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BALÚN CANÁN, LAS VARIANTES DEL MÉXICO BRONCO
Acabo de leer Balún Canán. Rosario Castellanos no nos introduce, como sugieren algunos, en el mundo desconocido y seductor del indigenismo mexicano que añoran los antropólogos. La mujer es más ambiciosa, se propone sacudir la miopía y descubrir la agonía de nuestro mestizaje inconcluso. ("Humphrey, 'sacudir la miopía' es una metáfora muy primitiva". -¿Por qué no te callas el hocico?-)
En poco más de un siglo, México ha logrado su Independencia política del extranjero, ha despejado los límites entre la autoridad religiosa y la política mediante la Reforma y ha emprendido, con la Revolución, su camino propio en pos de la justicia y la democracia. Es el período del General Lázaro Cárdenas, que expropia el petróleo y se propone poner en marcha la reforma agraria, el que enmarca a Balún Canán, un microcosmos inédito en el que se encuentran dos culturas, separadas por el idioma, las costumbres y el color de la piel. El espacio, un Comitán que parece no haber conocido a la Revolución; un último reducto que se llama Chactajal.
Rosario Castellanos ha secuestrado a una niña de siete años para obligarla ser su testigo. La obligará a relatarnos cómo vive las contradicciones de raza y de clase que tuvieron lugar en Chiapas, aproximadamente en los años treinta del siglo XX.
Mediante el diálogo y sus reflexiones, la niña nos dibuja su propia figura y la de la nana, una indígena "in edad y sin rostro" que, paradójicamente, representa su seguridad y una visión del mundo en la que orbita la figura del indígena, cuajada de mitos y leyendas como la del Dzulúm, el demonio indígena, tan corrosivo como todos los demonios occidentales. Luego va configurando la escuela, la cosecha, el circo –un extraña metáfora de aquellos que regresan-, el terrateniente y varios etcéteras.
Cuadros breves y redondos nos presentan la turbia intimidad de las relaciones sociales: la altivez del amo, la actitud apocada de la servidumbre, la contradicción de ser indio y servil en un mundo que le ha sido arrebatado. La estupidez de proclamarse superior, el desgano de sentirse menos.
La instrucción del presidente Cárdenas es clara: la educación gratuita debe llegar a cada rincón de la República; todo ordenamiento gubernamental es visto por los terratenientes como una amenaza contra su preponderancia feudal. César ha de aceptar la disposición, pero será él quien decida qué maestro atenderá a sus indios. Tal responsabilidad recae en Ernesto, hijo bastardo de terrateniente y sobrino carnal de César. Esta bastardía servirá de marco para configurar en Ernesto un mestizo de personalidad contradictoria y resentida.
En la segunda parte, Castellanos ha decidido ofrecernos a un narrador omnisciente que nos relate con mayor libertad los sucesos alrededor del levantamiento que pronto sobrevendrá. Este narrador tiene la facultad de focalizar de manera especial en un personaje tan central como el de Matilde, la sobrina huérfana, que sufre como persona los cambios que se precipitan; el propio envejecimiento y su descenso en la escala social con frecuencia la empujan hacia el suicidio.
César y Zoraida, los patrones, ven con temor que por debajo de la superficie se gestan cambios que amenazan su estilo de vida. Felipe Carranza encarna al individuo que ha sufrido amargamente el ser indio y que ahora, las circunstancias lo colocan, como una suerte de ejecutor del agrarismo oficial, en posibilidad de resarcir la vida lamentable del indígena; se percibe una especie de venganza de clase luego de haber soportado la explotación centenaria. La palabra camarada adquiere, en boca de los indios, una connotación ideológica que la autora no desea dejar pasar. Todo se precipita, el alzamiento, la quema del cañaveral. Abortos de un feudalismo híbrido que se niega a desaparecer.
En la tercera parte, vuelve la niña a retomar la voz narradora. Es su visión nuevamente la que da cuenta de las cosas terribles que ocurren, incluyendo la muerte de su hermano menor, Mario, a manos del paludismo, curiosa alegoría de Rosario en la que las enfermedades parecen no reconocer diferencias sociales.
La novela es un viaje relampagueante y preciso en un universo paradójico que aún persiste, un parto social que no terminaba hace 50 años cuando Rosario Castellanos la escribió; una identidad que todavía no termina por encontrarse.
("Humphrey: como soporífero, este rollo te salió perfecto, pero ¿a dónde quieres llegar?"... -A la cama, idiota, a dónde más-).
miércoles, marzo 31, 2004
domingo, marzo 28, 2004
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RETAZOS DE FAMA
Manuel Domínguez, un hombre que quizá dentro de diez años adopte el timbre de voz que tenía Barry White, me contó que en la revista hispana Hola había aparecido yo en una foto. Ese lado de mi carácter que aún no alcanzo a asimilar del todo pensó que mi fama había trascendido inesperadamente fronteras y aún océanos, pero Manuel pronto nos aclaró (a ese lado y a mí) que se trataba de una foto en la Catedral donde circunstancialmente aparezco cantando en una misa. Se trata de la boda de una nieta (o biznieta, no estoy seguro) del general Álvaro Obregón en la que fui contratado para cantar la misa (los cantantes a veces recibimos alguna compensación por saber sostener una línea musical mientras otros cantan tres o cuatro líneas diferentes). En el rap, ustedes sabe, un idiota bien pagado repite una nota de forma intermitente y ensarta una letra terrible, algo que hace ver las letanías religiosas católicas como una dulce melodía.
Bueno, el caso es que hoy me encontré con la revista Hola, pero, terrible decepción, era el número nuevo, el que reporta el M-11 con fotos coleccionables y todo, pero de la boda de la Obregón ¡nada! Si alguien la vio, avise.
Por otro lado, Martín Contreras, editor de la sección dominical Perfiles del periódico El Imparcial , tuvo el amable gesto de publicar mi post del lunes pasado sobre la visita del maestro Rodríguez y Álvaro Domingo. Gracias. Y como ya son demasiados Álvaros para un solo post, aquí me despido....
RETAZOS DE FAMA
Manuel Domínguez, un hombre que quizá dentro de diez años adopte el timbre de voz que tenía Barry White, me contó que en la revista hispana Hola había aparecido yo en una foto. Ese lado de mi carácter que aún no alcanzo a asimilar del todo pensó que mi fama había trascendido inesperadamente fronteras y aún océanos, pero Manuel pronto nos aclaró (a ese lado y a mí) que se trataba de una foto en la Catedral donde circunstancialmente aparezco cantando en una misa. Se trata de la boda de una nieta (o biznieta, no estoy seguro) del general Álvaro Obregón en la que fui contratado para cantar la misa (los cantantes a veces recibimos alguna compensación por saber sostener una línea musical mientras otros cantan tres o cuatro líneas diferentes). En el rap, ustedes sabe, un idiota bien pagado repite una nota de forma intermitente y ensarta una letra terrible, algo que hace ver las letanías religiosas católicas como una dulce melodía.
Bueno, el caso es que hoy me encontré con la revista Hola, pero, terrible decepción, era el número nuevo, el que reporta el M-11 con fotos coleccionables y todo, pero de la boda de la Obregón ¡nada! Si alguien la vio, avise.
Por otro lado, Martín Contreras, editor de la sección dominical Perfiles del periódico El Imparcial , tuvo el amable gesto de publicar mi post del lunes pasado sobre la visita del maestro Rodríguez y Álvaro Domingo. Gracias. Y como ya son demasiados Álvaros para un solo post, aquí me despido....
viernes, marzo 26, 2004
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LOS CÓDIGOS DE LEONARDO
Cuando Vasari escribió sobre la vida de Leonardo da Vinci, la fama de éste había trascendido las fronteras de la península itálica. Florencia es la cuna del Renacimiento y significa la estancia más fructífera de Leonardo por excelencia. En 1511, cuando Vasari nació, Leonardo aún vivía, lo que nos permite afirmar que fueron contemporáneos. Sin embargo, ni Vasari ni otros biógrafos del período inmediato del pintor, apuntan a que Leonardo estuviese involucrado en movimientos masónicos o de otra tendencia disidente del catolicismo oficial, ni que su obra contuviese elementos que cuestionaran la historiografía oficial de Jesucristo, contrario a lo que se desprende de la novela de reciente publicación El código Da Vinci, cuyo autor aún no memorizo.
Llama la atención que Televisa reúna a un grupo de eruditos para polemizar sobre la novela en cuestión y, sobre todo, que se destine tiempo y recursos a esclarecer si la novela tiene veracidad. A saber, los puntos cruciales de El código Da Vinci son: Jesucristo sostuvo una relación carnal con María Magdalena y procreó familia, uno de los herederos de Jesús es muerto en pleno siglo veinte a manos de un matón de la Iglesia Católica que pretende mantener ocultos secretos incómodos; El llamado santo grial existe (la copa de la última cena) y encierra poderosos misterios; la obra y manuscritos de Leonardo Da Vinci guardan un código que da testimonio de esta historia. Tales son las premisas del argumento de la novela.
No entiendo si lo que pretende la novela en cuestión es polemizar contra la historiografía católica oficial, o, subrepticiamente, esconder los verdaderos "secretos" de Leonardo, es decir, sus contribuciones al conocimiento.
El impacto de la labor artística y científica de Da Vinci no puede entenderse sin conocer los aportes generados por un grupo de individuos entre los que destacan su antecesor Dante Alighieri y otros, menos conocidos, como Nicolás de Cusa y Luca Paccioli.
En Cusa podemos apreciar la continuación del pensamiento de Agustín de Hipona, mejor conocido como San Agustín, cuyos escritos no eclipsaron los desvaríos oscurantistas de la Edad Media, y una vocación política y ecuménica que sólo tendría precedente en Alejandro Magno o Carlomagno, esos reyes filósofos generalmente subvalorados. Por encima de estos, Cusa se tomó la molestia de esculcar en el pensamiento geométrico de los presocráticos, así como en la indagación exhaustiva en la obra de Platón, lo que le llevó a amalgamar y sustentar el conocimiento científico sin despegarse de la tradición cristiana de pensamiento (i.e. La docta ignorancia, Editorial Aguilar); dicho de otra forma, Cusa zanjaba estaba comprometido a zanjar la aparente oposición entre la fe religiosa católica y el pensamiento científico en tanto razonamiento lógico matemático demostrable. Por su origen, yo consideraría a Cusa como precursor del pensamiento filosófico alemán de los siglos posteriores, y me atrevería a recomendar sus ensayos De Pace Fidei y Concordanthia Catolica como antecedente del pensamiento ecuménico (tolerante y conciliador al estilo de M. Ghandi) de los tiempos modernos.
Paccioli es mejor conocido por su obra monumental: la Catedral de Florencia, que por su contribución teórica, De divina proportione, en la que sistematiza el ejercicio de la denominada sección áurea, principio geométrico nodal en el pensamiento platónico, que devendrá fundamental para el progreso de las nuevas generaciones de pintores, escultores, arquitectos y artesanos por venir, merced a sus alcances en estos y otros temas relacionados. Textos como el de Paccioli y otros como Instrucciones de geometría de A. Durero, abordan el conocimiento desde un punto de vista didáctico, contrario a las sectar herméticas que hacen de la numerología una ciencia oculta o esotérica.
La explicación de los fenómenos naturales (la hidráulica, la eólica, la motricidad, la divina proporción latente en toda expresión de los seres vivos, la óptica, etc.) conduce a los notables avances en materia de arte y ciencia que catapultaron el Renacimiento.
Cualquiera que esté medianamente familiarizado con la obra pictórica de Leonardo puede evidentemente corroborar la existencia de códigos, sin embargo, éstos no se presentan como un crucigrama hermético a resolver, sino como principios científicos básicos accesibles a cualquier individuo que no haya sido alumno de Justo Sierra o lector de Carlos Cuauhtémoc Sánchez. Los manuscritos de Leonardo confirman su interés divulgador, lástima que se hayan extraviado el 70 por ciento de éstos.
Dicho en términos corrientes: Leonardo no "dibujaba o pintaba bien" porque pudiera captar la realidad tal y como es, o por su mero talento. Estudia y domina el comportamiento de diversos aspectos de la realidad (morfología, perspectiva, motricidad, armonía, biología, entre otros) que le permitean suponer en un lienzo de dos planos una realidad de dimensiones más trascendentes, desde un punto de vista poderosamente informado. Era una época en la que no se había impuesto la estupidez de divorciar al arte de la ciencia, las humanidades de las llamadas ciencias exactas.
Vean por ejemplo, La virgen de las rocas, ese aparente misterio de perfección. Las expresiones humanas no son la suma de una boca, dos ojos, una nariz y dos orejas. Transmiten la existencia de un ánima detrás de los rasgos observables; las manos y otros elementos corporales no exhiben el talento copista del pintor, sino su profundo conocimiento de las proporciones humanas y su concatenación desde la captación visual (la perspectiva). Su dominio del color (observen el velo que cubre el brazo del ángel) nos lleva a percibir el principio de lo infinito en lo discreto. La existencia de cuatro reinos (el mineral, el vegetal, el animal y el humano) es plasmada en el lienzo como una metáfora fácilmente perceptible.
Muchos son los códigos que pueden desprenderse de la observación de la obra artística y literaria de Leonardo, sin embargo, a la luz de la ciencia y la razón, tales códigos pueden ser descifrables y aún explicables didácticamente. De La última cena ni qué decir, ha sido tan dañada por factores como la humedad y el descuido, y tan manoseada por restauradores improvisados (algunos jamás entendieron los códigos artísticos de su autor), que el fresco actual apenas es una caricatura de lo que fue el original.
El Código Da Vinci es una ficción con determinado valor literario. Pretender que esa obra contiene elementos de verdad sobre aspectos históricos relacionados con la vida de Jesús o la de Leonardo, me parece un sesgo ocioso y hasta confusionista.
