viernes, marzo 12, 2004

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ATENTADOS EN MADRID: LA RAZÓN ESTÁ DE LUTO

Los actos terroristas generan terror entre las poblaciones afectadas e inducen un sentido de impotencia en todo el mundo, especialmente en Occidente. Conociendo los antecedentes del terrorismo, cuyos patrocinadores operan mediante las agencias de inteligencia occidentales e israelí, resulta inmoral aceptar las premisas del llamado "choque de civilizaciones", pues no se trata de una confrontación natural o ineluctable, sino de jugadas de guerra geopolítica convenientes a los intereses del imperialismo, enfrentamientos artificiales planeados, orquestados y orientados desde el centro unipolar de poder. ¿A qué intereses convenía el crecimiento del poder económico, logístico y militar de Osama bin Laden en el pasado? Al Qaeda y otros grupos islámicos fundamentalistas crecieron con patrocinio de la CIA y el MI5, aunque luego cobraron vida propia.

Aceptar que "los árabes" están detrás de los atentados de Madrid o Nueva York implica un peligroso sesgo ideológico y conduce a peligrosos errores de evaluación estratégica, un insulto a la razón; Huntington y otros geopolíticos se lamen lo bigotes al ver que sus delirios de dividir a Occidente del mundo árabe (y de "otras civilizaciones") se verán mejor cotizados con los atentados. La cruzada británico-estadounidense contra Sadam Hussein pretendía erigir al gobierno de Bush como el representante de Occidente y algunos serviles como Aznar lo apoyaron incondicionalmente pero favorecía en el fondo a ciertos intereses oligarcas vinculados con el petróeo y la industria armamentista (a donde van a parar finalmente los miles de millones de dólares que cuesta la guerra). En su miopía, el gobierno de Aznar se precipitó al culpar de los atentados a la ETA (esos otros locos genocidas). Huntington no es mas que una rata que escapó de los escombros del derrumbado Muro de Berlín.

Los atentados terroristas merece tanta condena como los sueños imperiales de Huntington y sus amos oligarcas. La muerte de inocentes es tan condenable como las cruzadas militares (Panamá, Irak o Haití) que tanto inspiran a políticos como (rebu) Aznar. Al Qaeda y Osama bin Laden no representan ni al Islam ni al mundo árabe.

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