domingo, octubre 02, 2005

SOPA DE NOTAS BREVES

Cuita número uno: Estoy en un café internet (no se porque se llama así, aquí no se consigue ni un vaso de agua), desde el viernes estoy sin acceso a la red por razones que no vienen al caso exponer y que a mis lectores les mortificaría tanto como el síndrome de atrofia muscular que sufre la mosca del Mediterráneo horas antes de morir.

Esto, desde luego, me atrasa terriblemente, en primer lugar porque no puedo postear y los enjambres de lectores que vienen aquí a perder su tiempo pueden retirarse desilusionados en busca de peores cosas qué hacer, lo que puede significar un enorme atraso para el bienestar global, vista la actividad humana como un todo.

Por otra parte, estando como estoy, en medio de un pesado semestre de literatura que exige reportes de lectura de obras del siglo XIX (ya leo por kilo), presentaciones de clase y preparación de ensayos, tiendo a sentirme abatido, deprimido y con un humor cáustico.

Cuita número dos: Romano ha regresado a dirigir a Cruz Azul y parece como si hubiera caido sobre el equipo un mal de ojo, un embrujo veracruzano o la maldición de la momia. Sequía en sus delanteros, desaciertos tácticos tremendos, yerros bajo la portería y nula conexión entre la línea media y su delantera se conjugan para evitar que la Máquina regrese a la cadenadel triunfo con la que nos sorprendió en la primera parte de la temporada. No digo que Romano estaba mejor arraigado en Iztapalapa, sino que se tome un descanso y observe los toros desde la barrera al menos hasta que recupere peso.

Cuita número tres: No sé que demonios les pasa a los Yanquis de Nueva York. El pitcheo de los Medias Rojas los tiene engarrotados y no encuentran la canica. Boston se ve mucho mejor, especialmente porque sus bateadores responden con la regularidad que demostraron en la temporada, mientras que los Mulos de Manhattan carecen de la sed de triunfo que los caracterizó en otros momentos.

Cuita número cuatro: Maldigo a los comentaristas de televisión que no toman en su debida dimensión la participación de la sub 17 en el mundial. En lugar de tomar consciencia de la jerarquía de Brasil y preparar al respetable para conformarnos con el segundo lugar y celebrar en caso de obtener una victoria, lo hacen al revés... Los declaran campeones de antemano y gestan así el síndrome que acompaña a nuestra selección desde tiempos en que José Antonio Roca y Nacho Trelles jugaban al trompo. ¿Cuál es ese síndrome? Ustedes lo sabrán mejor que yo.

¿Qué hora es?

1 comentario:

arboltsef dijo...

Las 10.05 AM.
Desde Puebla, en la casa de la señora.

Un saludo.