EL NUEVO CINE MEXICANO
Siempre que he leído a Daniel Serrano entro en polémica con él. No es nada personal, como él quiso hacerlo ver en su respuesta a una crítica que hice a una obrita de tiatro que le publicó el número dos de Espacio Escénico por allá en 1998, cuando yo vivía en Mexicali. Mi crítica y su respuesta aparecieron juntas en ese número. La obra, cuyo nombre no recuerdo, El último deseo, me parece... apareció en el número de estreno de esa revista en una gaceta desprendible. Yo la desprendí inmediatamente.
Ahora que vuelvo a leerlo disiento nuevamente. El origen del "nuevo cine mexicano" ocurrió cuando a alguien se le ocurrió hacer guiones cinematográficos de El Apando y de Canoa, y luego filmarlos. Comparen estos dos filmes con la "epoca dorada" por un lado, y luego con Rojo Amanecer, después, brincando adrede el taconeo dorado de la época de Margarita y JLP. (Aquí decía algo a toda madre sobre el ambiguo compromiso con la taquilla, pero se me borró el post original y esto es una mala copia) Aquellos dos filmes, junto con los cortometrajes y balbuceos del cine "experimental" de la década de los setentas, de los cuales la mayoría apenas llegaba a exhibirse en los cineclubes universitarios, fueron el origen del "nuevo cine mexicano". Si Daniel no los vió pués eso es problema de él.
Sangre, Pudor y varios etc. son comedias gringas "mexicanizadas", bien hechas y todo, pero son eso: comedias gringas de metate. Perfume de Violetas es una película producida por el DIF -con el presupuesto de los desayunos escolares- o por alguna ONG preocupada por la violencia capitalina. Señores, la desintegración familiar la inició María Félix, es un tema jubilado. Otras como Amores Perros corren más riesgo, pero denotan que aquí no ha habido un Almodóvar. Perdón, me ofusqué.
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