LOS CÓDIGOS DE LEONARDO
Cuando Vasari escribió sobre la vida de Leonardo da Vinci, la fama de éste había trascendido las fronteras de la península itálica. Florencia es la cuna del Renacimiento y significa la estancia más fructífera de Leonardo por excelencia. En 1511, cuando Vasari nació, Leonardo aún vivía, lo que nos permite afirmar que fueron contemporáneos. Sin embargo, ni Vasari ni otros biógrafos del período inmediato del pintor, apuntan a que Leonardo estuviese involucrado en movimientos masónicos o de otra tendencia disidente del catolicismo oficial, ni que su obra contuviese elementos que cuestionaran la historiografía oficial de Jesucristo, contrario a lo que se desprende de la novela de reciente publicación El código Da Vinci, cuyo autor aún no memorizo.
Llama la atención que Televisa reúna a un grupo de eruditos para polemizar sobre la novela en cuestión y, sobre todo, que se destine tiempo y recursos a esclarecer si la novela tiene veracidad. A saber, los puntos cruciales de El código Da Vinci son: Jesucristo sostuvo una relación carnal con María Magdalena y procreó familia, uno de los herederos de Jesús es muerto en pleno siglo veinte a manos de un matón de la Iglesia Católica que pretende mantener ocultos secretos incómodos; El llamado santo grial existe (la copa de la última cena) y encierra poderosos misterios; la obra y manuscritos de Leonardo Da Vinci guardan un código que da testimonio de esta historia. Tales son las premisas del argumento de la novela.
No entiendo si lo que pretende la novela en cuestión es polemizar contra la historiografía católica oficial, o, subrepticiamente, esconder los verdaderos "secretos" de Leonardo, es decir, sus contribuciones al conocimiento.
El impacto de la labor artística y científica de Da Vinci no puede entenderse sin conocer los aportes generados por un grupo de individuos entre los que destacan su antecesor Dante Alighieri y otros, menos conocidos, como Nicolás de Cusa y Luca Paccioli.
En Cusa podemos apreciar la continuación del pensamiento de Agustín de Hipona, mejor conocido como San Agustín, cuyos escritos no eclipsaron los desvaríos oscurantistas de la Edad Media, y una vocación política y ecuménica que sólo tendría precedente en Alejandro Magno o Carlomagno, esos reyes filósofos generalmente subvalorados. Por encima de estos, Cusa se tomó la molestia de esculcar en el pensamiento geométrico de los presocráticos, así como en la indagación exhaustiva en la obra de Platón, lo que le llevó a amalgamar y sustentar el conocimiento científico sin despegarse de la tradición cristiana de pensamiento (i.e. La docta ignorancia, Editorial Aguilar); dicho de otra forma, Cusa zanjaba estaba comprometido a zanjar la aparente oposición entre la fe religiosa católica y el pensamiento científico en tanto razonamiento lógico matemático demostrable. Por su origen, yo consideraría a Cusa como precursor del pensamiento filosófico alemán de los siglos posteriores, y me atrevería a recomendar sus ensayos De Pace Fidei y Concordanthia Catolica como antecedente del pensamiento ecuménico (tolerante y conciliador al estilo de M. Ghandi) de los tiempos modernos.
Paccioli es mejor conocido por su obra monumental: la Catedral de Florencia, que por su contribución teórica, De divina proportione, en la que sistematiza el ejercicio de la denominada sección áurea, principio geométrico nodal en el pensamiento platónico, que devendrá fundamental para el progreso de las nuevas generaciones de pintores, escultores, arquitectos y artesanos por venir, merced a sus alcances en estos y otros temas relacionados. Textos como el de Paccioli y otros como Instrucciones de geometría de A. Durero, abordan el conocimiento desde un punto de vista didáctico, contrario a las sectar herméticas que hacen de la numerología una ciencia oculta o esotérica.
La explicación de los fenómenos naturales (la hidráulica, la eólica, la motricidad, la divina proporción latente en toda expresión de los seres vivos, la óptica, etc.) conduce a los notables avances en materia de arte y ciencia que catapultaron el Renacimiento.
Cualquiera que esté medianamente familiarizado con la obra pictórica de Leonardo puede evidentemente corroborar la existencia de códigos, sin embargo, éstos no se presentan como un crucigrama hermético a resolver, sino como principios científicos básicos accesibles a cualquier individuo que no haya sido alumno de Justo Sierra o lector de Carlos Cuauhtémoc Sánchez. Los manuscritos de Leonardo confirman su interés divulgador, lástima que se hayan extraviado el 70 por ciento de éstos.
Dicho en términos corrientes: Leonardo no "dibujaba o pintaba bien" porque pudiera captar la realidad tal y como es, o por su mero talento. Estudia y domina el comportamiento de diversos aspectos de la realidad (morfología, perspectiva, motricidad, armonía, biología, entre otros) que le permitean suponer en un lienzo de dos planos una realidad de dimensiones más trascendentes, desde un punto de vista poderosamente informado. Era una época en la que no se había impuesto la estupidez de divorciar al arte de la ciencia, las humanidades de las llamadas ciencias exactas.
Vean por ejemplo, La virgen de las rocas, ese aparente misterio de perfección. Las expresiones humanas no son la suma de una boca, dos ojos, una nariz y dos orejas. Transmiten la existencia de un ánima detrás de los rasgos observables; las manos y otros elementos corporales no exhiben el talento copista del pintor, sino su profundo conocimiento de las proporciones humanas y su concatenación desde la captación visual (la perspectiva). Su dominio del color (observen el velo que cubre el brazo del ángel) nos lleva a percibir el principio de lo infinito en lo discreto. La existencia de cuatro reinos (el mineral, el vegetal, el animal y el humano) es plasmada en el lienzo como una metáfora fácilmente perceptible.
Muchos son los códigos que pueden desprenderse de la observación de la obra artística y literaria de Leonardo, sin embargo, a la luz de la ciencia y la razón, tales códigos pueden ser descifrables y aún explicables didácticamente. De La última cena ni qué decir, ha sido tan dañada por factores como la humedad y el descuido, y tan manoseada por restauradores improvisados (algunos jamás entendieron los códigos artísticos de su autor), que el fresco actual apenas es una caricatura de lo que fue el original.
El Código Da Vinci es una ficción con determinado valor literario. Pretender que esa obra contiene elementos de verdad sobre aspectos históricos relacionados con la vida de Jesús o la de Leonardo, me parece un sesgo ocioso y hasta confusionista.
jueves, marzo 25, 2004
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ALÍ BABÁ Y LOS CUARENTA BRITÁNICOS
Atrapados. Británicos en una cueva de Puebla. Se sospecha de espionaje. Desde la profundidad señalan que no desean ser rescatados por mexicanos (qué pues, que pasó con esa confiancilla, ya les íbamos a enviar a Diego para que los saque). Todos hablan al mismo tiempo: López Dóriga, Vicente Fox, Javier Alatorre, mi marciano favorito, su maestra de ciencias naturales, la Procuraduría de Justicia, Derbez el de la SRE, Derbez el otro, el señor de los quesos, todos. Ondea el pendón del nacionalismo desde el basurero donde fue tirado a punta de videotazos. Se le mueve la patita. Sí, que siga el escándalo de los espeleólogos-militares-turistas-británicos, así ya no sabremos más de Ahumada, Bejarano, encuestas de Mitofsky, Sosamontes, el niño verdín, el repechaje de López Obrador, ni las declaraciones de Slim. ¿Uranio e la cueva?, órale, si parece título de película de Viruta y Capulina. Prefiero la ficción. Digan, por ejemplo, que los británicos conocen el plano del tesoro de Moctezuma; que la cueva es un pasadizo secreto que lleva a la recámara de Los Pinos; que la cueva fue un refugio de extraterrestres... ¡algo!, algo creíble, por favor. Lo de la cueva empieza a dar hueva.
ALÍ BABÁ Y LOS CUARENTA BRITÁNICOS
Atrapados. Británicos en una cueva de Puebla. Se sospecha de espionaje. Desde la profundidad señalan que no desean ser rescatados por mexicanos (qué pues, que pasó con esa confiancilla, ya les íbamos a enviar a Diego para que los saque). Todos hablan al mismo tiempo: López Dóriga, Vicente Fox, Javier Alatorre, mi marciano favorito, su maestra de ciencias naturales, la Procuraduría de Justicia, Derbez el de la SRE, Derbez el otro, el señor de los quesos, todos. Ondea el pendón del nacionalismo desde el basurero donde fue tirado a punta de videotazos. Se le mueve la patita. Sí, que siga el escándalo de los espeleólogos-militares-turistas-británicos, así ya no sabremos más de Ahumada, Bejarano, encuestas de Mitofsky, Sosamontes, el niño verdín, el repechaje de López Obrador, ni las declaraciones de Slim. ¿Uranio e la cueva?, órale, si parece título de película de Viruta y Capulina. Prefiero la ficción. Digan, por ejemplo, que los británicos conocen el plano del tesoro de Moctezuma; que la cueva es un pasadizo secreto que lleva a la recámara de Los Pinos; que la cueva fue un refugio de extraterrestres... ¡algo!, algo creíble, por favor. Lo de la cueva empieza a dar hueva.
miércoles, marzo 24, 2004
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NOTICIAS DE SIFUENTES Y LEÓN
Echen un ojo a la crónica del viaje que realizó a Reno Aventura el compa Morcillo
Otro ojo a fotos y blog de La pecera del Tiburón
NOTICIAS DE SIFUENTES Y LEÓN
Echen un ojo a la crónica del viaje que realizó a Reno Aventura el compa Morcillo
Otro ojo a fotos y blog de La pecera del Tiburón
martes, marzo 23, 2004
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BORGES, FRONTERA E INDIVIDUO
Durante milenios, el concepto de frontera ha inquietado a la humanidad y los humanos (vocablos emparentados por la semántica, aunque perfectamente diferenciables). La idea de limitrofidad, de frontera, nace, juzgado a partir de los escritos seminales de Marx, aparejada a la idea de propiedad, propiedad individual o privada. Sin embargo, la propiedad privada, la propiedad individual, como tal, no existe, no ha existido, ni existirá. Existe acaso la propiedad de clan, la propiedad familiar, esa que puede ser enajenada a favor de los consanguíneos, heredada a los descendientes o a sus otros, según establezca la tradición testamentaria aleatoria. Así, pues, el concepto de propiedad es un concepto grupal, lo que niega y contradice la existencia de cosa tal como el individuo. Aquí desechamos de antemano la caduca idea de una clase social, ese otro esperpento abstracto, tan engañoso como falsario. ¿Cuáles son las propiedades de Enrique VIII? No se trata de un juego de tiempos verbales, un éxtasis de conjugaciones. ¿Quiénes serán los propietarios, dentro de cien años, de aquellos territorios que Enrique VIII juzga suyos y que hoy día serían propiedad de otros? ¿Quién fuese dueño de qué?
La idea de individuo puede aceptarse, en tanto concepto filosófico, en su caso, como una mole abstracta y genérica. Sin embargo, el individuo como ente físico y concreto existe únicamente como expresión tangible (yo, por ejemplo, existo y escribo, y pueden contestarme a mi e-mail) de otro orden de magnitud cognoscible: la existencia de la especie (a ver, escríbanle a la especie –y de paso denme su dirección electrónica-). El individuo tiene una facultad que no le es propia a su especie: su voluntad independiente, su pensamiento autoconciente único. Sin embargo, ese pensamiento tiene ya definido un campo de acción, un universo creado por la especie en el que la voluntad se abre paso a contracorriente o, mejor dicho, a descorriente. Voluntad y universalidad. Lo uno y lo otro. El uno y el todo. Leibnitz.
El individuo es lo que fue antes de ser y lo que será después de no ser. Eso somos, pero nos resistimos a aceptarlo. No somos, estamos siendo y esa es una categoría que sepulta los criterios pragmáticos que nos hacen malditos porque creemos ciegamente en ellos. Este es el gran dilema de Schopenhauer (somos representación, ¡claro!, no somos caricatura), aquello que la dialéctica de Hegel no alcanzó a descifrar porque el pendejo era un comodino que concebía el paraíso como su posibilidad latente de combinar el consumo de pechugas de perdiz en salsa griega con vino del Rhin (el cheque que le ofrecía el estado prusiano), algpo que Marx apenas pudo percibir en su La ideología alemana.
Veamos: Ustedes no son más que una ecuación compleja que incluye preponderantemente a su madre, a su familia (sin excluir a su padre), a ciertos hechos y lugares intercambiables y a su propio conocimiento de las teorías del mundo incluyendo a Freud y, ahora, a la percepción que ahora tienen a partir de cometer el acierto/error de leer esta autorreflexión.
Permítanme introducir esta vorágine: El cuentillo El Aleph de Borges fue un intento por desentrañar el gran misterio pero, ¡Dios lo sabe!, falló miserablemente porque no pudo lograr ni una solución artística, ni un planteamiento científico riguroso sobre el problema que planteaba. ¿Carlos Argentino dueño del aleph?, por favor ¡viva la casualidad! Y no vengan con cuentos, fue Borges el que decidió meterse en esta discusión. Nosotros no los forzamos. Pensó que su individualidad, su voluntad creativa lo capacitaba para tal empresa. Lo hizo por su cuenta (y conste que era un tipo honesto, al menos más que Paz y Fuentes)... Yo digo que los cuentos de Borges están llenos de lagunas (comenzando con la capirotada de Emma Zunz) y que su pretendido cosmopolitismo es una variedad de engañifa apta para una Latinoamérica saturada de regionalismo.
Frontera otra vez. Borges no abre la frontera. Antes bien, cierra la frontera. Declara desierto el atrevimiento del latinoamericano por conocer el pensamiento universal y lo cercena de tajo. Dice la última palabra. Declara estúpidos a los australes y prefiere enjugar sus propias lágrimas en un enredo literario sagaz. Como otros argentinos (no sólo es culpa suya), cree tener la coartada perfecta. Engañó a muchos estadounidenses, los deslumbró con su inteligencia retórica, pero, bueno, a los gringos hasta Disney los engaña. ¡Un buen bipolar! como otros titiriteros; como Spielberg o Stephen King; como las autoridades del orbe que fingen perseguir los ideales de sus pueblos (hacen lo que pueden).
