..FAVOR DE ABORDAR POR LA PUERTA TRES
Estos días he andado con una angustia terrible pues hemos empezado a ensayar en el coro el Mesías de Haendel y hay partes que nomás no salen. La cosa es que lo litúrgico tiene su lado y nosotros aún no bajamos de la nube en que andábamos como a veinte mil notas de altura. Como que quedamos engranados con la ópera que es mucho pulmón y emoción. Veremos cómo se enderezan las cosas de aquí a diciembre.
Hoy, como siempre, me dormiré muy tarde. No sé hacerlo de otro modo, a menos que quiera estar ahí dando vueltas sobre mi propio eje un par de horas, lo cual como que no, mejor continúo no haciendo nada pero despierto. La cosa es que mañana viajaré a Monterrey con la socia, mi marciano y la chica superpoderosa y ni siquiera he bajado las maletas de la estrastósfera. Ocurre que vamos a la boda de una sobrina que amenaza con hacer historia (la boda, no la sobrina). Ella es psicóloga, de armas tomar y con un sentido dle humor extraordinario. Es de esas mujeres que toman las curvas a 120 por hora mientras se va poniendo rimel. Asumo que el jolgorio va a estar divertido. Es chistoso cuando una familia numerosa viaja lejos por un evento así. Me acuerdo de "Casarse está en griego", movie con la que me reí muy a gusto. Es mas, a media función ya no aguantaba lo a gusto.
He repasado unas rolillas propias de estas celebraciones pues junto con la socia cantaremos la misa y, bueno, mi alzehimer tiende a manifestarse cuando menos lo espero, así que no quiero hacer el ridículo a la hora en que los ojos de toda la familia consanguínea y política de la socia esté viboreando cada detalle. Cuando uno se expone de esa manera todo puede pasar, por lo pronto yo ya me encomendé a cierto santo que pasa desapercibido.
Ante la inminencia, la reacción de mi marciano favorito es prototípica de la época. Se encontraba tan angustiado como puede estarse a los 8 años, cuestionando la seguridad de viajar en avión, especialmente porque vio desde todos los ángulos posibles las tomas del derrumbe de las Torres Gemelas y pregunta muy inquieto "¿aquí no hay ataques terroristas?". Hijo, con la avalancha de violencia que ves en las caricaturas ¿cómo puede asustarte Osama Bin Laden? No jodas, hijo, abróchate el cinturón, respira hondo y encomiéndate a Bart Simpson. Además "aquí" ya no es lo que antes era; ahora es una sucursal de "allá".
Por su parte, la chica superpoderosa no se inmuta ante estas eventualidades. Menos ahora que está por estrenar su más reciente obra de teatro: Las zanahorias perdidas, de la que es guionista, directora, promotora, actriz, diseñadora de vestuario, utilería y escenografía. Sus compañeras de clase se encuentran en shock facial ya que a tres de ellas apenas les dio un par de líneas y al resto las pondrá como naturaleza muerta en el tercer acto. Eso es vanguardismo no chingaderas.
La socia mandó arreglar un vestido rojo larguísimo que bien podría hacerla de paracaídas en caso necesario, se vió tan chula con él, ahora que estaba midiéndoselo, que automáticamente saqué del cajón la dieta del Instituto Nacional de Nutrición (no sé que quise decir).
Así están las cosas en este jueves que parece viernes. Luego les platico cómo llegamos.
("Humphrey, escucha, escucha, al fondo se oye la canción de Thalía A quien le importa." -Es cierto-).
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