domingo, julio 31, 2005

EL OJO DE LA IGUANA
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Leo la reseña de mi colega bloguera Eve Gil sobre El ojo de la iguana, novela del regio Héctor Alavarado Díaz (¡gulp!, nació el mismo año que uno de los que trafican influencias en este blog). Nos informa Eve que Héctor logra crear un personaje femenino fregón, es decir, que no es como otros escritores -varones y norteños- que a la hora de configurar personajes que usan Saba o Tampax, derrapan en nebulosos galimatías o en charcos de impresiciones. La verdad sea dicha (sin traiciones de género), no es tarea fácil para mortales que han pasado por el horno de la mitología falocéntrica (que paradójicamente es reproducida por nuestras propias madres -féminas también-, porque justo es inclurme) meterse en la psicología femenina sin salir dañado -ven, ya estoy derrapando-.
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___No lo tomen a mal. Cuando digo "salir dañado", me refiero a que los varones que se arriesgan a crear personajes "femeninos", generalmente los hacen inverosímiles o acartonados. Me viene a la mente Madame Bovary de Flaubert, contra quien no tengo ninguna objeción, excepto que la mata.
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___Por mi experiencia lectora, cuando un escritor crea un personaje femenino protagónico, generalmente lo somete a un juicio moral terrible y, cuidadosamente, busca lavarse las manos luego de abandonar a su víctima en un pantano. Por su parte, muchas escritoras son amantes de levantar estatuas a la adversidad y al sacrificio de su género. Arrancan lágrimas a fuerza de aleccionarnos, y su punto de vista se vuelve un culto al dolor. Desconfío de ambos extremos. Antes que de víctimas, prefiero las historias de heroínas, las de aquellas que son capaces de levantar su espada y escupir, antes de reventar el golpe, contra la idiotez de cualquier sexo. No veo un mundo que oprima a las mujeres, veo un mundo que oprime al individuo y a la razón.
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__Habrá que leer El ojo de la iguana.
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2 comentarios:

Mary Carmen San Vicente dijo...

Será que la hormona abunda en la creatividad y es traicionera como siempre.

Un besito !

BellaKala dijo...

Mr. bloggart,
Usté y su amiga del comment superior tienen razón. Lo endeble del género femenino siempre es el arma fuerte de conmiseración de la mujer, y por ello, su más nefasto vicio.
Buen post.
Un saludo