jueves, julio 14, 2005

PROLEGÓMENOS DEL POST CORRIDO
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___A ver si nos estamos entendiendo. No hablamos del origen del corrido. Hace tiempo planteé la cuestión de que el corrido de alabanza y propaganda del narcotráfico y los narcotraficantes se excluía de la categoría de “corrido”, para ubicarse en la de “post corrido”. Propuse esta redefinición en base a dos elementos:
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___1.- La temática regionalista, campirana, pueblerina, localista, etcétera, propia del corrido (la Revolución Mexicana, el inadaptado, la inadecuación social, la violencia machista, etcétera), fue rebasada por la temática globalista inherente al narcotráfico. La observación que hace el investigador Juan Carlos Ramírez-Pimienta en sus ensayos en torno al “Corrido de Caro Quintero” es muy puntual pues la composición borra fronteras y presenta sin ambages al antihéroe final: el narcotraficante, un ambivalente personaje que se vale del “mal”, el tráfico de sustancias ilegales, para hacer “el bien”: Caro Quintero es antiimperialista, mató a un agente de la DEA y exporta mariguana para corromper a la sociedad gringa. Pero (Oh, my God nada es para siempre) ¿cómo es que Caro Quintero puede considerarse “antiimperialista” si se propone pagar la deuda externa con las ganancias del narco (Oye, Rafael, ¿no estarás dándole vuelta al dinero de los patrones?). Bueno, déjenlo ahí, se trata de proponernos una especie de Robin Hood en medio de la parafernalia del globalismo, un Scareface nopalón, acá sumiso en propósitos globales (la leyenda nos distrae diciendo que se robó a una muchacha de la élite tapatía, ¡uy, que atrevido, robarse niñas de tan buenas familias!).
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___2.- Los intérpretes del narco corrido (léase Tigres del Norte, Tucanes de Tijuana y otros cuasimodos de la música), bailando al compás de la moda (asumiendo generosamente que puedan seguir un compás), abandonan el legado independentista del juglar medieval del que se asumen herederos (alegan que dicen “la neta”, pero es puro pedo). Yo los conozco: los intérpretes de música norteña, los “gruperos”, son individuos con poco seso (habla con ellos tú mismo si quieres comprobarlo o, si no tienes tiempo, escucha sus entrevistas) que no pueden hilar dos oraciones seguidas con un grado aceptable de coherencia. Son “artistas” premiados con Grammys y discos de platino, pero su gran acierto es la camaleónica adaptabilidad que manifiestan por Su Majestad, la ganancia. Estos nuevos “juglares” se enfundan sin ruborizarse en trajes espaciales con barbitas fosforescentes y sombreros de piel, se arman con guitarras Fender de época y ordenan la fabricación de acordeones tricolores con imágenes de la Virgen de Guadalupe. ¿No les cabe mejor la definición de bufones que de juglares?
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___En pocas palabras, el narcocorrido ni es corrido, ni su intérprete es juglar de “netas” (como se autopromociona ostentosamente los Tigres). Ambos elementos son simples súbditos. Cantaletas del poder interpretadas por bufones convenencieros.
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___(“Humphrey, jamás habías abusado tanto del espacio cuando te proponías inofensivamente hablar de ‘dos elementos’, neta que ahora se te pasó la mano”. –Perdón, perdón...-).
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4 comentarios:

Carlos Mal dijo...

Las divisiones nos han matado y nos van a seguir matando muy duro. Y todas ellas son producto de gente muy vieja como nosotros, que no agunatamos la convivencia de las cosas viejas con las nuevas. O de nosotros, los postmodernos, que queremos que todo esté roto, como nosotros.

La esencia de los corridos está en una determinación machista de que la verdad absoluta está en la violencia o en el poder sobrenatural.

El resto son detalles. Que si el poder del que habla es el narcotráfico o las tropas caóticas de Pancho Villa, es otro cantar, pero que los separa en temática, no en esencia.

De hecho, vade retro, la temática afecta la esencia y no podemos pedir que un corrido sobre narcotráfico sea igual a uno sobre el secuestro de un agente federal o al de un caballo que da su vida por un soldado o el de un gallo kamikaze que mata a Macarena.

No pueden ser iguales y a lo mejor hay quien diga que los corridos de animales no son corridos y así, todos podemos ser los Aristóteles del corrido.

Dejémoslo en narrativa, en verso menor, en musicalización, en la utilización de ciertos instrumentos estandarizados y en su carácter latinoamericano, si no mexicano.



Algo más?

Semidios dijo...

No pudiste poenr todo mas claro.... sobrevaluado el asunto!

Semidios dijo...

me refiero que todo ese teatrito del corrido esta sobrevaluado

Manuel Lomeli dijo...

En vez de utilizar la historia para diferenciar el corrido de los marasmos mentales que berrean, verbigracia certera, los Tucanes de Tijuana, yo prefiero pensar que existe una diferencia en las formas. El estilo del corrido clásico, tradicional, es más descriptivo, y ensalzan al personaje de manera indirecta, narrando un acontecimiento donde, confiando en las tablas morales de los que escuchan, se forma la figura del heroe (o antiheroe, que caray).

En el corrido moderno, parece un vil besamanos repetitivo, cacofónico y demasiado ridículo. Se circunscriben a los adjetivos, y el personaje se edifica a través de lisonjas y no de una descripción, escogida, de sus actos más gloriosos.

En fin...