sábado, febrero 15, 2003

PASOS A LA FAMA

Coincido con quienes afirman que el ego es un bicho peligroso que puede llevar a quienes escriben (y a otros) en pos de escaparates vistosos y, agrego, lucrativos. A quienes carecen de obra significativa quizá les resulte más difícil la empresa que a aquellos que tienen en su haber mucha "obra". Que pena que terminen en Televisa peinándole las rayas al tigre. Pero a las cosas por su nombre: el ejemplo típico es Octavio Paz.

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