martes, agosto 23, 2005


HACIA UNA HISTORIA DE LA HISTORIA
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A ver, a ver. Lo que digo es que no es posible enseñar cosa tal como "Historia de la literatura mexicana del siglo XIX". Ese esqueleto existe en razón de ciertas premisas que le hacen fácil la vida a los académicos, pero alejan al estudiante de la pasión por la verdad. Existe una literatura que se escribió en ciertos límites territoriales de nuestro país por demás cambiantes, y podemos enumerar autores, obras, estilos, tendencias, escuelas, etcétera, pero pretender que semejante alucinación es "enseñar" la realidad histórica, es tan reduccionista como absurdo.
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___Ya, en serio, cómo vas a enseñar literatura mexicana del sigo XIX sin explicar el contexto de la encarnizada batalla por el botín de Europa, sin la derrota de Napoleón, sin la codicia por el continente perdido de África, sin el papel de la novela de folletín en Francia, sin la conspiración de Inglaterra, sin la las pugnas internas de la Revolución Estadounidense, sin el Congreso de Viena, sin Beethoven, sin la universalidad de los Humboldt, sin la dicapacidad del positivismo, sin Lincoln y sus asesinos, sin Edgar Allan Poe y sin Baudelaire. ¿Por qué hemos de ver a Poe en la materia de "Literatura en Lenguas extranjeras", desconectado de los liberales mexicanos que se esforzaban por traducirlo e introducirlo en el México de la Reforma? Por favor.
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___Eso es lo que digo. La Historia no es una suma de "historias nacionales". ¿Por qué no se imbuye en el educando, desde la primaria, una concepción holística, universal de la historia del hombre? ¿Quieren individuos que defiendan los derechos universales del individuo? Bueno, no les fragmenten su visión del mundo: ¡Enséñenles la historia de la especie humana! Y no anden con pendejadas de endilgarles "Historia Universal" hasta sexto año, cuando muchos chamacos han pasado ya por todos los estadíos del videojuego "Age of Empires", demostrando que entienden perfectamente bien la valentía de Juana de Arco y la estupidez intrínseca del mítico pensamiento medieval del Rey Arturo.
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___Pasa lo mismo con la enseñanza de una materia que ha sido más manoseada que la madre de Bill Clinton y la proyección sicosexual de él, Monica Lewinski: la Historia. El resto de las llamadas "ciencias" sociales tampoco podrían presumir su virginidad (uno puede querer relacionarse con ellas sin percatarse de que transmiten disfunción eréctil y frigidez asintomáticas). Hay que decirlo: Esas pobres materias han sido bautizadas y rebautizadas con nombres artísticos de ocasión y no falta mucho para que algún gobernante potencial busque emplearlas en un casino de apuestas o, de plano, en un table dance que tenga sus papeles en regla.
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___Si se me permitieran los medios (y, desde luego, si se me pagara al menos lo que gana un secretario de estado o, digamos, la secretaria de Martha Sahagún), en seis meses presentaría a las instancias correspondientes un proyecto que transformaría radicalmente los criterios que rigen la enseñanza de las "ciencias sociales" (iba a decir "y la Educación en su totalidad", pero por esa tarea cobraría mucho más). La revisión necesaria comenzaría con enjuiciar por traición a la Patria a individuos históricamente influyentes como Justo Sierra, José Vasconcelos (y su raza "cósmica" -no mames-), así como los creadores de Vicente Fox.
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___No sé qué piensen ustedes, en este momento yo me limitaría a preguntarme: "No sé que piensen ustedes".
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___¿Qué hora es?


2 comentarios:

Unknown dijo...

Ah, no tienes idea de como te entiendo. Si no exisitera tal cosa como Literatura mexicana del siglo XIX yo sería inmensamente feliz.

El Pobresor Gafapasta dijo...

Comulgo con tu pensamiento. Mi mayor tarea docente consiste en divulgar el universalismo, y desde ello, encontrar el enlace entre lo universal y lo localista. Mirarse todo el tiempo el ombligo es muy peligroso.

Un saludote.