sobre la democracia neta que da hueva pues es un repaso sobadísimo del archivo de Telerrisa sobre el 68, los halcones, Lecumberri, y una tanda de etcéteras; una versión estilo Rius de cosas que Her Heinrich Krause ya ha sacado en su "México siglo veinte (y uno)". En serio, nuestros intelectuales son los mejores pateadores de pesebres de la liga.
ALLÁ EN LA FUENTE, HABÍA UN CHORRITO
Concluyo de leer (a deshoras) la avalancha que el Éktor Martínez ha dejado caer sobre el rancho de Carlos Fuentes y cuyas consecuencias no alcanzan a verse aún por la polvareda. Agradecemos la dedicatoria que hace El charquito a esta paginilla. Léanlo, verán, les va a sentar bien al estómago pues está curado, nomás agarren un gatorade porque está larguito.
Ahora que Don Charlie es beligerante referencia en las soporíferas arengas que Mr. Woldenberg despacha en el canal de las stars bajo el petulante título de "La historia de la democracia en México", la reseña crítica y cretinaria del Éktor me parece un contrapeso justo, informado y rompehuevos.
Por otro lado, creo que ya lo dije antes, el mentado bodrio sobre la democracia neta que da hueva pues es un repaso sobadísimo del archivo de Telerrisa sobre el 68, los halcones, Lecumberri, y una tanda de etcéteras; una versión estilo Rius de cosas que Her Heinrich Krause ya ha sacado en su "México siglo veinte (y uno)". En serio, nuestros intelectuales son los mejores pateadores de pesebres de la liga.
martes, junio 01, 2004
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LAS BREVES TRAVESÍAS DE CASANDRA
Todo va bien, pero los mareos son impredecibles y, bueno, apenas alcanzamos la islita de Alcatraz y comenzamos a entablar una partida de ajedrez con un banco de almejas blancas, cuando el capitán ordena a todos subir a bordo y levantar las dos anclas de cuchilla plegadiza del Casandra. Uno de nuestros invitados presenta problemas de baja presión y una necesidad vital de bonadoxina inyectada, hay que regresar. Docenas de medusas azul rey parecen burlarse de nuestro prematuro retorno, nosotros simplemente les rayamos la madre. Al fondo veo la línea caprichosa de la costa y cientos de personas sacándole la lengua la tedio, entre sombrillas de colores y castillos menguados por las olas.
Para nuestra mala fortuna, las maniobras para sacar el bote de 30 pies de eslora y montarlo en la batanga sobre el remolcadero son saboteadas por un oleaje que se pasa de listo. En un momento decisivo, la batanga se suelta del poste del tractor y el bote recula sin control hacia el agua dañando considerablemente la propela en el concreto del resbaladero. De no ser por la sabiduría del capitán Gardea que salta al agua e improvisa un nudo ciego con una cadena para catafixiar el problema, ahí estuviéramos todavía.
Lo demás: Centro de Salud de tercer mundo, consulta médica, inyección, reposo, atardecer dorado en la arena blanca de Bahía Kino y un restaurante de mariscos recién sacados del agua salada.
Mientras nuestro invitado se recupera, charlamos de ópera al mojo de ajo, cantantes en su tinta, teatros a la parrilla y épocas en escabeche. Vino y cerveza, estrellas y eclipses, vientos y mareas. Luego llega la noche y nos trae a casa.
Pese a todo, el saldo se ve favorable aunque nada podrá reponer mi gorra marinera perdida en sabe dónde. Quizá siguió buscando almejas en la islita sin percatarse de que nosotros ya no estamos.
LAS BREVES TRAVESÍAS DE CASANDRA
Todo va bien, pero los mareos son impredecibles y, bueno, apenas alcanzamos la islita de Alcatraz y comenzamos a entablar una partida de ajedrez con un banco de almejas blancas, cuando el capitán ordena a todos subir a bordo y levantar las dos anclas de cuchilla plegadiza del Casandra. Uno de nuestros invitados presenta problemas de baja presión y una necesidad vital de bonadoxina inyectada, hay que regresar. Docenas de medusas azul rey parecen burlarse de nuestro prematuro retorno, nosotros simplemente les rayamos la madre. Al fondo veo la línea caprichosa de la costa y cientos de personas sacándole la lengua la tedio, entre sombrillas de colores y castillos menguados por las olas.
Para nuestra mala fortuna, las maniobras para sacar el bote de 30 pies de eslora y montarlo en la batanga sobre el remolcadero son saboteadas por un oleaje que se pasa de listo. En un momento decisivo, la batanga se suelta del poste del tractor y el bote recula sin control hacia el agua dañando considerablemente la propela en el concreto del resbaladero. De no ser por la sabiduría del capitán Gardea que salta al agua e improvisa un nudo ciego con una cadena para catafixiar el problema, ahí estuviéramos todavía.
Lo demás: Centro de Salud de tercer mundo, consulta médica, inyección, reposo, atardecer dorado en la arena blanca de Bahía Kino y un restaurante de mariscos recién sacados del agua salada.
Mientras nuestro invitado se recupera, charlamos de ópera al mojo de ajo, cantantes en su tinta, teatros a la parrilla y épocas en escabeche. Vino y cerveza, estrellas y eclipses, vientos y mareas. Luego llega la noche y nos trae a casa.
Pese a todo, el saldo se ve favorable aunque nada podrá reponer mi gorra marinera perdida en sabe dónde. Quizá siguió buscando almejas en la islita sin percatarse de que nosotros ya no estamos.
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