martes, agosto 09, 2005

RICARDO GARIBAY
Los gajes del estilo

Uno de los escritores mexicanos más controversiales ha sido sin duda Ricardo Garibay. Recientemente lo encontré, cigarrillo en mano, hablando concienzudamente sobre literatura universal en un programa de televisión grabado en los años ochenta y retransmitido por un canal subsidiado. Sus comentarios son duros y contundentes y su boca parece ser el conducto de la última palabra; sin el histrionismo de Juan José Arreola, Garibay se planta frente a la cámara echando humo y haciendo ademanes enérgicos y aún agresivos. Dicen que era así en el trato personal, yo lo interpreto como un ardid de la vehemencia. Su coherencia es milimétrica y salta a la vista que su discurso es el de aquellos que no hablan por hablar, sino uno por el que están dispuestos a dar la vida.

En buena medida, esa actitud matizada de soberbia de Garibay y el hecho de su cercanía con algunos presidentes a quienes redactaba discursos y aconsejaba en otras materias, hacía que sus inquietudes políticas fueran observadas con recelo por sus colegas, sin embargo, pocos se atreverían a negar su motivación por promover el hábito de la lectura. Esta preocupación se mantuvo durante su larga y fecunda carrera pese a que sus inquietudes lo llevaron a ser, además de funcionario público, periodista, conductor, ensayista, guionista y prolífico narrador.

Oriundo del estado de Hidalgo, Garibay fue un cómplice de las letras desde muchos frentes, su presencia en diarios como Excelsior y Novedades, y posteriormente en la revista Proceso, de la que fue cofundador junto a su amigo Julio Scherer, le hizo cobrar notoriedad en los medios tanto como en los corredores políticos; en 1987 obtuvo el Premio Nacional de Periodismo.

Garibay obtuvo además muchos reconocimientos por sus textos. En 1975, su célebre “La casa que arde de noche”, obtiene el premio al mejor libro extranjero publicado en Francia. Esta obra, publicada en México en 1971, es quizá el mejor ejemplo del lirismo narrativo del escritor, su afortunado título deja menos a la imaginación que sus fragantes y detalladas descripciones imbuidas de mágicas imágenes. Sin embargo, esta novela no pudo mellar en el imaginario nacional como sí lo hizo su crudo guión cinematográfico “El mil usos”, cuyo producto removió sensibles fibras por su manejo del carácter e ideología del mexicano, específicamente del chilango pobre, relegado por el parto de la modernidad.

En 2001, el Fondo de Cultura Económica y la editorial Océano se dieron a la tarea de publicar las “Obras reunidas de Ricardo Garibay”, una colección que lleva ya más de doce tomos donde pueden encontrarse artículos periodísticos, ensayos literarios, guiones cinematográficos, así como su narrativa completa. Esta colección excede desde luego los 45 títulos que se han publicado bajo su nombre pues incluye también charlas, entrevistas, cápsulas y comentarios del autor.

En 1996, Océano publicó “Oficio de leer”, una deliciosa obra de crítica y comentarios, afanosa en encontrar y reencontrar lo que Garibay denomina “hallazgos literarios”, esas sutilezas del lenguaje que enseña la experiencia y que no pasan desapercibidas para el ojo detectivesco del escritor. Puede uno estar de acuerdo o no con el autor cuando dice que el Quijote es aburrido o cuando arremete contra el género narrativo policial, pero es muy difícil no disfrutar el fino texto y la perspectiva lectora de un viejo lobo de mar.

Hay en la página 44 de “Oficio de leer” un sabroso texto titulado “La belleza, el lujo y el crimen” donde relata la donación de una casona de Álamos que hizo Beltrones, en aquel momento gobernador de Sonora, a la Sociedad General de Escritores de México. Lo recomiendo aquí en un tropiezo de chovinismo.

Luego de una fructífera carrera, junto con la del siglo, en 1999 se apagaba también la vela de Ricardo Garibay. Rondaba los 77 años de edad y solía decir que a esa edad se leía con resignación porque ya no se podía hacer nada más. Con toda justicia, podemos afirmar que su vida no pasó desapercibida.
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2 comentarios:

Kabeza dijo...

Ricardo Garibay es de mis escritores favoritos, me gustó "Triste Domingo" y "El joven Aquél", saludos.
(creo que de los tomos que mencionas no son 12, son 10)

Fernando Celis dijo...

ahhh de repente yo me topo con ese programa. En el canal 70 los sabados en la mañana si no me ekivoko.
y nunca he leído nada de él, qué recomiendas?

ya puedes visitar mi blog (digo, si kieres), no había posteado por que mi compu estaba infectada e inservible.
saludos