domingo, diciembre 28, 2003

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TAUTOLOGÍAS

Para que valiera la pena vivir habría que descartar el penoso trámite de aceptar que las reglas ortográficas caducan cada vez que alguien se pregunta qué trámite hay que subsanar para que las reglas ortográficas permitan que valga la pena vivir determinada vida.

¿Qué hora es?

No sé, pero cada día me convenzo más de que el lenguaje, el texto mismo, gozan de vida propia. Las mejoes pendejadas de que seas capaz siempre tendrán una significancia superior a tus propios deseos de entender estas líneas. De eso yo no tengo la culpa.

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