Si no existen los individuos, ¿cómo vamos a reconocer que existen los pueblos?
Ja. El uso de fronteras, su banal usufructo, ¿cómo librarnos de esa idiotez congénita?
BORGES, FRONTERA E INDIVIDUO
Durante milenios, el concepto de frontera ha inquietado a la humanidad y los humanos (vocablos emparentados por la semántica, aunque perfectamente diferenciables). La idea de limitrofidad, de frontera, nace, juzgado a partir de los escritos seminales de Marx, aparejada a la idea de propiedad, propiedad individual o privada. Sin embargo, la propiedad privada, la propiedad individual, como tal, no existe, no ha existido, ni existirá. Existe acaso la propiedad de clan, la propiedad familiar, esa que puede ser enajenada a favor de los consanguíneos, heredada a los descendientes o a sus otros, según establezca la tradición testamentaria aleatoria. Así, pues, el concepto de propiedad es un concepto grupal, lo que niega y contradice la existencia de cosa tal como el individuo. Aquí desechamos de antemano la caduca idea de una clase social, ese otro esperpento abstracto, tan engañoso como falsario. ¿Cuáles son las propiedades de Enrique VIII? No se trata de un juego de tiempos verbales, un éxtasis de conjugaciones. ¿Quiénes serán los propietarios, dentro de cien años, de aquellos territorios que Enrique VIII juzga suyos y que hoy día serían propiedad de otros? ¿Quién fuese dueño de qué?
La idea de individuo puede aceptarse, en tanto concepto filosófico, en su caso, como una mole abstracta y genérica. Sin embargo, el individuo como ente físico y concreto existe únicamente como expresión tangible (yo, por ejemplo, existo y escribo, y pueden contestarme a mi e-mail) de otro orden de magnitud cognoscible: la existencia de la especie (a ver, escríbanle a la especie –y de paso denme su dirección electrónica-). El individuo tiene una facultad que no le es propia a su especie: su voluntad independiente, su pensamiento autoconciente único. Sin embargo, ese pensamiento tiene ya definido un campo de acción, un universo creado por la especie en el que la voluntad se abre paso a contracorriente o, mejor dicho, a descorriente. Voluntad y universalidad. Lo uno y lo otro. El uno y el todo. Leibnitz.
El individuo es lo que fue antes de ser y lo que será después de no ser. Eso somos, pero nos resistimos a aceptarlo. No somos, estamos siendo y esa es una categoría que sepulta los criterios pragmáticos que nos hacen malditos porque creemos ciegamente en ellos. Este es el gran dilema de Schopenhauer (somos representación, ¡claro!, no somos caricatura), aquello que la dialéctica de Hegel no alcanzó a descifrar porque el pendejo era un comodino que concebía el paraíso como su posibilidad latente de combinar el consumo de pechugas de perdiz en salsa griega con vino del Rhin (el cheque que le ofrecía el estado prusiano), algpo que Marx apenas pudo percibir en su La ideología alemana.
Veamos: Ustedes no son más que una ecuación compleja que incluye preponderantemente a su madre, a su familia (sin excluir a su padre), a ciertos hechos y lugares intercambiables y a su propio conocimiento de las teorías del mundo incluyendo a Freud y, ahora, a la percepción que ahora tienen a partir de cometer el acierto/error de leer esta autorreflexión.
Permítanme introducir esta vorágine: El cuentillo El Aleph de Borges fue un intento por desentrañar el gran misterio pero, ¡Dios lo sabe!, falló miserablemente porque no pudo lograr ni una solución artística, ni un planteamiento científico riguroso sobre el problema que planteaba. ¿Carlos Argentino dueño del aleph?, por favor ¡viva la casualidad! Y no vengan con cuentos, fue Borges el que decidió meterse en esta discusión. Nosotros no los forzamos. Pensó que su individualidad, su voluntad creativa lo capacitaba para tal empresa. Lo hizo por su cuenta (y conste que era un tipo honesto, al menos más que Paz y Fuentes)... Yo digo que los cuentos de Borges están llenos de lagunas (comenzando con la capirotada de Emma Zunz) y que su pretendido cosmopolitismo es una variedad de engañifa apta para una Latinoamérica saturada de regionalismo.
Frontera otra vez. Borges no abre la frontera. Antes bien, cierra la frontera. Declara desierto el atrevimiento del latinoamericano por conocer el pensamiento universal y lo cercena de tajo. Dice la última palabra. Declara estúpidos a los australes y prefiere enjugar sus propias lágrimas en un enredo literario sagaz. Como otros argentinos (no sólo es culpa suya), cree tener la coartada perfecta. Engañó a muchos estadounidenses, los deslumbró con su inteligencia retórica, pero, bueno, a los gringos hasta Disney los engaña. ¡Un buen bipolar! como otros titiriteros; como Spielberg o Stephen King; como las autoridades del orbe que fingen perseguir los ideales de sus pueblos (hacen lo que pueden).
Si no existen los individuos, ¿cómo vamos a reconocer que existen los pueblos?
Ja. El uso de fronteras, su banal usufructo, ¿cómo librarnos de esa idiotez congénita?
lunes, marzo 22, 2004
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OBSERVADORES
Voy llegando del ensayo... cuando estábamos repasando un coro de Il Trovatore, llegaron dos observadores: JC Rodríguez y Álvaro Domingo. Luego del intercambio de banderines tomaron asiento, atentos a escuchar parte del ensayo. La direc invitó a Rodríguez a tocar el piano y éste no se hizo del rogar, en un momento se puso a acompañar a primera vista y de forma impecable un coro de Il Trovatore. Quienes saben algo de música saben que esto es tan difícil como escuchar a Fox por dos horas seguidas (bueno, no tanto).
Rodríguez es venezolano y su carrera lo mantiene ocupado en E.U. como director y concertista debe tener unos 35 años. Álvaro es productor de cine y televisión y ser hijo de Plácido Domingo lo coloca en el esquema organizativo de Operalia, el concurso internacional para jóvenes cantantes. El caso es que visitan Beautyfulville con el propósito de preparar a tres estudiantes de la Licenciatura de Canto que recientemente ganaron un concurso universitario. Los pupilos irán a Los Ángeles a competir a Operalia. Mi amigo Octavio Moreno se encuentra en ese grupo.
Entrados en charla, Rodríguez, que para esto ya había demostrado que el piano es un juguete inofensivo, solicitó a la ticher Marybel Ferrales que cantara. La profe se lució cantando María la O (así se llama la rola, tan cubana como la maestra) y nomás faltó que sacaran el contrato para llevársela a cantar a Washington, ciudad donde reparte el queso amarillo el maestro Plácido y donde George F. Bush hace regularmente sus necesidades.
Rodríguez se entusiasmó con nuestro proyecto para montar Elíxir de Amor en octubre próximo y se soltó dando consejos para que nuestra interpretación sea más profesional, digamos que hizo comentarios magistrales y útiles. Escuchó a algunos solistas y coros de Elíxir (socia incluided) y se mostró sorprendido de que en estas tierras tan alejadas de Basora, Sodoma y Konisberg, haya afición por la ópera (sorpresa que yo tambión comparto, incluyendo a ciudades lejanas como Oventic, Sidney y Murcia).
Durante el ensayo me acordé mucho de mi amigo tenor José Plazola, quien por cierto, daba clases de canto, entre otros, al nieto de Plácido Domingo. Si leen su blog lo irán conociendo.
OBSERVADORES
Voy llegando del ensayo... cuando estábamos repasando un coro de Il Trovatore, llegaron dos observadores: JC Rodríguez y Álvaro Domingo. Luego del intercambio de banderines tomaron asiento, atentos a escuchar parte del ensayo. La direc invitó a Rodríguez a tocar el piano y éste no se hizo del rogar, en un momento se puso a acompañar a primera vista y de forma impecable un coro de Il Trovatore. Quienes saben algo de música saben que esto es tan difícil como escuchar a Fox por dos horas seguidas (bueno, no tanto).
Rodríguez es venezolano y su carrera lo mantiene ocupado en E.U. como director y concertista debe tener unos 35 años. Álvaro es productor de cine y televisión y ser hijo de Plácido Domingo lo coloca en el esquema organizativo de Operalia, el concurso internacional para jóvenes cantantes. El caso es que visitan Beautyfulville con el propósito de preparar a tres estudiantes de la Licenciatura de Canto que recientemente ganaron un concurso universitario. Los pupilos irán a Los Ángeles a competir a Operalia. Mi amigo Octavio Moreno se encuentra en ese grupo.
Entrados en charla, Rodríguez, que para esto ya había demostrado que el piano es un juguete inofensivo, solicitó a la ticher Marybel Ferrales que cantara. La profe se lució cantando María la O (así se llama la rola, tan cubana como la maestra) y nomás faltó que sacaran el contrato para llevársela a cantar a Washington, ciudad donde reparte el queso amarillo el maestro Plácido y donde George F. Bush hace regularmente sus necesidades.
Rodríguez se entusiasmó con nuestro proyecto para montar Elíxir de Amor en octubre próximo y se soltó dando consejos para que nuestra interpretación sea más profesional, digamos que hizo comentarios magistrales y útiles. Escuchó a algunos solistas y coros de Elíxir (socia incluided) y se mostró sorprendido de que en estas tierras tan alejadas de Basora, Sodoma y Konisberg, haya afición por la ópera (sorpresa que yo tambión comparto, incluyendo a ciudades lejanas como Oventic, Sidney y Murcia).
Durante el ensayo me acordé mucho de mi amigo tenor José Plazola, quien por cierto, daba clases de canto, entre otros, al nieto de Plácido Domingo. Si leen su blog lo irán conociendo.
domingo, marzo 21, 2004
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ALL'IDEA DI QUEL METALLO
Salí bien librado de mi compromiso del viernes pese al error que sufrí en una entrada que juzgaba infalible. Ya ven, los humanos somos tan chacoteros como impredecibles. De alguna manera enderecé el fallo. El hecho de que la ignorancia del público es grandiosa permite maquillar los errores de los intérpretes. Además hay pianistas que son cómplices idóneos y Daniel Villegas sabe su oficio, mi respeto por su entrega a las teclas; su destreza comprueba que una partitura no es mas que un remedo de lo que los grandes trataron de decir. El pianista puede revivir una hoja muerta ante la sorpresa de los biólogos.
Hablando de mi participación, los que sí saben dicen del pecadillo que cometí: "no te preocupes, no hay problema, hasta los grandes se equivocan"... qué elegante manera de señalar que uno no es grande, ¿no? jejeje.
El Conde (mi papel) quiere entrar a la casa de Rosina, (una JLo cualquiera, despreciable y secuestrable), y Fígaro se presta para ayudar en la empresa. El tutor es un ruco como Kant, dispuesto a dar de bastonazos al primer bribón que encuentre y, ¡Dios salve a los artistas!, Rossini encuentra la manera de burlar al tozudo. Fígaro es un diablillo de Maxwell dispuesto a todo por una buena columna de monedas y su imaginación es un volcán cuando advierte el brillo deslumbrante del oro. El conde ha de simular ser un soldado y, ¡por qué no, claro, un soldado borracho! Así el tutor aceptará dar albergue al conscripto sin la menor sospecha. Ustedes han conspirado en algo, ¿verdad?, ustedes entenderán...
Este es el argumento del dúo que cantamos Octavio y yo. Es El barbero de Sevilla. Vocalmente presenta dificultades técnicas que pueden ser superadas con tiempo y dedicación. Tiempo y dedicación son atributos que me son negados con frecuencia por diversos factores: el trabajo asalariado, la escasa preparación y la edad. Pese a todo, trato de superar estos obstáculos con optimismo y más tiempo de ensayo.
Para mi amigo Octavio Moreno el mayor de mis reconocimientos. A sus escasos veintiún años ha tenido la fortaleza para mandar por un tubo a su generación entera, obnubilada por los tormentos apabullantes de la moda, la música comercial y la banalidad. Acaso le critico su afición por el Necaxa (que por cierto goleó a las Chivas 3-0). Además, sus dotes histriónicas lo condenan a trascender el ámbito local y, si está dispuesto a transgredir fronteras y egos, podría situarse pronto en teatros afines a sus facultades. El tiempo lo dirá. Por lo pronto, dejo constancia de mi percepción sobre las semillas potenciales.
p.d. No puedo dejar de decir (el Transdiario me lo reclamaría años después), que la socia y yo participamos en el quinteto y coro del final de El barbero , con lo que se cerró el programa musical del viernes en la Escuela de Canto de la Uni. El público aplaudió de pie el número final y todos quedamos en un éxtasis tal que no tuve más remedio que llegar a casa preparame unas quesadillas con chile verde.
ALL'IDEA DI QUEL METALLO
Salí bien librado de mi compromiso del viernes pese al error que sufrí en una entrada que juzgaba infalible. Ya ven, los humanos somos tan chacoteros como impredecibles. De alguna manera enderecé el fallo. El hecho de que la ignorancia del público es grandiosa permite maquillar los errores de los intérpretes. Además hay pianistas que son cómplices idóneos y Daniel Villegas sabe su oficio, mi respeto por su entrega a las teclas; su destreza comprueba que una partitura no es mas que un remedo de lo que los grandes trataron de decir. El pianista puede revivir una hoja muerta ante la sorpresa de los biólogos.
Hablando de mi participación, los que sí saben dicen del pecadillo que cometí: "no te preocupes, no hay problema, hasta los grandes se equivocan"... qué elegante manera de señalar que uno no es grande, ¿no? jejeje.
El Conde (mi papel) quiere entrar a la casa de Rosina, (una JLo cualquiera, despreciable y secuestrable), y Fígaro se presta para ayudar en la empresa. El tutor es un ruco como Kant, dispuesto a dar de bastonazos al primer bribón que encuentre y, ¡Dios salve a los artistas!, Rossini encuentra la manera de burlar al tozudo. Fígaro es un diablillo de Maxwell dispuesto a todo por una buena columna de monedas y su imaginación es un volcán cuando advierte el brillo deslumbrante del oro. El conde ha de simular ser un soldado y, ¡por qué no, claro, un soldado borracho! Así el tutor aceptará dar albergue al conscripto sin la menor sospecha. Ustedes han conspirado en algo, ¿verdad?, ustedes entenderán...
