sábado, mayo 31, 2003

MAMÁ, ¿QUE SERÁ LO QUE TIENE EL NEGRO?

Nada, el negro no tiene nada en particular, es un color como todos. Pero hablando acá en albur, el negro tiene ciertas connotaciones de dimensión y durabilidad que en cierto contexto apremian al chiste y despiertan al doble sentido. El doble sentido no ha sido suficientemente explotado, incluso ni en el blog, reconózcanlo. La verdad, los negros me dan asco. No así las negras que me encantan, especialmente si son Modelo y están friísimas (como Halle Berry). En serio, los negros los saco y sólo me como el arroz blanco.

Perdón, trato de retomar este blog y se me ocurren disparates, razonamientos secretos, fobias y retratos infantiles, por eso alego que el doble sentido en México se ha convertido en un lugar común de la impotencia sexual (y textual), la misoginia, la frigidez y otros males, incluso la poesía, que suelen tratar ginecólogos, polleros y tratantes de blancas (negras y amarillas). Pero el doble sentido es un arma mucho más versátil e inexplorada.

En fin, estas alucinaciones son monolitos sin sentido las que me mueven a escribir, por eso creo nunca seré un escritor "serio" y mis lectores tienen que ser concientes de ello, concientes incluso al extremo de convertirse en porra incondicional (como la de Tigres que tiene la pesadilla recurrente de volver a ser campeones), sabedoras de que yo no los conduciré a la verdad absoluta ni a los pasadisos secretos de la modernidad literaria. Es bueno que lo sepan: la modernidad literaria son pasadisos secretos donde se pierden muchos arrogantes.

Hace dos horas y 26 minutos que leí un post de Silvaman en el que advierte que uno no debe curarse en salud sobre sus propias atrofias y eso me pone un poco paranoico. Cuando digo que quizá los voy a aburrir con mis textos y que posiblemente los lleve al pozo profundo del sueño lo digo en serio. Yo por ejemplo, ahorita ya me estoy durmiendo y eso que apenas si me he releído un par de veces. Eso me lleva a concluir que si mis textos no les sirven de hipnotizante es porque no los han releído suficientemente.

Volviendo al doble sentido. Creo que toda la literatura es doble sentido: las novelas, los cuentos, los relatos, las poesías. El doble sentido no necesariamente tiene que ser hilarante. No, por qué habría de serlo. Claro que el doble sentido en México, repito, ha plagiado el ropaje del albur y ahí se ha minado su potencialidad. Es más, el doble sentido es un recurso utilizado casi en exclusiva por los varones (los machos) y ello nos reafirma que somos territorio freudiano por excelencia. Sí, en ese sentido, México es la residencia de la líbido masculina (al menos es más culina que antes) y como sociedad seríamos un excelente candidato al diván de Sigmund. Somos una sociedad de freudianos de closet. No es que compartamos las teorías del doctor, no. Nosotros somos el sujeto de esas teorías. Las mujeres mexicanas son un poco menos explícitas. Nuestra cultura "no les permite decir lo que piensan", por eso adoptan posturas "feministas". Quieren tener la oportunidad de salir del closet y convertirse también en candidatas al diván de Sigmund. Bien, en el consultorio ya hay cola.

Los gringos nos llevan una eternidad en ese sentido (en el doble); nosotros no podemos desapartarnos ni tantito del albur vicioso vinculado a la sexualidad y sus variables. Por eso digo que resultaría provechoso darle la oportunidad al doble sentido de reproducirse sin sexo, es decir, clonándolo o multiplicándolo in vitro o, de plano, gestándolo por generación espontánea.

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