martes, mayo 13, 2003

UN DIA TAN SIN EMBARGO

Nada ocurrió hoy que valiera la pena, ni siquiera el partido Milán-Inter que resultó un monumento al tedio. Yo me pregunto si es eso futbol. ¿Guardar un marcador para obtener un empate es digno de un equipo que aspira a ser el campeón de clubes de Europa? Qué aburrimiento. Si los italianos hubiesen inventado el futbol habrían hecho las porterías como las de hockey y el balón con un metro de diámetro. Por más que trato, no le encuentro sentido a la idiosincracia futbolera itálica. Que me perdonen Galeano, Cúper y Dino Zoff, pero R. Lemus sería quizá un destacado director técnico en esa península. Las gárgolas cumplieron su cometido. Habrá que esperar que gane el Real Madrid, si no, la final será un simple partido de liga.

Entre tareas de cuarto año y balances contables me pasé una tarde de perros como la que filmó Al Pacino, sólo que yo en el papel del último tramoyista. Ya se hizo tarde y si no me apuro este post saldrá con fecha de mañana.

La arquitecta sigue a esta hora terminando un proyecto en el que se juega la chamba y lo que me temo es que voy a tener que ir a recogerla a deshoras. En fin, atravesaré la ciudad sin tráfico y disfrutaré del formidable clima que ahora tenemos por acá, una combinación del clima de Ensenada en verano y de tardes tibias de Guadalajara.

Mañana será otro día.


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