Este es el argumento del dúo que cantamos Octavio y yo. Es El barbero de Sevilla. Vocalmente presenta dificultades técnicas que pueden ser superadas con tiempo y dedicación. Tiempo y dedicación son atributos que me son negados con frecuencia por diversos factores: el trabajo asalariado, la escasa preparación y la edad. Pese a todo, trato de superar estos obstáculos con optimismo y más tiempo de ensayo.
Para mi amigo Octavio Moreno el mayor de mis reconocimientos. A sus escasos veintiún años ha tenido la fortaleza para mandar por un tubo a su generación entera, obnubilada por los tormentos apabullantes de la moda, la música comercial y la banalidad. Acaso le critico su afición por el Necaxa (que por cierto goleó a las Chivas 3-0). Además, sus dotes histriónicas lo condenan a trascender el ámbito local y, si está dispuesto a transgredir fronteras y egos, podría situarse pronto en teatros afines a sus facultades. El tiempo lo dirá. Por lo pronto, dejo constancia de mi percepción sobre las semillas potenciales.
p.d. No puedo dejar de decir (el Transdiario me lo reclamaría años después), que la socia y yo participamos en el quinteto y coro del final de El barbero , con lo que se cerró el programa musical del viernes en la Escuela de Canto de la Uni. El público aplaudió de pie el número final y todos quedamos en un éxtasis tal que no tuve más remedio que llegar a casa preparame unas quesadillas con chile verde.
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EN DEFENSA DE LA POETRÍA
Pues en serio que dan risa los comentarios de Ernesto Priego acerca de las opiniones de Heriberto Yépez sobre los atentados del 11 de marzo en Madrid. A Heriberto lo he defendido, asumiendo que él pudiera permitir ser defendible, señalando que toda interpretación sobre sus textos siempre correrá el riesgo de convertirse en una condena moral, un lugar común o mera inocencia. Lo repito: a Heriberto hay que leerlo entre líneas, sus textos son un constante experimento químico, un juego sobre los péndulos de una balanza alterada: lenguaje y significado en la representación constante de la carrera de la liebre y la tortuga con puros actores de reparto. C'mon, el asunto no es sensiblería o no-sensiblería; el punto es si el flujo escritural puede decir algo más de lo que todos estamos esperando que es correcto decir... lugares comunes, guiones esquemáticos de eventos repetidos, proyecciones de catástrofes llevadas al límite por la repetición, el close up y la hiperbolización. What else. Palabras de aliento ante el eructo terrible de la realidad, gracias, no esperaba menos de tí, únete y deposita tu florecita, enciende tu vela, únete ya.
Todos podemos hablar amablemente de la tragedia, algunos hasta firmamos desplegados, unos cuantos hilarán alguna canción de protesta, pero uno o dos, acaso, tendrán el temple de mirar de reojo con recelo y se atreverán a cuestionar, por tremendo que parezca, la uniformidad que inducen la angustia y el asombro.
¿Por qué pretender acallar a ese uno o dos, acaso?
p.d. Lo políticamente correcto es un absurdo, una falacia de composición mental antes que una categoría sociológica. El término lo traduciría por "lo prudente", en el entendido de que la prudencia no es más que la hija con síndrome de Down de la familia Costumbre. Término acuñado por intelectuales primermundistas, acostumbrados a no decir nada, crucificados por el Pulitzer y el bestsellerismo, estigmas secundarios del Nuevo Orden Mundial, culto al comercio y a la estandarización.
EN DEFENSA DE LA POETRÍA
Pues en serio que dan risa los comentarios de Ernesto Priego acerca de las opiniones de Heriberto Yépez sobre los atentados del 11 de marzo en Madrid. A Heriberto lo he defendido, asumiendo que él pudiera permitir ser defendible, señalando que toda interpretación sobre sus textos siempre correrá el riesgo de convertirse en una condena moral, un lugar común o mera inocencia. Lo repito: a Heriberto hay que leerlo entre líneas, sus textos son un constante experimento químico, un juego sobre los péndulos de una balanza alterada: lenguaje y significado en la representación constante de la carrera de la liebre y la tortuga con puros actores de reparto. C'mon, el asunto no es sensiblería o no-sensiblería; el punto es si el flujo escritural puede decir algo más de lo que todos estamos esperando que es correcto decir... lugares comunes, guiones esquemáticos de eventos repetidos, proyecciones de catástrofes llevadas al límite por la repetición, el close up y la hiperbolización. What else. Palabras de aliento ante el eructo terrible de la realidad, gracias, no esperaba menos de tí, únete y deposita tu florecita, enciende tu vela, únete ya.
Todos podemos hablar amablemente de la tragedia, algunos hasta firmamos desplegados, unos cuantos hilarán alguna canción de protesta, pero uno o dos, acaso, tendrán el temple de mirar de reojo con recelo y se atreverán a cuestionar, por tremendo que parezca, la uniformidad que inducen la angustia y el asombro.
¿Por qué pretender acallar a ese uno o dos, acaso?
p.d. Lo políticamente correcto es un absurdo, una falacia de composición mental antes que una categoría sociológica. El término lo traduciría por "lo prudente", en el entendido de que la prudencia no es más que la hija con síndrome de Down de la familia Costumbre. Término acuñado por intelectuales primermundistas, acostumbrados a no decir nada, crucificados por el Pulitzer y el bestsellerismo, estigmas secundarios del Nuevo Orden Mundial, culto al comercio y a la estandarización.
jueves, marzo 18, 2004
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MIS MAESTROS SON ALGO SERIO
Tengo un maestro que tiene afición por escribir sobre cosas de las que no tiene la más puta idea, según sus propias palabras. Es, según él, un excelente ejercicio para mantener la mente en guardia y evitar el anquilosamiento de su flujo escritural; acicateado por la ignorancia (menuda manera de sacar partido a ese gólem), el ingenio abre el baúl de las invenciones y encuentra lenguajes para abordar temas desde una óptica engañosamente informada. La realidad es que sobre tales asuntos prevalece un nulo o escaso conocimiento, pero su verosimilitud simplemente es una extensión lógica de la ignorancia del lector. El efecto neto de su literatura es que hace creer al lector ingenuo que algo aprenderá de aquellas lecturas, mientras que al lector informado le transmite un sentimiento de estar leyendo textos de un escritor de su nivel. Utiliza lo que llamaríamos una especie de prestidigitación verbal. Merced a este bizarro procedimiento, el maestro crea con frecuencia ficciones surreales y aún absurdas que, gracias al velo de su retórica, aparecen como verdades irrebatibles. Hace poco, Ramiro Alduenda, el maestro, comentó que algunos compañeros suyos lo convencieron de bautizar y registrar su método (llamémosle así) en la oficina de derechos de autor, asunto que no había pasado por su cabeza pues nunca consideró que su método mereciera dicha certificación. Para su infortunio, y hablando sin sesgos, la oficina de derechos de autor de la ciudad no es una dependencia que se precie por contar con un personal muy preparado, de tal forma que es de aceptarse que los responsables de certificar la demanda del maestro Ramiro no atinaron en definir la categoría de su solicitud y, en consecuencia, la rechazaron. De forma testaruda, el empleado de mayor nivel repetía que gustosamente podrían registrar alguna obra literaria en particular, un poema, un aforismo, cualquier cosa, por minúscula que pareciera, pero que, en materia de estilos literarios (ese término es el que utilizó el empleado) no tenían jurisdicción alguna. Ramiro mandó a los de la oficina de derechos de autor a chingar a su madre (lo cito textualmente) y dejó las cosas por la paz.
Un día, mientras tomábamos café en la cafetería universitaria, tres colegas y yo conversábamos sobre el curioso mecanismo de composición que utilizaba el maestro Ramiro, así como de los pormenores del rechazo descrito antes. En este tenor, Mario Acosta, experto en filología y candidato a doctor en una variante de la rama conocida como Lingüística Aplicada, señaló que, sin querer, los de la oficina de derechos de autor habían tenido un gran acierto, pues el mentado estilo composicional había sido ya registrado décadas atrás en Barcelona por un escritor ayudante del famoso G. Martín Vivaldi, erudito autor hispánico de numerosos trabajos sobre redacción y estilo, trabajos que por cierto ha oxidado la humedad del tiempo. El ayudante se llamaba José Javier Riviera, quien falleció en Hiroshima en 1955 a causa de un accidente en su cuarto de hotel. Riviera cubría un reportaje para El País sobre el décimo aniversario del fatídico bombardeo nuclear.
Por su parte, Alfredo Cipriani agregó que era mejor así, en virtud de que, conociendo muy bien a Ramón, de acreditársele la autoría de un estilo novedoso, los humos se le subirían a la cabeza como ocurrió cuando erróneamente boletinaron su nombre como ganador del concurso estatal de cuento en 1999. En aquella ocasión, más tardaron las autoridades culturales en corregir el craso traspapeleo que declaraba a Alduenda ganador, que Ramón en promocionarse como el escritor más grande que hubiera pisado el campus, la ciudad y todo aquello que abarcara su miope vista.
No quise opinar, pero...
Continuará.
MIS MAESTROS SON ALGO SERIO
Tengo un maestro que tiene afición por escribir sobre cosas de las que no tiene la más puta idea, según sus propias palabras. Es, según él, un excelente ejercicio para mantener la mente en guardia y evitar el anquilosamiento de su flujo escritural; acicateado por la ignorancia (menuda manera de sacar partido a ese gólem), el ingenio abre el baúl de las invenciones y encuentra lenguajes para abordar temas desde una óptica engañosamente informada. La realidad es que sobre tales asuntos prevalece un nulo o escaso conocimiento, pero su verosimilitud simplemente es una extensión lógica de la ignorancia del lector. El efecto neto de su literatura es que hace creer al lector ingenuo que algo aprenderá de aquellas lecturas, mientras que al lector informado le transmite un sentimiento de estar leyendo textos de un escritor de su nivel. Utiliza lo que llamaríamos una especie de prestidigitación verbal. Merced a este bizarro procedimiento, el maestro crea con frecuencia ficciones surreales y aún absurdas que, gracias al velo de su retórica, aparecen como verdades irrebatibles. Hace poco, Ramiro Alduenda, el maestro, comentó que algunos compañeros suyos lo convencieron de bautizar y registrar su método (llamémosle así) en la oficina de derechos de autor, asunto que no había pasado por su cabeza pues nunca consideró que su método mereciera dicha certificación. Para su infortunio, y hablando sin sesgos, la oficina de derechos de autor de la ciudad no es una dependencia que se precie por contar con un personal muy preparado, de tal forma que es de aceptarse que los responsables de certificar la demanda del maestro Ramiro no atinaron en definir la categoría de su solicitud y, en consecuencia, la rechazaron. De forma testaruda, el empleado de mayor nivel repetía que gustosamente podrían registrar alguna obra literaria en particular, un poema, un aforismo, cualquier cosa, por minúscula que pareciera, pero que, en materia de estilos literarios (ese término es el que utilizó el empleado) no tenían jurisdicción alguna. Ramiro mandó a los de la oficina de derechos de autor a chingar a su madre (lo cito textualmente) y dejó las cosas por la paz.
Un día, mientras tomábamos café en la cafetería universitaria, tres colegas y yo conversábamos sobre el curioso mecanismo de composición que utilizaba el maestro Ramiro, así como de los pormenores del rechazo descrito antes. En este tenor, Mario Acosta, experto en filología y candidato a doctor en una variante de la rama conocida como Lingüística Aplicada, señaló que, sin querer, los de la oficina de derechos de autor habían tenido un gran acierto, pues el mentado estilo composicional había sido ya registrado décadas atrás en Barcelona por un escritor ayudante del famoso G. Martín Vivaldi, erudito autor hispánico de numerosos trabajos sobre redacción y estilo, trabajos que por cierto ha oxidado la humedad del tiempo. El ayudante se llamaba José Javier Riviera, quien falleció en Hiroshima en 1955 a causa de un accidente en su cuarto de hotel. Riviera cubría un reportaje para El País sobre el décimo aniversario del fatídico bombardeo nuclear.
Por su parte, Alfredo Cipriani agregó que era mejor así, en virtud de que, conociendo muy bien a Ramón, de acreditársele la autoría de un estilo novedoso, los humos se le subirían a la cabeza como ocurrió cuando erróneamente boletinaron su nombre como ganador del concurso estatal de cuento en 1999. En aquella ocasión, más tardaron las autoridades culturales en corregir el craso traspapeleo que declaraba a Alduenda ganador, que Ramón en promocionarse como el escritor más grande que hubiera pisado el campus, la ciudad y todo aquello que abarcara su miope vista.
No quise opinar, pero...
Continuará.
miércoles, marzo 17, 2004
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ESE CON QUIEN SUEÑAS
(post dedicado a Fernando Nachón)
Es miércoles y la semana toma el aspecto de un pantano denso. Se multiplican las horas de esfuerzo y la sobrevivencia se vuelve una meta acumulable. El yo se arruga frente a una rutina que parece sufrir retraso mental; en un momento dado, ambos se ven como imágenes en un espejo y no atienden a identificar el grado de importancia de uno y otro. Por cierto, esto me lleva a recordar la paradoja del espejo planteada a Parménides por un primo hermano suyo, en una época en que los espejos eran escasos.
Si el espejo refleja la realidad circundante, esa que el ojo del yo puede corroborar con solo asomarse, esa que se manifiesta como una representación de la realidad, como una imagen copiada, visible para el observador, ¿existe aún sin el observador; existe el reflejo en el espejo sin que haya un ojo que pueda decodificarla; o existe únicamente tal imagen en potencia... como una ficción fenoménica, como un doble potencial?
