miércoles, diciembre 17, 2003

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ENJAULARON A LOS TIGRES EN PACHUCA

Por ahí en el minuto 70, Vucetich (o como se escriba) decidió mandar a Adolfo Bautista a la guerra, alineó también a Alves, y poquito antes había enviado a Ledesma a suplir al goleador Claudinho, quien rindió al máximo no obstante su mala fortuna frente al arco. El técnico tuzo quería ganar a como diera lugar y lo cambios enseñaron lo alambicado de su colmillo.

El partido de ida de la final Tigres-Tuzos fue un buen partido independientemente del resultado, especialmente porque ambos cuadros salieron a jugársela en busca de goles. Ya he dicho que el Bofo Bautista es el gemelo de Mario Bellatin; a pesar del sube y baja de su inconstante talento a lo largo de su carrera (el de Bautista, no el de Bellatin), tuvo la fortuna de entrar a jugar veinte minutos, desequilibrar el partido, anotar un gol y provocar un penalty que le dio al Pachuca una ventaja de 3-1 sobre un rival recurrente. Los cambios que envió Nery Pumpido en el eje del segundo tiempo, el Chima Ruiz y Jesús Olalde, se vieron asustadizos y desencanchados. Mucho pesó la ausencia de Walter Gaytán y desde luego la de Claudio Suárez en la causa universitaria.

Tuzos mantuvo durante casi todo el encuentro una circulación favorable de la pelota en media cancha. Andrés Chitiva y Gabriel Caballero, y posteriormente Ledesma, supieron mantener ocupada a la zaga felina llevando balones a los dominios de Campagnuolo quien demostró sus reflejos felinos luego del craso error en el primer tiempo que terminó en un fatal e involuntario autogol de ese otro Hugo Sánchez.

Irenio Soarez hubiese terminado el partido como el mejor futbolista en la cancha, pero la picardía y la contundencia de Bautista, que mañana aparecerá en la portada de todos los diarios deportivos nacionales, le dejará malos recuerdos a Irenio. Para mi gusto, Irenio tiene la rara facultad de poseer un dominio técnico que alterna el cambio de perfil, el brusco cambio de ritmo y un curioso estilo de rebasar y rezagarse ante la velocidad de la pelota, lo que descontrola siempre a sus adversarios. Lástima, hoy eso no fue suficiente. La cosa es que la zaga del Pachuca tiene a Vidrio, a De Anda y a Huiqui defendiendo el honor, y a un gigante estorboso: Calero. Ni que decir de Valdés, ese hombre invisible.

Pumpido tiene que revisar su cuadro para el partido del sábado. Sancho se vio desconectado, Silvera errático y temeroso, Kleber incapaz; pudieron haber hecho más en el contragolpe pero carecieron de la contundencia que en estos partidos se hace indispensable. Ya vimos al Bofo.

El daño ya está hecho. Habrá que esperar el desenlace táctico en Monterrey. Puedo asegurar que por el Pachuca Bautista y Ledesma alinearán desde el principio, que Alves verá el partido desde la banca y que Vucetich buscará anotarle a la UANL en los primeros minutos del partido. Lo que no sé es cómo va a resolver el crucigrama Nery Pumpido. Intuimos que ser local en el Universitario no es ninguna garantía.

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