miércoles, agosto 25, 2004

LAS RUTAS DEL ONANISMO

Qué pena. Los críticos literarios son más ingenuos que los escritores. Vean: Se tomaron la libertad de atribuir a Joyce el uso gestor de un recurso novedoso en su tiempo: el "monólogo interior". Bueno, de algún modo tenían que bautizar a esa modalidad que, la verdad, resulta tan atrevido como ponerle a tu hijo Patroclo o Diamantina. Proust parece haber podido llegar más lejos en una dirección introspectiva pero parece haberse regresado. Joyce exploró una frontera, los críticos exploraron el baúl de los sustantivos.

Desde antes de Freud estábamos informados ya de que no existe tal cosa como el monólogo reflexivo. Es posible que ni los caracoles ni aún el cerebro de quienes crearon la agrupación "amigos de Vicente Fox" puedan aislarse de tal forma que se sienten a la mesa de su propio yo y no compartan la activa compañía de varios familiares cercanos y de otras autoridades. ¿Cuál monólogo entonces?

Ese recurso literario identificado como "monologo interior" es una farsa o, cuando menos, es una parodia; una parodia como toda ficción. Las ficciones son parodias posibles, parodias de un universo imaginado, armado, confeccionado y puesto en un texto en determinado tiempo y espacio.

"Diálogo interno" pareciera un término más adecuado aunque limitado para señalar el proceso de introspección conciente o inconciente. El "libre flujo de la conciencia", como le llaman, es un proceso alineal que involucra insospechados "canales" de pensamiento en el que se superponen y combinan imágenes posibles e imposibles. La introspección es una modalidad de ficción activa en el que el individuo asume un horizonte incalculable de potencialidades y un marco específico de posibilidades. Ese ente introspectivo existe como realidad innegable. De hecho cada uno de ustedes es, aún sin haber tenido un entrenador cubano, experto en "monólogo interior": El problema es cómo representar tal cosa con éxito en un texto.

De igual forma que una fotografía capta un ángulo de la realidad y busca cierta esencia de las cosas a sabiendas de que no puede capturar el todo, el texto literario retrata atmósferas posibles (e imposibles) a sabiendas de que ofrecerá a lo sumo parodias de un universo que no puede representarse como tal.

San Pablo diría que vemos como en un "espejo oscuro" cuando retoma la discusión platónica sobre realidad y representación. La discusión no es nueva, el caso es que, pese a sus hallazgos, la crítica literaria aún está en pañales y, en ocasiones, avanza por caminos que conducen al país del belletrismo y la tautología.

Tengamos en mente que el "monólogo interior" antecede a la oralidad y al lenguaje mismo. Resulta curioso que hayamos tenido que esperar hasta Joyce para la fotografía de ese monólogo. En blanco y negro, claro.

¿Qué hora es?

1 comentario:

ismael dijo...

el monologo interior es como la teoria de "los mundos posibles" puede que existan paralelamente a nuestros pensamientos, un dialogo entre nosotros como justificacion, pero eso es ya despues de disfrutar un buen vino, salud amigo.. te veo mañana