He aquí el dilema del espejo. Vemos en el espejo de nuestro baño la figura que permite la luz del foco de 75 watts de Phillips que corona el botiquín, acaso la luz solar que se filtra por la ventana castigada por el polvo, la humedad y el óxido, jaula de insectos desvalidos, un filtro indigno por supuesto. Pero, ¿qué vemos? Vemos nuestro rostro invertido... nuestra cara al revés... nuestro gesto cambiado... nuestro ojo derecho como si fuese el izquierdo y las orejas... las orejas transmutadas también... Vemos una caricatura nuestra: los lunares, en otro sitio; las cicatrices, en el meridiano opuesto. ¡Dios!, no te reconoces. ¡No puedes ser ese!
¡Responde!, ¿a quién has estado rasurando todo este tiempo?, ¿a quién maquillas diariamente?: ¡A otra, a otro, no al del espejo!, no a ese que permanece invisible a tí mismo porque, bueno es señalarlo, estás condenado a no ser otro, a ser tú mismo, ese ser impotente de verse tal y como eres...
¡Tú no eres ese que crees! Por cierto, ¿quién eres?
"No lo sabes, quizá no eres sino un descendiente de la estirpe que consideraba a Parménides un loco".
ESE CON QUIEN SUEÑAS
(post dedicado a Fernando Nachón)
Es miércoles y la semana toma el aspecto de un pantano denso. Se multiplican las horas de esfuerzo y la sobrevivencia se vuelve una meta acumulable. El yo se arruga frente a una rutina que parece sufrir retraso mental; en un momento dado, ambos se ven como imágenes en un espejo y no atienden a identificar el grado de importancia de uno y otro. Por cierto, esto me lleva a recordar la paradoja del espejo planteada a Parménides por un primo hermano suyo, en una época en que los espejos eran escasos.
Si el espejo refleja la realidad circundante, esa que el ojo del yo puede corroborar con solo asomarse, esa que se manifiesta como una representación de la realidad, como una imagen copiada, visible para el observador, ¿existe aún sin el observador; existe el reflejo en el espejo sin que haya un ojo que pueda decodificarla; o existe únicamente tal imagen en potencia... como una ficción fenoménica, como un doble potencial?
He aquí el dilema del espejo. Vemos en el espejo de nuestro baño la figura que permite la luz del foco de 75 watts de Phillips que corona el botiquín, acaso la luz solar que se filtra por la ventana castigada por el polvo, la humedad y el óxido, jaula de insectos desvalidos, un filtro indigno por supuesto. Pero, ¿qué vemos? Vemos nuestro rostro invertido... nuestra cara al revés... nuestro gesto cambiado... nuestro ojo derecho como si fuese el izquierdo y las orejas... las orejas transmutadas también... Vemos una caricatura nuestra: los lunares, en otro sitio; las cicatrices, en el meridiano opuesto. ¡Dios!, no te reconoces. ¡No puedes ser ese!
¡Responde!, ¿a quién has estado rasurando todo este tiempo?, ¿a quién maquillas diariamente?: ¡A otra, a otro, no al del espejo!, no a ese que permanece invisible a tí mismo porque, bueno es señalarlo, estás condenado a no ser otro, a ser tú mismo, ese ser impotente de verse tal y como eres...
¡Tú no eres ese que crees! Por cierto, ¿quién eres?
"No lo sabes, quizá no eres sino un descendiente de la estirpe que consideraba a Parménides un loco".
lunes, marzo 15, 2004
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PLUGO A DIOS BUENA SUERTE
Mi amigo Octavio Moreno me ha invitado a interpretar con él el dueto y recitativo (tenor y barítono) del I acto de El barbero de Sevilla de Rossini, el próximo viernes en el auditorio de la Escuela de Canto de la Universidad de Sonora. Se trata de un concierto de carácter académico. Estoy desempolvando la partitura y adelanto que la pieza es bellísima, espero no defraudar a nadie. Según parece, participaré también (con todo y la socia) en el quinteto del final de la obra, en ese mismo evento. Me siento como si trajera pilas nuevas.
PLUGO A DIOS BUENA SUERTE
Mi amigo Octavio Moreno me ha invitado a interpretar con él el dueto y recitativo (tenor y barítono) del I acto de El barbero de Sevilla de Rossini, el próximo viernes en el auditorio de la Escuela de Canto de la Universidad de Sonora. Se trata de un concierto de carácter académico. Estoy desempolvando la partitura y adelanto que la pieza es bellísima, espero no defraudar a nadie. Según parece, participaré también (con todo y la socia) en el quinteto del final de la obra, en ese mismo evento. Me siento como si trajera pilas nuevas.
domingo, marzo 14, 2004
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EL SABOR DE LOS SABORES
En cosa de platillos y sabores tiendo a ser ecléctico y me da por experimentar en la cocina con ingredientes, condimentos y demás. Especialmente me gusta combinar platillos cuyos sabores son digamos contradictorios. Será por ello que la variadísima comida china me hace romper mi promesa de no ser fanático de nada. En lo tocante a platillos mexicanos, prefiero una sarta de antojitos múltiple que un platillo exquisito y determinado. Me parece interesante, por ejemplo, comer un filete a la plancha con ensalada de frutas en vez de ensalada tradicional. En el DF, con frecuencia solía ir a desayunar a los tacos "de Telmex", una taquería situada en una de las calles aledañas al edificio de Telmex en Sullivan; aunque mis favoritos son los bien reportados tacos de chicharrón prensado, no desprecio en absoluto los de mole verde con pollo, los de rajas con papas o los de picadillo; y de no ser porque los propietarios son americanistas obsesivos, diría que ésta es la taquería perfecta.
No exagero si digo que en este momento ceno una combinación de pollo cocido con mostaza acompañado de una dulce capirotada. No sabe nada mal, me recuerda los agridulces.
¿Qué hora es?
EL SABOR DE LOS SABORES
En cosa de platillos y sabores tiendo a ser ecléctico y me da por experimentar en la cocina con ingredientes, condimentos y demás. Especialmente me gusta combinar platillos cuyos sabores son digamos contradictorios. Será por ello que la variadísima comida china me hace romper mi promesa de no ser fanático de nada. En lo tocante a platillos mexicanos, prefiero una sarta de antojitos múltiple que un platillo exquisito y determinado. Me parece interesante, por ejemplo, comer un filete a la plancha con ensalada de frutas en vez de ensalada tradicional. En el DF, con frecuencia solía ir a desayunar a los tacos "de Telmex", una taquería situada en una de las calles aledañas al edificio de Telmex en Sullivan; aunque mis favoritos son los bien reportados tacos de chicharrón prensado, no desprecio en absoluto los de mole verde con pollo, los de rajas con papas o los de picadillo; y de no ser porque los propietarios son americanistas obsesivos, diría que ésta es la taquería perfecta.
No exagero si digo que en este momento ceno una combinación de pollo cocido con mostaza acompañado de una dulce capirotada. No sabe nada mal, me recuerda los agridulces.
¿Qué hora es?
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SUGERENCIAS
Negar el permiso solicitado por René Bejarano a la Asamblea de Representantes del DF; rogarle de favor que no se vaya y ofrecerle la jefatura de la videoteca del órgano legislativo.
Que alguna alma caritativa informe a Emilio Azcárraga la sarta de idioteces que es capaz de escupir por minuto Verónica Castro (él no se percata).
Nuevo slogan para la Academia 3: La fábrica de nódulos vocales número uno de México. (Llame al 01-900 azteca 13 y solicite el suyo -llame ahora-).
Aprovechar la capacidad negociadora de René Bejarano e incluirlo en la comisión negociadora con el FMI.
Nominar al Ariel como mejor productor y director a Carlos Ahumada.
Nominar al Ariel como mejor actor de reparto a Carlo$ Ahumada.
Ariel a la mejor película: "Los fajos de René".
Premio TV y Novelas para Dolores Padierna como mejor actriz femenina por su participación en la telenovela "El sol azteca también llora".
Proponer a Diego Fernández de Cevallos la dirección del Zoológico de Chapultepec por su innata capacidad para relacionarse con todo tipo de animales.
Ofrecer papeles estelares al niño verde y a Carlos Imaz en una versión televisiva clasificación A de "La ley de Herodes".
Algún cristiano cercano a Rosario Robles, por favor explíquele que el problema no es mezclar la amistad con la política, el problema es mezclar los bisnes personales con el quehacer público (díganselo con tacto, está muy alterada la pobre).
Que René en vez de maletín utilice una mochila de boyscout, de esa manera prolongará la vida de las bolsas de sus sacos y, adicionalmente, no llamará la atención de los carteristas.
Ofrecer a Madrazo Pintado el estelar de Jurasic Park IV "El regreso", con producción de Hank Rhon y dirección de Carlos Salinas.
("Humphrey, en serio, tus chistes están tan trillados que en vez de risas inspiran bostezos" -Bueno, sí, perdón, es que es domingo-).
p.d. La rana René es resultado de cruzar al niño verde y a René Bejarano (con todo respeto al maestro Jim Henson).
SUGERENCIAS
Negar el permiso solicitado por René Bejarano a la Asamblea de Representantes del DF; rogarle de favor que no se vaya y ofrecerle la jefatura de la videoteca del órgano legislativo.
Que alguna alma caritativa informe a Emilio Azcárraga la sarta de idioteces que es capaz de escupir por minuto Verónica Castro (él no se percata).
Nuevo slogan para la Academia 3: La fábrica de nódulos vocales número uno de México. (Llame al 01-900 azteca 13 y solicite el suyo -llame ahora-).
Aprovechar la capacidad negociadora de René Bejarano e incluirlo en la comisión negociadora con el FMI.
Nominar al Ariel como mejor productor y director a Carlos Ahumada.
Nominar al Ariel como mejor actor de reparto a Carlo$ Ahumada.
Ariel a la mejor película: "Los fajos de René".
Premio TV y Novelas para Dolores Padierna como mejor actriz femenina por su participación en la telenovela "El sol azteca también llora".
Proponer a Diego Fernández de Cevallos la dirección del Zoológico de Chapultepec por su innata capacidad para relacionarse con todo tipo de animales.
Ofrecer papeles estelares al niño verde y a Carlos Imaz en una versión televisiva clasificación A de "La ley de Herodes".
Algún cristiano cercano a Rosario Robles, por favor explíquele que el problema no es mezclar la amistad con la política, el problema es mezclar los bisnes personales con el quehacer público (díganselo con tacto, está muy alterada la pobre).
Que René en vez de maletín utilice una mochila de boyscout, de esa manera prolongará la vida de las bolsas de sus sacos y, adicionalmente, no llamará la atención de los carteristas.
Ofrecer a Madrazo Pintado el estelar de Jurasic Park IV "El regreso", con producción de Hank Rhon y dirección de Carlos Salinas.
("Humphrey, en serio, tus chistes están tan trillados que en vez de risas inspiran bostezos" -Bueno, sí, perdón, es que es domingo-).
p.d. La rana René es resultado de cruzar al niño verde y a René Bejarano (con todo respeto al maestro Jim Henson).
viernes, marzo 12, 2004
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ATENTADOS EN MADRID: LA RAZÓN ESTÁ DE LUTO
Los actos terroristas generan terror entre las poblaciones afectadas e inducen un sentido de impotencia en todo el mundo, especialmente en Occidente. Conociendo los antecedentes del terrorismo, cuyos patrocinadores operan mediante las agencias de inteligencia occidentales e israelí, resulta inmoral aceptar las premisas del llamado "choque de civilizaciones", pues no se trata de una confrontación natural o ineluctable, sino de jugadas de guerra geopolítica convenientes a los intereses del imperialismo, enfrentamientos artificiales planeados, orquestados y orientados desde el centro unipolar de poder. ¿A qué intereses convenía el crecimiento del poder económico, logístico y militar de Osama bin Laden en el pasado? Al Qaeda y otros grupos islámicos fundamentalistas crecieron con patrocinio de la CIA y el MI5, aunque luego cobraron vida propia.
Aceptar que "los árabes" están detrás de los atentados de Madrid o Nueva York implica un peligroso sesgo ideológico y conduce a peligrosos errores de evaluación estratégica, un insulto a la razón; Huntington y otros geopolíticos se lamen lo bigotes al ver que sus delirios de dividir a Occidente del mundo árabe (y de "otras civilizaciones") se verán mejor cotizados con los atentados. La cruzada británico-estadounidense contra Sadam Hussein pretendía erigir al gobierno de Bush como el representante de Occidente y algunos serviles como Aznar lo apoyaron incondicionalmente pero favorecía en el fondo a ciertos intereses oligarcas vinculados con el petróeo y la industria armamentista (a donde van a parar finalmente los miles de millones de dólares que cuesta la guerra). En su miopía, el gobierno de Aznar se precipitó al culpar de los atentados a la ETA (esos otros locos genocidas). Huntington no es mas que una rata que escapó de los escombros del derrumbado Muro de Berlín.
Los atentados terroristas merece tanta condena como los sueños imperiales de Huntington y sus amos oligarcas. La muerte de inocentes es tan condenable como las cruzadas militares (Panamá, Irak o Haití) que tanto inspiran a políticos como (rebu) Aznar. Al Qaeda y Osama bin Laden no representan ni al Islam ni al mundo árabe.
ATENTADOS EN MADRID: LA RAZÓN ESTÁ DE LUTO
Los actos terroristas generan terror entre las poblaciones afectadas e inducen un sentido de impotencia en todo el mundo, especialmente en Occidente. Conociendo los antecedentes del terrorismo, cuyos patrocinadores operan mediante las agencias de inteligencia occidentales e israelí, resulta inmoral aceptar las premisas del llamado "choque de civilizaciones", pues no se trata de una confrontación natural o ineluctable, sino de jugadas de guerra geopolítica convenientes a los intereses del imperialismo, enfrentamientos artificiales planeados, orquestados y orientados desde el centro unipolar de poder. ¿A qué intereses convenía el crecimiento del poder económico, logístico y militar de Osama bin Laden en el pasado? Al Qaeda y otros grupos islámicos fundamentalistas crecieron con patrocinio de la CIA y el MI5, aunque luego cobraron vida propia.
Aceptar que "los árabes" están detrás de los atentados de Madrid o Nueva York implica un peligroso sesgo ideológico y conduce a peligrosos errores de evaluación estratégica, un insulto a la razón; Huntington y otros geopolíticos se lamen lo bigotes al ver que sus delirios de dividir a Occidente del mundo árabe (y de "otras civilizaciones") se verán mejor cotizados con los atentados. La cruzada británico-estadounidense contra Sadam Hussein pretendía erigir al gobierno de Bush como el representante de Occidente y algunos serviles como Aznar lo apoyaron incondicionalmente pero favorecía en el fondo a ciertos intereses oligarcas vinculados con el petróeo y la industria armamentista (a donde van a parar finalmente los miles de millones de dólares que cuesta la guerra). En su miopía, el gobierno de Aznar se precipitó al culpar de los atentados a la ETA (esos otros locos genocidas). Huntington no es mas que una rata que escapó de los escombros del derrumbado Muro de Berlín.
Los atentados terroristas merece tanta condena como los sueños imperiales de Huntington y sus amos oligarcas. La muerte de inocentes es tan condenable como las cruzadas militares (Panamá, Irak o Haití) que tanto inspiran a políticos como (rebu) Aznar. Al Qaeda y Osama bin Laden no representan ni al Islam ni al mundo árabe.
jueves, marzo 11, 2004
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AERONAVES AHUMADAS
Diego Fernández de Ceballos hace esfuerzos titánicos para no irse por el embudo que ahora absorbe a dirigentes y funcionarios del PRD y el PVEM. Se afirma que fue Diego quien trajo al empresario ejemplar Carlos Ahumada de Argentina y se le acusa de ser la mano negra detrás de la trama de los videos.
Por otro lado, la denuncia por extorsión y su ratificación de parte de Ahumada contra funcionarios perredistas (en cuyo trámite se asume que Diego tuvo vela en el entierro) se realizó durante el mes de febrero. ¿No es sintomático que, en estas circunstancias, en que su partido es acusado ante la PGR, Rosario Robles sostenga una relación tan estrecha como para continuar utilizando las aeronaves de Ahumada en un misterioso viaje a Cuba el viernes pasado?
Es evidente que las lealtades de Rosario y otros militantes a su partido, en este caso, se encontraban divididas, por decir lo menos.
Se ventila también la detención y procesamiento legal de quien introdujo armas y municiones de diversos calibres al país, violando las disposiciones de ley respectiva, y se confirma que la operación se realizó en uno de los aviones de Carlos Ahumada, y más allá, algunas versiones afirman que en ese mismo vuelo viajaba Rosario. ¿Qué pues, para quién eran las armas? No se ha dicho. Resulta pueril pensar que Macedo de la Concha era ajeno a esta tramoya, o que Vicente Fox se está empezando a enterar de que el chiquero huele feo. Algunos han soltado la hipótesis de que la cercanía de la Robles con el licenciado Guillén podría explicar la maroma de las armas, sin embargo, desde mi punto de vista no creo que sea la vía mediante la que se ha armado el zapatismo. A menos que se haya pretendido halagar a Marcos con un regalito personal.
Obviamente que buena parte de las baterías de este truculento espectro se están enfocando en contra de Andrés Manuel López Obrador, el problema es que el asunto está contribuyendo a degradar a las instituciones nacionales y de paso a poner hasta el gorro a la ciudadanía.
Bueno, estas son algunas de las piezas del rompecabezas. Hay que irlas poniendo en su lugar.
p.d. creo que las aguas negras de la actual situación complicarán la situación de Sifuentes y León, pero confío en que sus amigos no bajen la guardia en la movilización por su liberación, movilización que prácticamente se ha detenido.
AERONAVES AHUMADAS
Diego Fernández de Ceballos hace esfuerzos titánicos para no irse por el embudo que ahora absorbe a dirigentes y funcionarios del PRD y el PVEM. Se afirma que fue Diego quien trajo al empresario ejemplar Carlos Ahumada de Argentina y se le acusa de ser la mano negra detrás de la trama de los videos.
Por otro lado, la denuncia por extorsión y su ratificación de parte de Ahumada contra funcionarios perredistas (en cuyo trámite se asume que Diego tuvo vela en el entierro) se realizó durante el mes de febrero. ¿No es sintomático que, en estas circunstancias, en que su partido es acusado ante la PGR, Rosario Robles sostenga una relación tan estrecha como para continuar utilizando las aeronaves de Ahumada en un misterioso viaje a Cuba el viernes pasado?
Es evidente que las lealtades de Rosario y otros militantes a su partido, en este caso, se encontraban divididas, por decir lo menos.
Se ventila también la detención y procesamiento legal de quien introdujo armas y municiones de diversos calibres al país, violando las disposiciones de ley respectiva, y se confirma que la operación se realizó en uno de los aviones de Carlos Ahumada, y más allá, algunas versiones afirman que en ese mismo vuelo viajaba Rosario. ¿Qué pues, para quién eran las armas? No se ha dicho. Resulta pueril pensar que Macedo de la Concha era ajeno a esta tramoya, o que Vicente Fox se está empezando a enterar de que el chiquero huele feo. Algunos han soltado la hipótesis de que la cercanía de la Robles con el licenciado Guillén podría explicar la maroma de las armas, sin embargo, desde mi punto de vista no creo que sea la vía mediante la que se ha armado el zapatismo. A menos que se haya pretendido halagar a Marcos con un regalito personal.
Obviamente que buena parte de las baterías de este truculento espectro se están enfocando en contra de Andrés Manuel López Obrador, el problema es que el asunto está contribuyendo a degradar a las instituciones nacionales y de paso a poner hasta el gorro a la ciudadanía.
Bueno, estas son algunas de las piezas del rompecabezas. Hay que irlas poniendo en su lugar.
p.d. creo que las aguas negras de la actual situación complicarán la situación de Sifuentes y León, pero confío en que sus amigos no bajen la guardia en la movilización por su liberación, movilización que prácticamente se ha detenido.
martes, marzo 09, 2004
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LA RENDICIÓN
Fragmento del capítulo VIII
El rito
Desciende. Llega hasta la alargada carpa. Un tezbro lo recibe. El huésped mira fijamente sus ojos, sus tres grandes ojos como de espejo oscuro, sin párpados. El aspecto del tezbro es sereno pese a la asimetría de sus rasgos. El recién llegado desprende una bolsa de su cinturón y extrae unas brillantes monedas, no muestra fatiga por el viaje. Entrega 25 riados, el tezbro verifica con escrúpulo el mecanismo interior de las monedas, las desliza dentro de una tira gruesa que lleva pegada en una de las piernas traseras. Las monedas guardan información. Luego conduce al interior al recién llegado. Gravitan sin comunicarse hasta el fondo, donde se encuentran las gavetas, empotradas en una pared color mercurio cromo. El tezbro, a cuya especie se le conoce también como los sin-pasado, jala una gaveta con la ventosa que cuelga de la muñeca de su mano, su única mano. Cuando se dispersa el humo blanco que sale del interior de la gaveta, permanece un penetrante olor a amoníaco, ese olor predominante en el planeta tras la desaparición del último cinturón de ozono que no parece inquietar al viajero. Se acerca, observa. Es un esqueleto. Una osamenta en perfecto estado de conservación. Esta debe ser, por supuesto, dice abriendo plenamente sus ojos, lo percibo. El tezbro vigila cada uno de sus movimientos; es su deber, no es más que un guardián de las reliquias. El recién llegado toma con ambas manos el cráneo y lo inclina hacia atrás, la quijada se abre por inercia. Luego mira con detenimiento un molar superior, está hueco y se aprecia un color oscuro. Ésta es la maldita, dice en voz baja, luego se detiene en una placa que se adhiere a la quijada. Enseguida observa las vértebras lumbares. Éstas son, dice mientras roza con las yemas de sus dedos el visible desgaste en la parte interna de los discos, carajo. Sus ojos brillan como si estuviese frente a un tesoro fantástico que no verá jamás otra vez. El tezbro empieza a mover su cabeza agitadamente. El viajero repite la operación con la rodilla izquierda, observa el extremo de un tornillo de titanio, el que le permitió volver a caminar. Finalmente levanta el pie izquierdo del esqueleto, pero sin proponérselo, se ha separado la pierna de la rótula. El tezbro da signos de impaciencia. Ahora ve las protuberancias y el crecimiento exagerado de los huesecillos del tobillo. Su mente parece detenerse en algún lugar lejano en el tiempo. Todo indica que la revisión ha terminado.
El tezbro emite leves chillidos intermitentes. Es hora de marchar, el viajero entiende aquel mensaje. El tezbro posa sus dedos tuberculosos sobre unas lucecillas fenolitas en forma de oval que hay en el interior de la gaveta, vuelve el humo blanco, la ventosa empuja la gaveta que vuelve a emparejarse en la pared con el resto. La ventosa se arruga y se desprende. Se dirigen al exterior. Afuera ha empezado a soplar un viento húmedo. El viajero aborda el funerato y comienza a alejarse hacia las alturas. Regresa a su sitio. El tezbro se aleja hacia el túnel que está a la altura del suelo azuloso, de tonalidades que evocan un campo nevado cubierto de sombra. El resplandor de las lunas del artificio sobre el territorio vuelve todo de un azul intenso. El tezbro presiona sus abultadas costillas y comienza a flotar, se desplaza rápidamente hasta el túnel y desaparece. Hay un vidrio acuoso que se levanta como un espejismo roto junto al túnel, de ahí emerge otro tezbro. Es el remplazo. Sobre el horizonte oscuro se aprecia el ascenso y descenso de infinidad de funeratos. Parecen visitar las miles de carpas que se extienden en el horizonte hasta perderse como si fuesen diminutos granos de sal. Ahora las podemos ver. El rito ha comenzado. Desde la rendición, morir se ha convertido en una secuencia cuyo fin se desconoce. Son experimentos de supervivencia. Los últimos quizá.
LA RENDICIÓN
Fragmento del capítulo VIII
El rito
Desciende. Llega hasta la alargada carpa. Un tezbro lo recibe. El huésped mira fijamente sus ojos, sus tres grandes ojos como de espejo oscuro, sin párpados. El aspecto del tezbro es sereno pese a la asimetría de sus rasgos. El recién llegado desprende una bolsa de su cinturón y extrae unas brillantes monedas, no muestra fatiga por el viaje. Entrega 25 riados, el tezbro verifica con escrúpulo el mecanismo interior de las monedas, las desliza dentro de una tira gruesa que lleva pegada en una de las piernas traseras. Las monedas guardan información. Luego conduce al interior al recién llegado. Gravitan sin comunicarse hasta el fondo, donde se encuentran las gavetas, empotradas en una pared color mercurio cromo. El tezbro, a cuya especie se le conoce también como los sin-pasado, jala una gaveta con la ventosa que cuelga de la muñeca de su mano, su única mano. Cuando se dispersa el humo blanco que sale del interior de la gaveta, permanece un penetrante olor a amoníaco, ese olor predominante en el planeta tras la desaparición del último cinturón de ozono que no parece inquietar al viajero. Se acerca, observa. Es un esqueleto. Una osamenta en perfecto estado de conservación. Esta debe ser, por supuesto, dice abriendo plenamente sus ojos, lo percibo. El tezbro vigila cada uno de sus movimientos; es su deber, no es más que un guardián de las reliquias. El recién llegado toma con ambas manos el cráneo y lo inclina hacia atrás, la quijada se abre por inercia. Luego mira con detenimiento un molar superior, está hueco y se aprecia un color oscuro. Ésta es la maldita, dice en voz baja, luego se detiene en una placa que se adhiere a la quijada. Enseguida observa las vértebras lumbares. Éstas son, dice mientras roza con las yemas de sus dedos el visible desgaste en la parte interna de los discos, carajo. Sus ojos brillan como si estuviese frente a un tesoro fantástico que no verá jamás otra vez. El tezbro empieza a mover su cabeza agitadamente. El viajero repite la operación con la rodilla izquierda, observa el extremo de un tornillo de titanio, el que le permitió volver a caminar. Finalmente levanta el pie izquierdo del esqueleto, pero sin proponérselo, se ha separado la pierna de la rótula. El tezbro da signos de impaciencia. Ahora ve las protuberancias y el crecimiento exagerado de los huesecillos del tobillo. Su mente parece detenerse en algún lugar lejano en el tiempo. Todo indica que la revisión ha terminado.
El tezbro emite leves chillidos intermitentes. Es hora de marchar, el viajero entiende aquel mensaje. El tezbro posa sus dedos tuberculosos sobre unas lucecillas fenolitas en forma de oval que hay en el interior de la gaveta, vuelve el humo blanco, la ventosa empuja la gaveta que vuelve a emparejarse en la pared con el resto. La ventosa se arruga y se desprende. Se dirigen al exterior. Afuera ha empezado a soplar un viento húmedo. El viajero aborda el funerato y comienza a alejarse hacia las alturas. Regresa a su sitio. El tezbro se aleja hacia el túnel que está a la altura del suelo azuloso, de tonalidades que evocan un campo nevado cubierto de sombra. El resplandor de las lunas del artificio sobre el territorio vuelve todo de un azul intenso. El tezbro presiona sus abultadas costillas y comienza a flotar, se desplaza rápidamente hasta el túnel y desaparece. Hay un vidrio acuoso que se levanta como un espejismo roto junto al túnel, de ahí emerge otro tezbro. Es el remplazo. Sobre el horizonte oscuro se aprecia el ascenso y descenso de infinidad de funeratos. Parecen visitar las miles de carpas que se extienden en el horizonte hasta perderse como si fuesen diminutos granos de sal. Ahora las podemos ver. El rito ha comenzado. Desde la rendición, morir se ha convertido en una secuencia cuyo fin se desconoce. Son experimentos de supervivencia. Los últimos quizá.
lunes, marzo 08, 2004
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EL JUEVES SE SUSPENDIERON LAS CLASES
El jueves se celebró el 40 aniversario de la escuelita. Se reunieron en la entrada del antiguo edificio de Altos Estudios la raza, los profes y hasta el rector. Hubo mariachi, botanas y vino de California, de ese que se vende por galón, ya saben, vasos desechables y ocasión de fumar al aire libre. Además estaba nublado. Hubo discursos jocosos de los viejos maestros de Literatura y Física, haber sido izquierdistas en los tiempos aquellos en los que había muro de Berlín no mermó mucho su sentido del humor. La verdad es que estos maestros son de mi edad o quizá ligeramente más veteranos y fueron mis amigos de preparatoria y de andanzas decades ago, cuando el movimiento estudiantil te enseñaba muchas cosas, entre otras que el miedo tiene cinco letras y que las utopías son mejores cuando los géneros se ponen de acuerdo en amanecer juntos.
