sábado, noviembre 12, 2005

VIDA DE PERROS
...
___Desde el punto de vista homocéntrico, esta historia carece de importancia aunque no de sentido. El perro de mi hermano, un french poodle blanco, yace en el patio de su casa víctima de envenenamiento. No puedo deducir otra cosa a juzgar por los síntomas y por el contexto en que ha ocurrido este accidente. Blondie, como se llama la mascota, amaneció con vómito recurrente y sufriendo marcados espasmos; su seca coordinación motriz le permitió, sin embargo, comer un poco de alimento y beber otro tanto de agua que vomitó casi instantáneamente; al mediodía se tendió en el patio con la mirada perdida, la respiración acelerada e intermitente y un rictus de despedida en su semblante. No existe un antídoto contra esta agresión al metabolismo, el ácido fosfórico actúa rápidamente en el sistema neurológico y descompone toda función en los sistemas dependientes.

___Vayamos al contexto: un par de días antes, dos vecinas, cada una por su lado, comentaron a mi cuñada que hacía tiempo que Blondie había tomado sus jardines como excusado y que estaban hartas de recoger sus caninas heces. Mi cuñada, agobiada por su hermético horario de trabajo y ajena por completo a los hábitos digestivos (evacuacionales) de la mascota familiar, prometió tomar cartas en el asunto. Fue quizá una de esas respuestas analógicas que uno tiende a dar, forzado por los vericuetos de la rutina, ese salir del paso cuyas consecuencias es a veces impredecible.

___El perro morirá sin duda, y lo digo ahora en un momento en que ese hecho no ha ocurrido. Un hecho que mi experiencia me dicta ocurrirá, tarde o temprano, quizá a la una de la mañana de esta misma noche, pero no más allá, por ello, una anomalía que quizá ya ocurrió, mientras escribía esto, que vendría siendo entonces una especie de epitafio.

___Me duele la muerte de Blondie pese a que esa mascota no me simpatizaba. Es un perro terco, necio hasta el último resorte de su pelo, vacilante y prolífico, hediondo y juguetón. No lo extrañaré, es mi pronóstico, porque no hubo entre nosotros gran empatía. Blondie no era un perro apto para la cacería, la detección de narcóticos o la búsqueda de rastros homicidas, de modo que no era el prototipo del perro que considero ideal. Era un simple perro de ornato, ladrador y ladino, agudo y persistente.

___Mis familiares se han marchado. Estoy en custodia de la casona. La boda debe estar en el clímax ahora. El perro yace en el patio con su respiración insuficiente y agitada, y sus minutos contados. Observo en televisión la repetición de un partido de eliminatoria del Mundial. Francia busca su calificación. Blondie pertenece a una raza migrante que proviene de ese país. Curiosamente, Francia es ahora un polvorín encendido por los migrantes.
...

No hay comentarios.: