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RETAZOS DE FAMA
Manuel Domínguez, un hombre que quizá dentro de diez años adopte el timbre de voz que tenía Barry White, me contó que en la revista hispana Hola había aparecido yo en una foto. Ese lado de mi carácter que aún no alcanzo a asimilar del todo pensó que mi fama había trascendido inesperadamente fronteras y aún océanos, pero Manuel pronto nos aclaró (a ese lado y a mí) que se trataba de una foto en la Catedral donde circunstancialmente aparezco cantando en una misa. Se trata de la boda de una nieta (o biznieta, no estoy seguro) del general Álvaro Obregón en la que fui contratado para cantar la misa (los cantantes a veces recibimos alguna compensación por saber sostener una línea musical mientras otros cantan tres o cuatro líneas diferentes). En el rap, ustedes sabe, un idiota bien pagado repite una nota de forma intermitente y ensarta una letra terrible, algo que hace ver las letanías religiosas católicas como una dulce melodía.
Bueno, el caso es que hoy me encontré con la revista Hola, pero, terrible decepción, era el número nuevo, el que reporta el M-11 con fotos coleccionables y todo, pero de la boda de la Obregón ¡nada! Si alguien la vio, avise.
Por otro lado, Martín Contreras, editor de la sección dominical Perfiles del periódico El Imparcial , tuvo el amable gesto de publicar mi post del lunes pasado sobre la visita del maestro Rodríguez y Álvaro Domingo. Gracias. Y como ya son demasiados Álvaros para un solo post, aquí me despido....
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