Los altos salones, los arcos pronunciados y el bello patio interior del edificio recuerdan sin duda aquellos tiempos de mimeógrafos al borde, música de Crosby, Stills, Nash & Young y libros de Hesse y Niestsche. Tiempos en que la protesta traía el pelo largo y una armónica podía hablar cualquier idioma. Los arcos de mi escuela conversan con franqueza de otras épocas a pesar de unas obsesivas capas de pintura.
Actualmente, los maestros hablan de marxismo y de revolución con la nostalgia con que cultivan sus canas. Ahora los compromisos se estiran hasta donde lo permiten las fuerzas mermadas; los años de lucha han conquistado una estabilidad capciosa y hasta cierto punto inmovilizante. Relevo generacional es a veces eufemismo de derrotas con gestos de victoria.
Mis compañeros jóvenes no aciertan a donde voltear. Las imágenes de un pasado combativo les son administradas en tímidas cápsulas y sus horizontes no parecen ir más allá de la contención mediática. Habrá que tener confianza, el talento se abre paso, como la vida, entre las telarañas de la medianía y el conformismo.
Queda un reducto invaluable: más allá del desánimo juvenil, de celos innecesarios por un nicho académico, de discordias gremiales y de desavenencias incomprensibles, nos salva la biblioteca, esa vieja celosa que ha ganado la guerra a las polillas y conserva los secretos de otros tiempos y otros mundos. Su silencio contribuirá a cuajar el texto del futuro.
Así que el jueves se suspendieron las clases. Nomás para darle espacio al recuerdo, lo único que quedará después de todo.
EL JUEVES SE SUSPENDIERON LAS CLASES
El jueves se celebró el 40 aniversario de la escuelita. Se reunieron en la entrada del antiguo edificio de Altos Estudios la raza, los profes y hasta el rector. Hubo mariachi, botanas y vino de California, de ese que se vende por galón, ya saben, vasos desechables y ocasión de fumar al aire libre. Además estaba nublado. Hubo discursos jocosos de los viejos maestros de Literatura y Física, haber sido izquierdistas en los tiempos aquellos en los que había muro de Berlín no mermó mucho su sentido del humor. La verdad es que estos maestros son de mi edad o quizá ligeramente más veteranos y fueron mis amigos de preparatoria y de andanzas decades ago, cuando el movimiento estudiantil te enseñaba muchas cosas, entre otras que el miedo tiene cinco letras y que las utopías son mejores cuando los géneros se ponen de acuerdo en amanecer juntos.
Los altos salones, los arcos pronunciados y el bello patio interior del edificio recuerdan sin duda aquellos tiempos de mimeógrafos al borde, música de Crosby, Stills, Nash & Young y libros de Hesse y Niestsche. Tiempos en que la protesta traía el pelo largo y una armónica podía hablar cualquier idioma. Los arcos de mi escuela conversan con franqueza de otras épocas a pesar de unas obsesivas capas de pintura.
Actualmente, los maestros hablan de marxismo y de revolución con la nostalgia con que cultivan sus canas. Ahora los compromisos se estiran hasta donde lo permiten las fuerzas mermadas; los años de lucha han conquistado una estabilidad capciosa y hasta cierto punto inmovilizante. Relevo generacional es a veces eufemismo de derrotas con gestos de victoria.
Mis compañeros jóvenes no aciertan a donde voltear. Las imágenes de un pasado combativo les son administradas en tímidas cápsulas y sus horizontes no parecen ir más allá de la contención mediática. Habrá que tener confianza, el talento se abre paso, como la vida, entre las telarañas de la medianía y el conformismo.
Queda un reducto invaluable: más allá del desánimo juvenil, de celos innecesarios por un nicho académico, de discordias gremiales y de desavenencias incomprensibles, nos salva la biblioteca, esa vieja celosa que ha ganado la guerra a las polillas y conserva los secretos de otros tiempos y otros mundos. Su silencio contribuirá a cuajar el texto del futuro.
Así que el jueves se suspendieron las clases. Nomás para darle espacio al recuerdo, lo único que quedará después de todo.
sábado, marzo 06, 2004
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PARA NO IR TAN LEJOS
Para no ir tan lejos
he filtrado en mi cafetera eléctrica
un café deplorable
Para no ir tan lejos
he cedido mis tenis al mejor postor
y una bicicleta que quedó sin frenos.
Para no ir tan lejos
empecé a escribir una enorme carta
que no tiene fin
y me mantiene en forma.
Para no ir tan lejos
habré de confesarlo:
se trata de una carta
sin estampilla ni destinatario.
Para no ir tan lejos
tengo una suscripción de periódico,
teléfono, internet
y unas palomas mensajeras
en cautiverio.
He revelado mi domicilio a los carteros,
y ellos, a cambio,
me llaman la atención
el 12 de noviembre.
Para no ir tan lejos
eludo las agencias de viajes
y los mapas, los médicos,
las tarjetas de crédito
y los días de campo.
Para no ir tan lejos
sobrevivo en un país amedrentado
y viajo en ocasiones
a galaxias comunes.
Para no ir tan lejos
he mandado cancelar
mis travesías por las urnas de julio;
ignoro las casillas, los partidos
y los parques de diversiones;
he abandonado también los trámites
y los estadios.
Para no ir tan lejos
proscribí los números
renegué de las apuestas,
y consigné las cadenas perpetuas.
Para no ir tan lejos
Me ha dado por aceptar
que vengas a cualquier hora
a leer la carta,
a compartir el engaño
de los destinatarios.
Para no ir tan lejos
me pregunto:
¿Qué sentirá el pez curioso?
¿Dolerán acaso mis anzuelos?
PARA NO IR TAN LEJOS
Para no ir tan lejos
he filtrado en mi cafetera eléctrica
un café deplorable
Para no ir tan lejos
he cedido mis tenis al mejor postor
y una bicicleta que quedó sin frenos.
Para no ir tan lejos
empecé a escribir una enorme carta
que no tiene fin
y me mantiene en forma.
Para no ir tan lejos
habré de confesarlo:
se trata de una carta
sin estampilla ni destinatario.
Para no ir tan lejos
tengo una suscripción de periódico,
teléfono, internet
y unas palomas mensajeras
en cautiverio.
He revelado mi domicilio a los carteros,
y ellos, a cambio,
me llaman la atención
el 12 de noviembre.
Para no ir tan lejos
eludo las agencias de viajes
y los mapas, los médicos,
las tarjetas de crédito
y los días de campo.
Para no ir tan lejos
sobrevivo en un país amedrentado
y viajo en ocasiones
a galaxias comunes.
Para no ir tan lejos
he mandado cancelar
mis travesías por las urnas de julio;
ignoro las casillas, los partidos
y los parques de diversiones;
he abandonado también los trámites
y los estadios.
Para no ir tan lejos
proscribí los números
renegué de las apuestas,
y consigné las cadenas perpetuas.
Para no ir tan lejos
Me ha dado por aceptar
que vengas a cualquier hora
a leer la carta,
a compartir el engaño
de los destinatarios.
Para no ir tan lejos
me pregunto:
¿Qué sentirá el pez curioso?
¿Dolerán acaso mis anzuelos?
viernes, marzo 05, 2004
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SORPRESAS QUE DA LA VIDA
La vida política nacional ofrece lecturas que no termino por entender. Recién acabo de escuchar llorar en televisión a Dolores Padierna, esposa de René Bejarano, y a Rosario Robles, ex jefa del DF. Lamentan los giros políticos que desataron los videos acusadores. No sé que decir, excepto sugerir la compra de Klennex de bolsillo.
Viaja mi mente por los capítulos legendarios de Simplemente María cuando una lágrima podía poner a México de hinojos; o por la serie original de Misión Imposible, en la que aparecían premonitorias cámaras de video diminutas que ahora cualquier secundariano puede adquirir en Radio Shack (no sé si se escribe así, yo no soy secundariano).
Según la potencial suposición de Mario "Pichojos" Pérez, célebre defensa del equipo América en los años setentas, no sería descabellado suponer que los dólares que recogía Bejarano de las oficinas de Carlos Ahumada eran los mismos que Ponce se llevaba a Las Vegas buscando multiplicarlos en el Black Jack o en la ruleta, a fin de poder enfrentar con relativa ventaja el problema de los pasivos del gobierno ocapitalino. En la transa y en el amor todo se vale. Esto, desde luego es mera suposición. Deveras que si se aprobara la instalación de casinos en México, nuestros políticos ahorrarían en boletos de avión y nuestro dinero se quedaría aquí, claro, con el peligro de que los reyes del azar encabezador por Hank Rhon se perfilen para gobernarnos en un futuro cercano.
Corre el rumor de que Hollywood busca ya a René Bejarano y Carlos Ahumada para incluirlos en un nuevo capítulo de Mini-espías, y al Niño verde para una una nueva película conservacionista: Salven a Manny. Por su parte, estudios Churubusco podría contratar a Rosario Robles o a Dolores Padierna para una versión actualizada de La llorona. ¿Cómo que la casita de Rosario la construyó Ahumanda?... No puede ser...
Antes de opinar, esperaré a ver qué dice de todo esto el licenciado Guillén Sebastián, gran amigo y ahijado de Rosario y su esposo.
SORPRESAS QUE DA LA VIDA
La vida política nacional ofrece lecturas que no termino por entender. Recién acabo de escuchar llorar en televisión a Dolores Padierna, esposa de René Bejarano, y a Rosario Robles, ex jefa del DF. Lamentan los giros políticos que desataron los videos acusadores. No sé que decir, excepto sugerir la compra de Klennex de bolsillo.
Viaja mi mente por los capítulos legendarios de Simplemente María cuando una lágrima podía poner a México de hinojos; o por la serie original de Misión Imposible, en la que aparecían premonitorias cámaras de video diminutas que ahora cualquier secundariano puede adquirir en Radio Shack (no sé si se escribe así, yo no soy secundariano).
Según la potencial suposición de Mario "Pichojos" Pérez, célebre defensa del equipo América en los años setentas, no sería descabellado suponer que los dólares que recogía Bejarano de las oficinas de Carlos Ahumada eran los mismos que Ponce se llevaba a Las Vegas buscando multiplicarlos en el Black Jack o en la ruleta, a fin de poder enfrentar con relativa ventaja el problema de los pasivos del gobierno ocapitalino. En la transa y en el amor todo se vale. Esto, desde luego es mera suposición. Deveras que si se aprobara la instalación de casinos en México, nuestros políticos ahorrarían en boletos de avión y nuestro dinero se quedaría aquí, claro, con el peligro de que los reyes del azar encabezador por Hank Rhon se perfilen para gobernarnos en un futuro cercano.
Corre el rumor de que Hollywood busca ya a René Bejarano y Carlos Ahumada para incluirlos en un nuevo capítulo de Mini-espías, y al Niño verde para una una nueva película conservacionista: Salven a Manny. Por su parte, estudios Churubusco podría contratar a Rosario Robles o a Dolores Padierna para una versión actualizada de La llorona. ¿Cómo que la casita de Rosario la construyó Ahumanda?... No puede ser...
Antes de opinar, esperaré a ver qué dice de todo esto el licenciado Guillén Sebastián, gran amigo y ahijado de Rosario y su esposo.
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SE NUBLA EL SOL AZTECA
Una semana después de que la campaña en favor de la liberación de Gerardo Sifuentes y Epigmenio León alcanzara su punto más álgido desde el punto de vista del impacto en los medios, estalló uno de los escándalos políticos más sonados en la historia reciente. Algunos de los operadores políticos-financieros del jefe del gobierno del DF han resultado ser tanto o más corruptos que los políticos del México del siglo XX, esos que ya nos tenían hasta el gorro.
Marcelo Ebrard, encargado de la seguridad de la Ciudad de México, se ha visto obligado a proclamar la inocencia de Andrés Manuel López Obrador y enfrentar las complicaciones que sugieren los escándalos, lo que seguramente distraerá su atención y pondrá el caso Sifuentes-León en un segundo plano, toda vez que él había tomado cartas en este asunto. Es de dudarse que AMLO haya sido ajeno a las maniobras del empresario mañoso Carlos Ahumada para agenciarse jugosos contratos con diversas dependencias del gobierno capitalino a cambio de apoyar las campañas electorales de la mitad de los candidatos delegacionales del PRD. Tampoco se puede negar que Ahumada represente una herencia de la administración de Rosario Robles, lo que también pone en duda su gestión. Pero es de dudarse que René Bejarano y Gustavo Ponce hayan venido actuando a espaldas de la dirigencia política y burocrática que gobierna la capital.
Es posible que Gobernación y otras entidades políticas estén empeñados en emporcar la imagen de López Obrador, pero no se puede ignorar que el tabasqueño tiene el acelerador hasta el fondo en su campaña preelectoral. Es posible que fuerzas ejenas –y otras no tan ajenas- al PRD traten de frenar la campaña obradorcita, sin embargo, no puede ocultarse el hecho de que algunos políticos del llamado "primer círculo" gubernamental del perredismo capitalino han aprendido las malas mañas del sistema, lo que genera una gran desconfianza en el electorado.
