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VIERNES DE CANTO, VINO Y RISA
La socia se ha encaramado al primer lugar en la tabla de posiciones de la familia. Encabeza el hit parade en la colonia y se ha ganado la "pizza de platino". El caso es que el viernes acompañó a la mezzosoprano Gabriela Copca en su concierto, y la interpretació de tres duetos de Gioacchino Rossini (Joaquín está más fácil) fue un obsequio para oídos castísimos como los míos.
La regata veneziana-notturno a due voci, La pesca y Duetto buffo di due gatti fueron los dúos que destacaron por la pulcritud de su fraseo, el manejo de los matices y un acoplamiento vocal envidiable. La socia cantó además como solista La pastorella delle Alpi, aria del mismo autor. La segunda parte fue toda de la teacher Copca quien interpretó canciones de Ponce, Guastavino, Falla y Obradors (no es Andrés Manuel); también cantó dos estrenos del pianista Daniel Villegas, quien acompañó el programa. Daniel es veracruzano y se caracteriza por su destreza como concertista y acompañante, cantar con Villegas es un lujo; ya se proyecta como un artista de exportación.
Durante el concierto, el maestro Enrique Téllez, cellista y esposo de Copca, se encargaba de dar vuelta a la página de la partitura de Villegas cuando una de las patas de su silla decidió quitarse la vida. En un acto solidario y motivadas más por las leyes de la gravedad que por la suerte de la otra, el resto de las patas dieron un giro de noventa grados yéndose Tellez de espalda ante el estupor del público; la soprano y la mezzosoprano, ajenas al percance, cantaban el curadísimo dueto de los gatos.
La noche fue a acabar en una carne asada en casa de la maestra Copca. Hubo cheve y vino del Valle de Guadalupe, también guitarra y cantada, desvelada y risas. Divertirse es bueno para el sistema circulatorio y el linfático, no así para el digestivo.
¿Qué hora es?
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