viernes, enero 07, 2005


Grandes tus palabras, como África. Tus visiones abren una puerta de ébano donde escapa un perfume humano y misterioso. Vuelvo aquí cada cierto tiempo, cuando quiero recordar que somos muchos y que nuestro planeta es una enorme sabana. Tantos desconocidos, apenas distingo en el brillo perplejo de sus ojos negros un tronco común de desastres y alegrías.

¿Qué somos si no un puño de trigo olvidado en donde llueve?

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