No concluye aún el affair del "niño verde" cuando truena el escándalo que ahora nubla el panorama del resplandeciente sol azteca. Creo que hay un espacio increíblemente aprovechable para redoblar la campaña por la liberación de Sifuentes y León. Sus amigos y familiares cercanos nos dirán qué hacer para que el apoyo no se enfríe.
SE NUBLA EL SOL AZTECA
Una semana después de que la campaña en favor de la liberación de Gerardo Sifuentes y Epigmenio León alcanzara su punto más álgido desde el punto de vista del impacto en los medios, estalló uno de los escándalos políticos más sonados en la historia reciente. Algunos de los operadores políticos-financieros del jefe del gobierno del DF han resultado ser tanto o más corruptos que los políticos del México del siglo XX, esos que ya nos tenían hasta el gorro.
Marcelo Ebrard, encargado de la seguridad de la Ciudad de México, se ha visto obligado a proclamar la inocencia de Andrés Manuel López Obrador y enfrentar las complicaciones que sugieren los escándalos, lo que seguramente distraerá su atención y pondrá el caso Sifuentes-León en un segundo plano, toda vez que él había tomado cartas en este asunto. Es de dudarse que AMLO haya sido ajeno a las maniobras del empresario mañoso Carlos Ahumada para agenciarse jugosos contratos con diversas dependencias del gobierno capitalino a cambio de apoyar las campañas electorales de la mitad de los candidatos delegacionales del PRD. Tampoco se puede negar que Ahumada represente una herencia de la administración de Rosario Robles, lo que también pone en duda su gestión. Pero es de dudarse que René Bejarano y Gustavo Ponce hayan venido actuando a espaldas de la dirigencia política y burocrática que gobierna la capital.
Es posible que Gobernación y otras entidades políticas estén empeñados en emporcar la imagen de López Obrador, pero no se puede ignorar que el tabasqueño tiene el acelerador hasta el fondo en su campaña preelectoral. Es posible que fuerzas ejenas –y otras no tan ajenas- al PRD traten de frenar la campaña obradorcita, sin embargo, no puede ocultarse el hecho de que algunos políticos del llamado "primer círculo" gubernamental del perredismo capitalino han aprendido las malas mañas del sistema, lo que genera una gran desconfianza en el electorado.
No concluye aún el affair del "niño verde" cuando truena el escándalo que ahora nubla el panorama del resplandeciente sol azteca. Creo que hay un espacio increíblemente aprovechable para redoblar la campaña por la liberación de Sifuentes y León. Sus amigos y familiares cercanos nos dirán qué hacer para que el apoyo no se enfríe.
martes, marzo 02, 2004
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ORALIDAD, NARRATIVA, ESCRITURA Y NOVELA
Por lo que percibo, h. no quiere aceptar que la era de la escritura tiene aún un largo trecho por recorrer. Bueno es aclarar que el narrador no crea hechos, simplemente crea significados, hechos no. El novelista crea algunos hechos pero esos tienen que ver tan solo con el impacto de su imaginación en la realidad. Por otra parte, el gran problema de la actualidad es que los novelistas naufragan en el mar de los guionistas. El cine intenta limitar el nivel de significados de la narrativa. Thats thrue.
El narrador no crea personajes, crea imitaciones. Los personajes ya existen: corregidos y aumentados, en relación desigual y combinada, futuros y pretéritos, nada hay que agregar. El género está saturado. Las historias se pudren de trilladas, las tramas escurren lugares comunes al punto de que uno preferiría irse a pescar que hablar del tema. Ni siquiera los dramaturgos aportan nada digno de considerarse. Shakespeare y Cervantes ya lo dijeron todo; Strinberg, Beckett y Allen han sido reiteraciones modernas de lo mismo, ¿qué otra cosa hay que agregar? Flaubert falló no por su novela; falló por pretender que Emma B. era de su propiedad, ¡qué necedad! (Emma es un personaje de una novela de Truman Capote adaptada para programación B).
Si Walter Benjamín hizo esfuerzos denodados por proscribir la narrativa (en tanto género) fue porque no se atrevió a proscribir la escritura. La escritura es la caja de Pandora abierta un domingo en que todos descansan. Era aquella una época agotada por el tedio de la memorización mecánica, que imponía la ingenuidad de no contar con actas de nacimiento. La era de la oralidad.
La caja de Pandora fue una explosión volcánica. Con la escritura se abrió la frontera a los significados. El lenguaje cobró vida propia y robó el fuego a los mortales. ¡Sí, Prometeo robó el fuego a los mortales, no a los Dioses!
Prometeo, la ficción humanizada, el alter ego, el ser creado por el narrador escribiente, por aquel que había condenado a cadena perpetua a la oralidad, escapaba de control. Creaba su propio universo imaginario y seducía el asombro de su propio creador. Qué pena: el mortal creaba seres trascendentes y onmipresentes. Inmunes al olvido y a la temporalidad que finalmente carcomen a su creador. Tales seres levantan entonces su imperio insospechado.
Pobres narradores, sin saberlo, han configurado al sepulturero. No pretendan ahora proscribir la narrativa. Ésta ya tiene vida propia. Somos ahora esclavos de los significados. Proscriban la novela. Fallarán igual que Benjamin. ¿Cómo van a desfigurar los narradores a una raza cuya misión fundamental es la desfigurarse a sí misma? Pregunto: ¿No corresponde a los narradores acaso reconfigurar nuevamente a la especie humana?
No veo el caso de dibujar a un personaje. Ese personaje ya existe, aún cuando no lo he descubierto. Su posibilidad es lo que existe. Mi capacidad de encontrarlo es lo que está a prueba.
Por otro lado, la nostalgia por la narrativa existía aún antes de la escritura, el problema es que estaba encadenada por los grilletes de la memoria oral. De modo que podemos inferir que la nostalgia es la madre sustantiva de la narrativa escrita, de la escritura, ese parto milenario. La nostalgia por la novela será acaso una reminiscencia del hambre primitiva de escritura.
p.d. No le falta razón a h. Al sugerir que los atisbos de W. Benjamín son un archivo muerto. (No hay ningún misterio en su propuesta de eludir el factor explicativo al interior del discurso narrado. ¿Qué propósito tiene abundar sobre la insensatez o el acierto de los gustos culinarios de los Dioses que condenaron a Prometeo?).
Un epígrafe final a manera de Copyright: Sobre toda defecación deben prevalecer los derechos de autor.
ORALIDAD, NARRATIVA, ESCRITURA Y NOVELA
Por lo que percibo, h. no quiere aceptar que la era de la escritura tiene aún un largo trecho por recorrer. Bueno es aclarar que el narrador no crea hechos, simplemente crea significados, hechos no. El novelista crea algunos hechos pero esos tienen que ver tan solo con el impacto de su imaginación en la realidad. Por otra parte, el gran problema de la actualidad es que los novelistas naufragan en el mar de los guionistas. El cine intenta limitar el nivel de significados de la narrativa. Thats thrue.
El narrador no crea personajes, crea imitaciones. Los personajes ya existen: corregidos y aumentados, en relación desigual y combinada, futuros y pretéritos, nada hay que agregar. El género está saturado. Las historias se pudren de trilladas, las tramas escurren lugares comunes al punto de que uno preferiría irse a pescar que hablar del tema. Ni siquiera los dramaturgos aportan nada digno de considerarse. Shakespeare y Cervantes ya lo dijeron todo; Strinberg, Beckett y Allen han sido reiteraciones modernas de lo mismo, ¿qué otra cosa hay que agregar? Flaubert falló no por su novela; falló por pretender que Emma B. era de su propiedad, ¡qué necedad! (Emma es un personaje de una novela de Truman Capote adaptada para programación B).
Si Walter Benjamín hizo esfuerzos denodados por proscribir la narrativa (en tanto género) fue porque no se atrevió a proscribir la escritura. La escritura es la caja de Pandora abierta un domingo en que todos descansan. Era aquella una época agotada por el tedio de la memorización mecánica, que imponía la ingenuidad de no contar con actas de nacimiento. La era de la oralidad.
La caja de Pandora fue una explosión volcánica. Con la escritura se abrió la frontera a los significados. El lenguaje cobró vida propia y robó el fuego a los mortales. ¡Sí, Prometeo robó el fuego a los mortales, no a los Dioses!
Prometeo, la ficción humanizada, el alter ego, el ser creado por el narrador escribiente, por aquel que había condenado a cadena perpetua a la oralidad, escapaba de control. Creaba su propio universo imaginario y seducía el asombro de su propio creador. Qué pena: el mortal creaba seres trascendentes y onmipresentes. Inmunes al olvido y a la temporalidad que finalmente carcomen a su creador. Tales seres levantan entonces su imperio insospechado.
Pobres narradores, sin saberlo, han configurado al sepulturero. No pretendan ahora proscribir la narrativa. Ésta ya tiene vida propia. Somos ahora esclavos de los significados. Proscriban la novela. Fallarán igual que Benjamin. ¿Cómo van a desfigurar los narradores a una raza cuya misión fundamental es la desfigurarse a sí misma? Pregunto: ¿No corresponde a los narradores acaso reconfigurar nuevamente a la especie humana?
No veo el caso de dibujar a un personaje. Ese personaje ya existe, aún cuando no lo he descubierto. Su posibilidad es lo que existe. Mi capacidad de encontrarlo es lo que está a prueba.
Por otro lado, la nostalgia por la narrativa existía aún antes de la escritura, el problema es que estaba encadenada por los grilletes de la memoria oral. De modo que podemos inferir que la nostalgia es la madre sustantiva de la narrativa escrita, de la escritura, ese parto milenario. La nostalgia por la novela será acaso una reminiscencia del hambre primitiva de escritura.
p.d. No le falta razón a h. Al sugerir que los atisbos de W. Benjamín son un archivo muerto. (No hay ningún misterio en su propuesta de eludir el factor explicativo al interior del discurso narrado. ¿Qué propósito tiene abundar sobre la insensatez o el acierto de los gustos culinarios de los Dioses que condenaron a Prometeo?).
Un epígrafe final a manera de Copyright: Sobre toda defecación deben prevalecer los derechos de autor.
lunes, marzo 01, 2004
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EL CULTO A ÓSCAR
Bajo la maquillada guadaña de la censura, la 76 entrega de los Óscares estuvo bastante deslucida. Lo peor fue no tener más opción que TV Azteca y soportar a Mónica Garza y a su compañero de aventura, un conductor sacado de alguna gaveta de Salinas Pliego. El "traductor", que parece peinarse con una licuadora, no contento con hacer pedazos la secuencia verbal de los presentadores, balbuceaba con tal desparpajo que ni siquiera dejaba escuchar el audio original al que, a pesar del tartamudo ese y las idioteces inconexas de la Garza, podía sacarse mayor provecho.
Billy Crystal es ya un burócrata del evento y su sentido del humor hasta resulta predecible. El récord de trofeos para El señor de los anillos es alimento indispensable para un pueblo ansioso de récords, acostumbrado a récords pues, sabemos, en cosa de récords EU tiene el récord. La trilogía de Peter Jackson ha reanimado a "la industria" proclaman los comentaristas, y "la Academia" premia este hallazgo comercial, un rito supremo de la economía de mercado. Arte y comercio, comercio artístico, arte comercial, banderas de la nueva era. Thats all. (Aquí imaginen la carita exiliada del hobit estrella, mirando a ningún lado por tres horas seguidas).
El arte de la actuación es remplazado por el glamour. La frivolidad de la moda es viento de la época alborotando el pelo de las estrellas. Versace, Gabanna, Armani, millones de dólares en joyas, celebraciones inquietantes de un país en guerra. Una remembranza por la inicua guerra de Vietnam; alguna hebra lo relaciona con la de Irak, sí, que vuelvan nuestros soldados. No pasa nada, nadie dirá más de lo que los oídos moralistas de los estadounidenses jubilados no puedan escuchar, son sólo 5 segundos de retraso en la superproducción televisiva.
Hollywood rinde culto al dinero. Los actores al oropel. Los medios al estruendo. El público a sus nuevos dioses.
Me da dos para la función de las ocho veinte.
EL CULTO A ÓSCAR
Bajo la maquillada guadaña de la censura, la 76 entrega de los Óscares estuvo bastante deslucida. Lo peor fue no tener más opción que TV Azteca y soportar a Mónica Garza y a su compañero de aventura, un conductor sacado de alguna gaveta de Salinas Pliego. El "traductor", que parece peinarse con una licuadora, no contento con hacer pedazos la secuencia verbal de los presentadores, balbuceaba con tal desparpajo que ni siquiera dejaba escuchar el audio original al que, a pesar del tartamudo ese y las idioteces inconexas de la Garza, podía sacarse mayor provecho.
Billy Crystal es ya un burócrata del evento y su sentido del humor hasta resulta predecible. El récord de trofeos para El señor de los anillos es alimento indispensable para un pueblo ansioso de récords, acostumbrado a récords pues, sabemos, en cosa de récords EU tiene el récord. La trilogía de Peter Jackson ha reanimado a "la industria" proclaman los comentaristas, y "la Academia" premia este hallazgo comercial, un rito supremo de la economía de mercado. Arte y comercio, comercio artístico, arte comercial, banderas de la nueva era. Thats all. (Aquí imaginen la carita exiliada del hobit estrella, mirando a ningún lado por tres horas seguidas).
El arte de la actuación es remplazado por el glamour. La frivolidad de la moda es viento de la época alborotando el pelo de las estrellas. Versace, Gabanna, Armani, millones de dólares en joyas, celebraciones inquietantes de un país en guerra. Una remembranza por la inicua guerra de Vietnam; alguna hebra lo relaciona con la de Irak, sí, que vuelvan nuestros soldados. No pasa nada, nadie dirá más de lo que los oídos moralistas de los estadounidenses jubilados no puedan escuchar, son sólo 5 segundos de retraso en la superproducción televisiva.
Hollywood rinde culto al dinero. Los actores al oropel. Los medios al estruendo. El público a sus nuevos dioses.
Me da dos para la función de las ocho veinte.
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