miércoles, julio 20, 2005

RIGOLETTO Y DON CARLO
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___Antenoche, Octavio Moreno vino a invitarnos a participar como coristas en un concierto para colectar fondos; tiene en mente montar el tercer acto de Rigoletto así como también el segundo de Don Carlo, como saben, dos óperas de Verdi. La invitación para participar en el coro evitó que sintiera el escalofrío que experimento cuando pienso que podía haberme invitado a representar al Duque de Mantua pues las piezas de esta parte, las conocidísimas La donna é mobile y Bella figlia dell'amore (cuarteto), son, pese a la vulgarización que se ha hecho de ellas, verdaderamente exigentes vocal y musicalmente hablando, y a mis años prefiero cosas que "no nos alboroten", como decía Cervantes en El retablo de las Maravillas. Todo indica que el papel del Duque lo interpretará mi amigo Jesús "el tuti" León que por ahora está en Roma contratado.
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___Cuando compuso esta obra, Verdi tenía en mente no tanto el lucimiento del coro como el de los cantantes, la soprano y, especialmente el tenor, por encima del resto.
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___Rigoletto es una historia basada en una obra de Víctor Hugo. Mientras que Rigoletto es un viejo bufón de la corte, deforme por cierto, el Duque es el típico don Juan capaz de pasar por las armas incluso a una escoba con peluca, para él "Ésta o aquélla", "todas son iguales", como canta al inicio de la obra. El problema es que en esta historia, plena de engaños y apariencias, Gilda, hija de Rigoletto, es asesinada por equivocación a manos de quienes había contratado su padre para vengar la deshonra que le infringió el Duque. Tragedia, pues.
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___Don Carlo es otra tragedia, sólo que más chingona. El drama es manufactura del alemán Federico Schiller y aunque se ha señalado a este autor como cómplice de la llamada "leyenda negra" contra España, la verdad no hace sino retratar la debacle de España en época de manipulable Felipe II. Don Carlo, chamacón con ilusiones de secundaria, hijo de Felipe, luego de regresar de un viaje por los Países Bajos siente que le rozan los calzones al enterarse de que su padre, viudo, se casará con su novia (con la de Carlo). Abusadillo don Felipe, ¿no?. Isabel será pues la madre y no la esposa del príncipe. Esta inesperada catafixia hace que el prícipe comience a experimentar una metamorfosis como la de Gregorio Samsa, solo que dolorosa. Agreguen a esto que el mejor amigo de Carlo, Rodrigo, recién desempacado de los Países Bajos -que estaban bajo el dominio español, qué digo dominio, dictadura-, comienza a cabildear para que se otorgue la independencia a esos países, una especie de subco Marcos pero sin parafernalia pequeñoburguesa. Para Rodrigo, Carlo es el López Obrador del momento, la esperanza para que España se modernice y libere a sus colonias del norte de Europa, pero, ¡pobre incrédulo!, después del cambalache que ha hecho Felipe, don Carlo ya no tiene fuerzas ni para salir a orinar fuera del palacio, menos para andar liberando pueblos lejanos. Ya se imaginarán el resto: el Inquisidor, un jesuita por cierto, se encarga de enjuiciar severamente al revoltoso de Rodrigo, le dicta auto de formal prisión y luego le dan crank (los muertos ya no hacen ruido). La cosa termina en tragedia y lo que queda en claro es que don Carlo, víctima de sus propias debilidades, carecía de los pantalones que exigía la situación (se requerían al menos unos Levi's 501 originales pero en esa época llegaban a España puras versiones pirata). Después, el imperio español empieza a hacerse chiquito.
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___Hay un dueto en Don Carlo que interpretan éste y Rodrigo, algo que se ha dado en llamar "el himno a la libertad" y que si se hubiera lanzado como single en la radio, fácil hubiera merecido disco de platino. Ese dueto lo tengo muy arriba entre mis top 10 de Verdi. El problema es que en la época de Verdi, la radio era apenas un proyecto mafufo.
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___Volviendo a Octavio, ya he contado aquí que pese a sus 21 años, como barítono ha ganado varios concursos de canto dentro y fuera de México, el año pasado fue el único mexicano que participó en Operalia, aunque no con la fortuna que hubiéramos deseado. Ahora realizará este concierto para reunir fondos que le permitirán continuar sus estudios en Philadelphia. No podíamos decirle que no, así que ahora la socia y yo estamos de pleito con las partituras correspondientes, para ayudar con los coros el 26 de agosto. A ver en qué termina este experimento porque cantar estas masterpieces no es enchílame otra.
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___Si no te gusta la ópera y llegaste hasta esta línea, felicidades, gozas de una condición estupenda como para enfrascarte a leer volúmenes como "Las trampas de la fe" de Octavio Paz o "Los bandidos del Río Frío" de Manuel Payno, obras que resulta más barato comprar por kilo.
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4 comentarios:

Carlos Mal dijo...

No sabías que cantabas, Mondaca!

Don Mario dijo...

¿Cantas Nacho? Qué bien, deberías grabar algo para que sonara cuando entráramos al blog.

En lo personal, las óperas de Verdi no me gustan, la paso bostezando. Tú que estás en el medio seguramente sabrás. ¿Por qué tenemos en estos rumbos tan olvidado a Wagner? Casi nunca he visto nada de él en vivo.

nacho dijo...

Gracias por visitar. He comentado aquí en el blog (noviembre 2004, por ejemplo) nuestra participación en la ópera. Aunque es una cuestión de gusto, porque yo diría que las de Wagner son para dormir (en Bellas Artes ví por ejemplo Persifal y El buque Fantasma) en especial porque abandona lo melodioso en lo vocal y, sin la manor consideración de los límites físicos de la voz humana, intensifica la estridencia y el volumen orquestal. Por eso, las de Wagner tienen apenas un 6 en una tabla del 1 al 10 en el gusto melómano. Por su parte Verdi tiene 9 junto con Mozart, Puccini 8 y Donizetti 10; A Beethoven, que sólo tiene una ópera, Fidelio, yo lo pondría también en el 10. Esa es la razón por la que no se monta la obra de Wagner con frecuencia: es muy difícil encontrar cantantes que aguanten vara y se les da prioridad a óperas de mayor rating.
Ahora, respecto a si las de Verdi provocan sueño, bueno, eso depende, es diferente escuchar un cd de ópera que asistir a un montaje de ópera. Actualmente, con una simple PC es posible es posible proyetar la traducción simultánea "letritas" en las óperas; generalmente los guiones son comprensibles, pero, esto hay que advertirlo, es importante que el espectador sepa de qué se va tratando la trama; de otra manera, es difícil poder apreciar los elementos musicales como tales: el talento vocal de los solistas, la presencia coral, la limpieza orquestal y el carácter que imprime el director. Públicos exigentes como el de NY, Roma o Milán ya se saben de memoria las óperas y su nivel crítico y analítico se explaya en comparar interpretaciones y talentos personales. Teniendo en mente estos elementos, no me duermo ni con Wagner. Je. Saludos.

Mile dijo...

Sopatelas, entre lo informativo, lo divertido y entrerarme que eres cantante casi me voy para atras!!
Oye da casulidad no te sabes una de JUANGA???
(estoy bromeando, ok?)
Abrazo