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UNA DE TANTAS
Las acciones y personajes de esta historia son ficticios, cualquier semejanza con la realidad es mera irreverencia.
Ha concluido la entrega del Nóbel de literatura. Se han organizado algunos cocteles y reuniones nocturnas, el embajador decretó noche libre. Así que aquí estoy, deambulando hacia el hotel por una calle oscura de un Estocolmo y, pese al frío, se nota un movimiento inusual. Hay un bar abierto donde un trago sería una buena idea. Me impiden el paso y solicitan una invitación. No tengo. Es usted escritor, lector, algo. Sorprende la pregunta. Soy lector. Pase, falta un lector. Entro, el bullicio no permite identificar la música pero no importa, sólo interesa el espectáculo que se abre a mi torpe visión. Humo de cigarrilos. Es el lector, anuncian mi presencia. Llega un tipo de nombre Jakobsen y me saluda amablemente. El lector, verdad. Sí. Pase, puede tomar asiento en la mesa de miss Sintaxis. Señala a un costado del bar, frente a la barra repleta de... Jakobsen hace un guiño inadvertido, Sintaxis ríe abiertamente. Adelante. Me presentan a los de la mesa: Adjetivo, Puntoycoma, Perífrasis, al final, entrado en copas, Participio. Nos reímos. Ya nos conocíamos, algunos desde la primaria, hablamos el mismo idioma. Whisky solo por favor. Pida whisky nada más, advierte Jakobsen, así se entiende que es solo. Todos ríen. Encojo los hombros aceptando la corrección de Jakobsen. Me levanto. En el baño, Signo de admiración se peina el punto frente al espejo. Me lavo las manos. Voltea y me ve. Luego, señalando con un gesto risueño la zona de mingitorios dice: Oye, alguien se está masturbando ahí... es Pleonasmo y no se oculta... es su forma de repetirse a sí mismo, echa una carcajada como la del perro Satán. Quedo perplejo, guarda su peine y sale, también yo.
Rumbo a la mesa, noto que Diéresis abraza a Comillas justo al fondo del salón, en la esquina oscura donde está la caseta telefónica. El verboide lleva de la cintura a Y, se dirigen a la barra. Escucho que piden martinis. Gerundio lo saluda fríamente, Qué haciendo, dice con voz etilizada. Preposición está recargada en Paréntesis que la abraza impunemente. Están próximos a la pista pero la música ha tenido un respiro. Todos vuelven a sus asientos. Comienzo a aburrirme.
Gramática trata de mantener la compostura, pide otro whisky, ahora doble. Adverbio sale a bailar con miss Conjunción, ésta se enlaza. Interjección hace un escándalo, el de siempre, gritos. Llama la atención, dice Adjetivo, no hay que hacer caso. En la pista, Semántica da clase de baile, Complemento Directo trata de seguirle el paso. Tocan un tango y algunos se retiran de la pista mofándose de sí mismos. Entre los que se quedan Morfología hace lo suyo aunque Sustantivo se ve cansado. Lenguaje observa desde la mesa del fondo. Al concluir el tango he consumido tres tragos y comienzo a sentirme fuera de lugar. Veo el reloj, deseo largarme.
Se acerca Diccionario, ha engordado últimamente, dice algo a Jakobsen. Escucho todo: deben llevar a Enciclopedia al hotel, está ebria y, bueno, es evidente, a sus años merece cierta consideración. Amablemente, Signo de Interrogación se ofrece a desempeñar esa delicada misión. Asunto arreglado. Aprovecho la confusión y ofrezco ayudar para retirar a la viejita que se ha orinado. Jakobsen pela los ojos y ríe. Aprovecho la ocasión para tocar retirada. Al salir, Email entra enfundado en una vestimenta estrafalaria, detrás aparece Sintagma con un vistoso tatuaje en la mano, destaca su falda color fiucha. Enciclopedia ha empezado a vomitar en plena calle. Hay movimiento. Estoy donde empecé, me largo a mi refugio, mañana hay que viajar.
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