miércoles, febrero 25, 2004

.
METER EL ACELERADOR. SIFUENTES Y LEON PUEDEN SALIR LA SEMANA QUE ENTRA

Leo el post de CAS y no puedo menos que felicitar a la familia Sifuentes y a sus amigos por cambiar de abogado; fue mi propuesta pública hace cinco días cuando me enteré de que el abogado solicitaba la perogrullada, apoyándose en sus presuntos 30 años de "experiencia", de cancelar la movilización política y mediática en torno al caso que todos conocen.

Se evalúa ahora el efecto evidente que han tenido la campaña en los medios y la carta a la opinión pública; ha sido sin duda un abrelatas eficiente. En su momento planteé también que la campaña saliera fuera del DF y se convirtiera en lo que de facto es: una campaña nacional por la libertad de Sifuentes y León. Mi razonamiento partía del hecho evidente de que un ciudadano, que puede o no ser escritor (no discutiremos aquí si es bueno o no), que es víctima de una tropelía judicial, merece ser defendido por la ciudadanía (la ciudadanía no vive nomás en el DF, aunque es evidente que ahí es donde más se hace bola). Es decir, un caso como el que nos ocupa, que pone de manifiesto la existencia de prácticas policíacas y jurídicas a todas luces corruptoras y con claros fines electorales merece ser destapado y denunciado simplemente por lo que es. Si el titular del gobierno del DF fuese Hank González, por ejemplo, y éste pretendiese ser candidato presidencial, ¿habría alguna razón justificada para no denunciar sus intentonas propagandísticas?

Hace días dije que había que nombrar a Andrés Manuel López Obrador como el responsable de estas directrices policíacas represoras, a fin de que se “sensibilizara” a la autoridad ante el caso. Subrayo que se tomó la decisión de mencionar exclusivamente a un subordinado, Marcelo Ebrard, pensando quizá que el caso podría complicarse políticamente.

Ahora digo lo siguiente. El caso ya se complicó. Nosotros lo complicamos porque vimos cuál era el trasfondo del asunto y empezamos a movernos. No es sólo que deseamos la libertad de Sifuentes-León, es que deseamos un país donde valga la pena vivir. López Obrador ya sabe que existe un mundo de firmas que en un momento dado pudiera afectarlo. Pero como la presión llegó únicamente hasta monsieur Ebrard, pues lógico, éste envió a sus achichincles para tratar de evitar que se hagan olas como las de algunas playas bravas de la República.

Pienso que no es momento de parar esto, al contrario. Ya se percataron de que no están tratando con un problemita de los tiangueros de San Cosme, sino con un ejército de gente inadaptada y con iniciativa. Pedos y todo, pero bueno, no querrán una comunidad intelectual de persignados (Dios, hoy es miércoles de ceniza). Ni a Santiago Creel conviene tal.

Si las baterías se dirigen a la cabeza, seguro que Marcelo Ebrard va a recibir a los amigos de los detenidos con todo y abogados a más tardar el viernes y, puedo pronosticarlo, Epigmenio y Gerardo salen libres la semana que entra. Pero, bueno, eso dependerá de qué tanto estemos dispuestos a hacer.

De todos los firmantes consabidos, seguro se puede reunir a unos cuarenta o cincuenta, los ruidosos de preferencia, y plantarse en las oficinas de AMLO solicitando audiencia, o bien, parapetarse en la Feria del Libro, en el Palacio de Minería en plan de protesta (pancartas, consignas, etc.) y plantear que los intelectuales de este país están dispuestos a hacerse oir (ya que el pueblo no los lee al menos que los conozca). Algo así. Luego se puede pensar en que la protesta se haga, no sé, en París, Los Angeles, Estocolmo, Bogotá, Londres... de alguna manera hay gente ahí que, por lo demás, ya sabe de este asunto.

p.d. Luego comentaré sobre los honorarios que supuestamente cobraría el nuevo abogado. ¡¡4 a seis meses de proceso...!!! ¿Quién es el abogado?, ¿Torombolo?. Propongo al abogado para la nómina del fondo nacional de creadores, saldría más barato.

No hay comentarios.: