jueves, marzo 27, 2003

EL BLOG ES VANGUARDIA PURA

Independientemente de que se pueda utilizar como mecanismo para obtener información, perfiles, promedios de opinión, etc., el blog o página electrónica es un instrumento de vanguardia.

Lo voy a decir con mis propias palabras una vez más.

En su momento, las paredes de las cuevas de Altamira, el uso del papiro o la invención de la imprenta fueron instrumentos de vanguardia para la difusión de ideas. Ideas rudimentarias o no, conservadoras o revolucionarias, oficiales o novedosas, los vehículos de difusión han determinado diversas formas de expresión literaria. Por ejemplo, uno no puede escribir una novela en una pared de piedra; igualmente sería absurdo utilizar una rotativa para publicar un aforismo, una consigna o un motivo rupestre. (-Oye, HG, ya vas a empezar otra vez con el mismo rollo-. “Para empezar no soy HG, soy HB, y déjame seguir”).

Bien, en ese orden de cosas, el uso del internet y sus diversas modalidades de comunicación unipersonal, representa un instrumento de vanguardia para la recabación, intercambio, y publicación prácticamente ilimitado de información e ideas diversas.

En sí mismo, la profusión del uso personal (o colectivo) de páginas electrónicas, representa una forma novedosa, facilitadora y masiva para la publicación de textos, en especial en su modalidad de WEBLOG, o BLOG.

El enlace entre dos o más personas, la intercomunicación mediante la publicación de textos “públicos” en la red, acción que puede desplegarse casi de forma instantánea, ofrece una experiencia totalmente nueva en materia de publicación textual. Quien pretenda ocultar o minimizar este hecho simple y contundente, asume una posición análoga a quienes endilgaban a la imprenta poderes oscuros o demoníacos.

Sobra reiterar (pero lo reitero de todas formas), que la posibilidad de publicar de forma express textos literarios o de otra índole, impone al mismo tiempo una forma posibilitadora de incidir en el texto y en la forma de concebir del autor del texto. De hecho las diversas redes de blogueros experimentan una emoción “nueva” al percibir que “sus” textos son leídos casi inmediatamente.

Esta experiencia coloca al lector en una circunstancia especial. El lector puede opinar, disentir, aprobar, coincidir, discrepar o reiterar públicamente, etc, con un texto fresco de aparición inmediata.

Por ejemplo yo digo ahora que Mario Bellatin es un tipo bien derecho. Mañana temprano alguien dirá en su blog que no, que no puede serlo, que es izquierdo por necesidad. Otro se verá obligado a aclarar (en esa discusión aparentemente entre dos blogueros) que el sentido de la discrepancia parte de que Mario es manco, un hecho que quizá no todos los blogueros sepan. De modo que en menos de 24 horas, tres o más personas se encontrarán inmersos en un tipo de controversia que no era posible hace diez años, digamos. (Perdón Mario, pero el ejemplo viene al caso por razones que se verán más adelante).
(Para los que deseen calcular la dimensión espacial de este post, diré que aquí vamos exactamente en una cuartilla simple, a renglón corrido, con letra Times New Roman de 12 puntos o su equivalente).

Esa interacción entre el autor, el lector, el lector-autor y el autor-lector, sucesivamente, conforma un tipo de experiencia inédita en materia de comunicación textual-literario, en el que la velocidad de acción determina una serie de anomalías cuyo significado incluso no se puede determinar cabalmente aún. (Anomalías en el sentido de situaciones inéditas no finitas, como sería por ejemplo el caso del TJBF, un experimento abierto que ofrece novedades cada día en términos de comunicación e interactualidad). Analícese, por ejemplo, la modificación de la conducta cotidiana del bloguero promedio a partir de su inscripción en la blogósfera.

El blog, pues, no se ha agotado, lo que explica que ahora esté yo haciendo esta reflexión autoreflexiva sobre el sujeto del blog (yo y tú mismos). (¿Ya te agotaste tú?, Yo todavía no, aún me queda medio vaso de leche y un sándwich aquí). Además, en rigor, sándwich, aparte de mayonesa, lechuga, queso y jamón, lleva acento, eh?.

Así como poniéndonos de acuerdo: la irrupción de este medio de interactualidad textual no sugiere una quema de libros, la destrucción de los papiros de la antigüedad que cuidan los museos ni el derrumbe de las cuevas con grafitis prehistóricos. El papel es necesario (-HB, tú utilizas el papel a diario, acuérdate-. “Todos, my friend, todos”), simplemente subrayamos aquí los nuevos caminos y oportunidades que abre la utilización (incipiente aún) del blog en lo tocante a los habitos de lectura y escritura convencionales. El blog es vanguardia editorial pura. Ni pedo. Lo que se publica en los blogs es harina de otro costal.

Es todo por ahora.

(-Oye, HB, no concluiste la idea que dejaste arriba sobre Mario Bellatin- “Es cierto, pero Mario comprenderá que este es uno de los riesgos de utilizar este medio de publicación express, se te van algunas cositas”).

Amables lectores que llegaron hasta aquí desafiando los dictados de Morfeo, felicito nuevamente su tezón. A quienes critican lo largo de estos post, pregunto: ¿Por qué razón nunca han cuestionado lo ancho?

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