miércoles, junio 22, 2005

MALDICIÓN GITANA

Cuando por fin el país parecía dispuesto a coincidir en algo, es decir, dispuesto a olvidar diferencias religiosas, gustos musicales, preferencias políticas, posturas sexuales, y celebrar en santa paz la victoria de México sobre Brasil en la Copa Confederaciones, ¡zas! que viene la expulsión de Salvador Carmona y Aarón Galindo de la Selección.

Hasta Hugo Sánchez aparecía ante las cámaras con carita de "¡quiere llorar!", apapachando al seleccionado por su triunfo y a punto de enviarle un mail de reconciliación lleno de emotíconos a Ricardo A. Lavolpe.

José Ramón Fernández y su recua discutidora, junto con los comentaristas televisos que "ya están en el Mundial" (chingado, falta un año, no mamen) se comían las uñas por saber qué carajos pasó que los jugadores mencionados fueron acusados de cometer "indisciplina grave". Y nos dejaron en las mismas.

No sabemos si Carmona y Galindo practicaban una misa negra en el vestidor, si se soplaban un gallo de contrabando o si chupaban un litro de rompope por vía intravenosa, si se tiraban a las acomodadoras del estadio en el locker de Osvaldo, o si se hacían cosquillitas entre ellos. Nadie ha querido aclarar nada. Las especulaciones van desde que estos jugadores le echaron chile al desayuno de Lavolpe hasta que hablaron chovinistamente mal de Sinha. Vayan ustedes a saber.

Lo que es cierto es que la Federación Mexicana de Futbol tendrá que aclarar las cosas antes del partido con Grecia porque si no, le puede caer a la Selección un mal de ojo terrible, similar al que le cayó a Brasil en el mundial de Francia o a Vicente Fox cuando dijo "José Luis Borgues".

Sorprende que Mr. Vergara quiera enviar ahora a Omar Bravo en sustitución de los sancionados cuando antes estaba llorando porque sentía que le habían jalado la cobija a sus Chivas para el encuentro contra el Paraenense (o como se diga) en la Libertadores.

No sé que vaya a pasar pero ya entrados en copas desde ahora auguro un apretado 2-1 en contra de Grecia, a favor de México, claro.
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