Cuando Mauro propuso la idea de leer El Quijote desde detrás de la cerradura de la puerta, pocos imaginamos qué quería decir. Curiosa la perspectiva de analizar El Quijote de Cervantes desde la descomposición de los signos que representa la visión del caballero manchego. La bizarría como universo predominante hace abrir los ojos a la perplejidad. Quienes atestiguan las alucinaciones de Don Quijote ven limitadas sus alternativas a dos: reir o pelear. Todos pierden. Quienes ríen, huyen; quienes pelean son derrotados porque participan de la bizarría de un desadaptado. Ni venciendo al caballero ganan.
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___No obstante, la bizarría es a fin de cuentas el universo real de la época. Los valores medievales encarnados en el ideal caballeresco son un viejo castillo en ruinas; se derrumba por la erosión después de haber soportado los embates de muchos ejércitos. Miguel de Cervantes y otras plumas iluminadas lanzan el asalto final. El fin del Imperio español está cerca. El viejo castillo ha de sucumbir junto a la grandeza de una quimera imperial; sólo los altos pendones de su literatura y su arte habrán de salvaguardar el brillo de aquellos siglos.
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___El Quijote es una puerta abierta donde el lector puede penetrar, al fondo aparecen apartados rincones del pensamiento del caballero. Luego de la primera aduana, muy pronto, ese lector aprenderá a ver el mundo al revés, al principio se sorprenderá de las elucubraciones de Don Quijote, luego se reirá de la recurrencia de sus alcances, y muy pronto intuirá el giro retorcido que prefigura el alma del Quijote, la risa entonces será imparable. En ese punto, cuando el lector pueda predecir lo que El Quijote observará a partir del mundo real, entonces Cervantes habrá logrado su propósito. No es tan disparada la óptica quijotesca, de hecho está a escasos milímetros de la realidad que comparte el ciudadano común.
...___(Continuará).
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