martes, enero 21, 2003

WELCOME TO THE LIMBO, PROFESSOR

No tiene por qué sentirse agredido o cuestionado nuestro colega Jonathan Mayhew con las observaciones que hacen los lectores de su blog. Al contrario. Yo me sentiría hinchado si un estadounidense o un turco -un argentino quien sabe-, independientemente de su grado académico, se tomara la molestia de leerme y se mostrara irritado o feliz por lo que escribo. Me preocuparía que nadie opinara nada de los asuntos que cuelo aquí.

Pero aquí se trata de armar polémica, de echarnos el carro encima, ¿que tiene? No pasa nada. Se trata de aguantar vara, esto no es el sábado de los Scouts. Si un sujeto habla mal de Paz, de cualquier vaca sagrada o de vaquillas genufléxicas de la ganadería de Xajay, bueno pues es su opinión y no necesariamente se le va a satanizar. Pero si alguien responde y dice: "sabes qué, infórmate porque estás jodido y agujereado de enmedio" y sataniza al otro, bueno, pues qué le vamos a hacer, es el riesgo de estar aquí en este espacio que no es de nadie.

Por otro lado está el asunto de que las relaciones Mex-EU siempre han sido como una circunsición sin anestesia y los acercamientos suelen tener sus costos.

Yo le envié a Mayhew un par de observaciones sobre la traducción que hizo él del poema de David Shapiro "El Trazado de una Tarde" (ver el poema en su blog -mea culpa, no tengo links-). Nada del otro mundo (las observaciones y también el poema), sólo algunas cosas obvias del español. Por ejemplo, le anoté, es mejor "El Trazo de una Tarde"; y que gramófono no es un término usual en México, que es mejor fonógrafo; y cambié lugares por parajes -que se oye menos luarcomún-, amén de alguna minucia ortográfica sin mayor trascendencia. Todo como una forma de decirle, "Hola, que bueno que estás escribiendo en español, welcome pionero, te leemos, así masca la iguana, júntate con nosotros tus vecinos, también nos gusta hablar de estos asuntos". Adicionalmente le pedí la versión en inglés del citado poema, pero no dijo nada al respecto.

A reserva de seguirlo leyendo (I read his english blog too), y de ver si pone el poema en inglés que le solicité, que no joda, percibo una respuesta un tanto paranoica. Esperaba algo así como "¿Tú donde estudiaste? -que pena tener que decirle que apenas terminé la prepa-, me interesa tu opinión sobre mis traducciones, sobre la poesía gringa, etc."
¿Qué no? Pero bueno, no todos los maestros extranjeros de español, eruditos en poesía hispánica, de Kansas y de otros lados, son como nosotros quisiéramos y tenemos que aprender a entenderlos.

El mejor antídoto contra el academicismo es el humor. (¿Entonces por qué te echas ese rollo infumable y no cuentas mejor un chiste?... -Porque lo que busco es una diputación local por el distrito que comprende la Coahuila de Tijuana, estúpido-). Chin, habrá que traducir esto a Mayhew.

Pongo en perspectiva este tema porque las discusiones académicas (o con académicos) suelen terminar en broncas irreconciliables y la cosa no va por ahí. Ahora, si agregamos ingredientes ideológicos y mezclamos resabios históricos al pretendido encuentro binacional, pues peor tantito, no es el caso.





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