sábado, enero 15, 2005

DIAS DE GUARDAR
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......Anoche recogimos a mi cuñada y a su esposo que llegaban de Monterrey en un vuelo nocturno. Desatamos el nudo de la charla y nos fuimos a dormir a las 5 de la mañana, revueltos de brandy, agua mineral y limón. Apenas había cerrado los ojos y ya eran las 10:30 de la mañana. El timbre del teléfono no dejaba de joder, por eso me levanté. Me interceptó la cafetera y se entregó a mí en cinco tazas. Les diré: la socia cumple años hoy y esta cueva ha amanecido con una actividad inusual. La cochera es ahora una carpa con mesas y sillas que esperan la noche para trabajar. Vendrán muchos, lo deduzco, habrá abrazos, regalos, bebida, canciones y pastel. Mi cuñada ha preparado su especialidad en cantidades generosas: cochinita pibil y frijoles negros en jugo de piña. Antes de eso iré a Catedral a cantar una misa contratada para conmemorar una año más de la revista Así (¿cuál es esa? ¿A todos se les ocurrió cumplir años hoy?).
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......Dos aspirinas no han podido derrotar a los malos espíritus que patean el trasero a mis neuronas. Quisiera dormir, pero no será posible, la cueva dejó de ser un pasadizo secreto y pronto será un pasillo de supermercado en día de pago.
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......Gracias a Dios es sábado y me conforta escuchar The long and widning road, de Lennon y McCartney, una de mis favoritas de los B.

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